miércoles, junio 26, 2013

Musicote(rro)rapia

Aquí donde me veis leéis, el otro día me pasé tuiter.
Sucedió de repente, estaba tan tranquilo, hice un tuit musical y ¡ZASCA! me retuiteó la cuenta oficial de la Década Prodigiosa.
Os dejo que me observéis un rato con admiración.


Bueno, basta de autocomplacencia. Aunque convendréis conmigo que el momento nostalgia que unió el mundo de las computadoras con el de las cassettes fue un puntazo.
La cosa que es que yo había tarareado (si eso es posible por escrito) un exitazo de la Década: "Made in Spain".
Entonces surgió Bichejo, para decirme que ella no cantaba:
Made in Spain, pasaporte especial
Sino:
Made in Spain, pasa por despreciar

Risas, claro.
Me acordé de una entrevista a los recién descubiertos hermanos Estopa. Contaba uno (el que canta) que un día ensayaba con el otro (el que toca la guitarra), y después de una estrofa de una de sus primeras canciones, que dice:
Qué zozobra, qué ironía, qué desidia, qué desilusión
Escuchó que su hermano el de la guitarra cantaba algo distinto.
Qué so zorra, qué ironía...

Decidimos con Bichejo recopilar alguna de esas patadas que todos damos sin querer a las canciones y ella me pasó algunas. Selecciona las cantadas en español, que son las más divertidas.

En el clásico de Loquillo y los Trogloditas bien podrían cantar:
Uuuh nena, quiero ser una roca forestal
En lugar de una rock'n'roll star (que parece mejor, aunque sea menos decorativo)

No entender a Shakira merece nuestra comprensión. Pero Bichejo, donde ella berrea:
Soy loca con mi tigre, loca loca loca
Entendía:
Soy lo que he cometido, loca loca loca
¿Me lo parece a mí o tiene más sentido así?

Y la confusa reyerta nocturna de los Mecano, pasaba en sus oídos de:
Cruz de navajas por una mujer
A ser:
Tú que trabajas por una mujer
De nuevo el sentido mejoraba, se volvía más constructivo,

También se topó el Chico de la Consuelo con los crípticos Mecano. En otra balada de madrugada, el afamado trío cantaba:
Que quien su hijo inmola, para no estar sola
Y él entendió:
Hay que sufrir, mona, para no estar sola
Porque ya se sabe que para presumir hay que sufrir.

La grácil Cardo también ha hecho una valiosa aportación, con su interpretación infantil de la canción "Words" de F.R. David. En lugar de:
Don't come easy
Entendía:
Don Camisi
Por lo visto Don Camisi (como si fuera Don Gato o Don Johnson) le parecía un protagonista bastante excéntrico para una canción.

Yo he intentando hacer memoria y me he quedado un poco bloqueado. Lo que no quiere decir que no me haya pasado. De estas he hecho miles. Seguramente todavía canto algunas con la letra equivocada.

Pongo tres como ejemplo.
Alaska cantaba la sintonía de la bola de cristal, y decía algo así:
Sin pilas ni enchufes a la red
Lo que yo interpreté rápidamente como:
Si pillas enchufes a la vez
Que no tenía mucho sentido, pero rimaba mucho más.

Un poco más pequeño era cuando me dio por cantar una canción infantil que decía:
Un globo, dos globos, tres gloooobos,
la luna es un globo que se me escapó
Yo, más prosaico, le daba mi toque personal a la canción dejando claras mis prioridades:
Un bollo, dos bollos, tres boooollos,
la luna es un bollo que se me escapó
Enternecedor.

Pero las buenas son las que abochornan.
Para eso iba muy bien El último de la fila. Sus letras retorcidas eran una mina. Cantaban:
Ruge mistral, vuélvenos locos de atar
y con tu antiguo furor
llévate a aquel que ose hablar
Y para mí era (ojo al parche):
Ruge mistral, vuélvenos locos de atar
y con tu antiguo furor
llévate a aquel Dios de Abraham

Mi mente se confunde ante el exceso de metáforas.
Además, yo desde pequeño he sido siempre superbíblico.

Por favor, visitantes, lectores, letrados e iletrados, simios todos que visitáis este blog. Hacednos un favor y confesad vuestras puñaladas al cancionero popular.
Musicoterrorapia gratuita.

viernes, junio 21, 2013

Contacto con táctil


Vale, lo reconozco. He perdido el interés por vosotros, por el mundo que nos rodea, por el blog, por la realidad, por el viernes, por el fútbol, por el sexo, por el baile (incluso el funky), he perdido el interés hasta por beber. Sí, me he comprado un móvil de esos que hacen de todo.

He decidido convertir mi obsesión en un post. Al menos así parece que hago algo productivo. Son mis truquis de académico de la desvergüenza.

Descubrir sensaciones nuevas y no poder parar de tocarlo. En realidad, comprarse un smartphone nuevo es como volver a la adolescencia. Siempre con el móvil en la mano, experimentando, disfrutando de un placer solitario y también, por qué no decirlo, del morbo y la culpabilidad.
Lo táctil. Ese el tema. Al final todos somos monos táctiles.

En realidad, lo que más me gusta de los teléfonos táctiles es que sabes que si le pegas le duele.
Así puedo castigarlo y hacerle sentir quién manda. En estos primeros momentos es importante que el aparato no huela el miedo. El miedo a que se caiga, se gripe o a que se nos rompa el amor (de tanto usarlo).

Instalas aplicaciones. Cambias el fondo. Organizas tus iconos con el método ancestral de esconder lo inservible debajo de la alfombra. Configuras el wifi. Configuras la wifi. Configuras lo wifi. No sé exactamente su género a pesar de pagarlo todos los meses.
El esmarfon nos guiña un ojo por las mañanas, nos arropa por las noches... cuando nadie me mira le doy besos. Ternura de tamagotchi, prestaciones de taladro-compresor. Inteligencia + potencia. Caramba, este teléfono ha salido al dueño.

Y ahora, si me permitís, os dejo reflexionando y orando en silencio.
Yo me voy a tomar un chocolate con churros con mis amigos y aprovecho para enseñárselo.
Luego a lo mejor les enseño el móvil también.

jueves, junio 20, 2013

No me duermo, sólo estoy descansando los ojos


Después de un "Elige tu propia aventura" me quedo exhausto.
Me duermo en los laureles, me quedo sopa en cualquier blog, retuiteo dos veces lo mismo, me engancho a cualquier mierda que echen por la tele, ya sean desastres naturales o la copa de las confederaciones.
Por eso tengo que dosificar estos alardes. No vayan a llegar los cazadores de monos y me pillen con el culo al aire.

Después de tres días sabáticos, hoy toca día sarcástico.
¿Y mañana qué tocará? ¿Día satánico tal vez?
Bueno, ya es jueves. La semana aprieta pero no ahoga.

domingo, junio 16, 2013

Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (y 6)


Tardienta (España), 12 de junio de 2014

Ella ha salido a por provisiones y ahora me toca a mí aburrirme. Es lo mínimo que puedo hacer por Sara después de todas las horas muertas que ha pasado esperándome estos días. Me siento como un león esperando a que vuelva su hembra de cazar un antílope en oferta.
También es verdad que no sé abrir ese cerrojo extraño que ha colocado en la puerta. Además, me ha escondido el móvil, ha roto el cable del teléfono fijo y me ha colocado en el cuello uno de esos dispositivos para educación canina que dan descargas eléctricas cuando los perros ladran. Estoy secuestrado, tengo que aceptar las precauciones, aunque mi palabra hubiera bastado.
No es que el éxito de la Copa del Mundo me preocupe ahora. El fútbol es un deporte corrupto en todos sus niveles, pero si por algo deseo que salga todo bien es por preservar la ilusión de los niños. Su generación necesita un Naranjito, aunque la mascota de este año, un dátil con turbante llamado Sahir no ha sido muy acertada.

Sara llega, tan hermosa y dulce como siempre. Me besa. Me arranca la ropa y, por último, me quita el collar del cuello. "Me gustas con esto puesto, pero estoy segura de que voy a gritar".
Comemos fruta, con manos y sin manos. Nos reímos. Le pregunto por la razón exacta de mi secuestro. Me dice que espere un poco, que ya lo descubriré. Nos entra la modorra y nos abandonamos a una plácida siesta. Todo está en paz. No sucede nada, absolutamente nada.

Es media-tarde y empezamos a desperezarnos. Alguien llama a la puerta. Sara se incorpora como un setter en estado de alerta, haciendo agitarse su mini-camisón. Se acerca a la puerta y pregunta. "Servicio de habitaciones", responde una voz con un claro deje extranjero. Ella se lo piensa. Si no quiere llamar la atención va a tener que abrir la puerta.
Sé diferenciar a primera vista a un empleado de limpieza de tres sicarios armados hasta los dientes. Y los que irrumpen en la habitación se parecen bastante a lo segundo. Gritan consignas en árabe, nos apuntan con sus fusiles de asalto. Reacciono tumbándome en el suelo, con las manos en la nuca y la cara hundida en la moqueta. Es el fin de nuestra aventura. Mozah ha cumplido su amenaza y ha enviado a sus hombres. Se veía venir. Me atormento en el suelo hasta que me doy cuenta de que ya no se escuchan gritos. Levanto la mirada con mucho miedo y veo a los tres sicarios neutralizados, en cuclillas, mientras ella les apunta con uno de sus propios kalashnikov. Vuelven a maldecir y Sara les ordena callar de manera tajante, con una enérgica parrafada en árabe que me deja en shock. Pero... pero...
"Servicio secreto qatarí", me aclara en cuanto termina de atarles en círculo, con las espaldas pegadas como en las películas. Bloquea la puerta de nuevo. Sigo secuestrado por una especie de diosa sexual entrenada para matar, y ahora comparto cautiverio (que no status, porque a mí ella me quiere) con tres asesinos árabes. No sé si hemos ido a mejor o a peor.

¡TOC TOC TOC! Llaman con energía a la puerta. ¿Otra vez? Me vuelvo a temer lo peor. Yo soy así, un apenao. Habla un hombre. "Aniceto, abre la puerta por favor". Reconozco ese inglés de acento indefinido. Aviso a Sara: "Ata a este también que es muy pesado". La belleza espectacular que abre la puerta deja a Jess Van Elst desconcertado. Cuando le retuerce el brazo y le hace caer de rodillas es todavía mejor. "Sr. Martínez, haga algo", me dice. "Él no está al mando, quédese quieto y mantenga la boca cerrada" responde ella en perfecto inglés. ¿¿También habla inglés??. Coloca al holandés junto a los qataríes.
En otra parte de la habitación hacemos un curioso montón con armas de fuego, cuchillos, localizadores, móviles y walkie talkies.
- Hablas inglés - le digo.
- Sí, parece que sí - contesta y sonríe.
- Pero entonces, en el harén...
- Fingía. Pensamos que era la mejor forma de que me encontrara contigo. Es una cuestión de estadística que fue estudiada arduamente - responde como si nada.
- ¿Estudiada?
- Mi misión es neutralizarte - afirma y mi corazón se rompe en pedazos.
- ¿Y quién te ha dado esa misión?
- Todo a su debido tiempo, cariño...

Como me quedo un poco alicaído me propone sexo salvaje. Pero no, estoy demasiado aturdido por la confesión. Y además, no puedo hacerlo con toda esa gente mirando.
El agente de la U.E.F.A. explica que le han enviado aquí para meter las narices en mi investigación. "¿Quién fue? ¿lo sabes? sí, yo creo lo sabes pero no me lo quieres decir, ¿los Emiratos Árabes Unidos? han sido ellos ¿verdad?". Le meto unos slips (limpios) en la boca para que se calle.
Alguien vuelve a llamar delicadamente a la puerta. El mismo sobresalto y la misma pregunta. "Mantenimiento del hotel, creo que su teléfono no funciona". Abrimos y entra un operario orondo con patillas. "Por lo visto ha subido ahora un guiri de esos y os querían avisar por teléfono y... ah mira, es ese guiri de allí, el pelirrojo amordazado". Es tan amable que entiende en seguida lo del secuestro, se deja atar las manos y promete no molestar.
Veinte minutos tarda en volver a escucharse la puerta. Ahora es la recepcionista del hotel que viene buscando al de mantenimiento, que ha salido hace un buen rato y todavía no ha vuelto. "A mí si me podéis atar a una silla... es que tengo la espalda delicada". La habitación está cada vez más llena y yo sigo sin saber a qué demonios esperamos.

El secuestro se va relajando y se transforma en una animada tertulia. Estoy pensando en quién será el siguiente en llamar a la puerta y, ¡zas! vuelve a sonar. "Doctorrrr Aniceto", se escucha una voz con acento alemán, "necesito contarrrle algo muy imporrrtante". Sara, de forma rutinaria, abre la puerta y reduce al recién llegado.
Es un señor bajito, con frente amplia y barba cana. Su aspecto me resulta familiar, pero no caigo. El alemán se muestra más impresionado por la cantidad de gente que hay en la habitación que por el secuestro en sí. "¿Alguno de ustedes es Aniceto Marrrrtínez?", pregunta sin poder disimular su curiosidad. Doy un paso al frente y me presento.
- Ustedes están buscando a quiénes hicierron aquellas marcas, ¿no es verrrdad? - miro a Sara, pidiendo autorización para conversar. Ella asiente y se acerca a nosotros con bastante curiosidad.
- ¿Y usted lo sabe? - pregunta la chica.
- Eso eso, ¿sabe algo? - añado yo.
Llevaba días intentando decírmelo. Utilizó dos señuelos. Él era Rudi Völler y también Jurgen Klinsmann.
- Son los únicos nombrrrres de futbolistas que me sé - confiesa - y como usted es de ese mundo loco del balompié...
- ¿Y entonces tú cómo te llamas?
- Mi nombre es Lothar. Pero a lo mejorrr me reconoce por mis apellidos: Lothar Jiménez del Oso.

Nos explica que su padre tuvo un idilio veraniego con una turista teutona. Su padre era una estrella de la televisión y su madre una jovencita impresionable. El resultado fue él.
Explico a la concurrencia en dos idiomas que el Dr.Jiménez del Oso era una eminencia en temas de misterio y parapsicología.
- ¿Como Iker Jiménez? - pregunta la recepcionista.
- Exacto - se adelanta a contestar Lothar. - Hay muchos estudios que demuestrrrran que el 89% de los que se apellidan Jiménez tienen poderres.
Trato de reconducir el tema. ¿Quién había hecho esas marcas?. Me pide que saque una fotos de su riñonera. En una de ellas está escrito con rotulador rojo: Perú. Aparecen marcas idénticas a las encontradas en Doha y en Tardienta. En la siguiente foto lo mismo, esta vez en un campo de cultivo de Tanzania.
- ¿Y esto qué significa? - pregunto.
- Alienígenas - responde rápido el hispano-alemán. - Extraterrrestrres, hombrrrres de las estrrrellas, marrrcianitos verrdes... llámelo usted como quierra.
- ¡No puede ser! - grita la recepcionista - ¡Vamos a morir todos!.
Sara corta el histerismo general a base de bofetadas con la mano abierta.
- Hay que difundirrrlo lo antes posible, no hay tiempo que perrrderrr - insiste Lothar Jiménez del Oso con su voz ronca e inquietante.
- Es una teoría francamente interesante - tercia nuestra secuestradora - pero no podemos hacer nada de momento. Sólo quedarnos aquí y esperar.

Miro las fotografías con detalle. Hay también dibujos e inscripciones que parecen muy muy antiguas. ¿Puede tener algo de razón este chiflado o es todo una paja mental?. ¡TOC TOC! La puerta otra vez. ¡No dejan ni pensar en paz!. ¿Será por fin el Godot que estamos esperando?.
Por lo visto no: "Abran ahora mismo! ¡Guardia Civil!". Lo que nos faltaba.
La maniobra, no por repetitiva, deja de ser fascinante. Los Guardia Civiles, atados, siguen siendo bastante faltones y llegan a inventarse palabrotas nuevas como comprobamos. "Agentes, no me sean infantiles, que de momento el secuestro está siendo muy tranquilo", intento que comprendan que son los últimos en llegar y que no pueden pretender acaparar toda la atención.
- ¡Eh! ¿tú no eres la chica desnuda que detuvimos hace un año y se escapó por arte de magia? - dice uno de los guardias, el de menos bigote.
Sara no le hace ni caso. Nos mira a todos (a mí mucho más) y nos desvela que está a punto de pasar algo importante. Coloca a los atados mirando a la tele, luego nos acomoda a los demás, y enciende el receptor.
La realización en directo nos muestra el Khalifa International Stadium, engalanado como nunca. Va a empezar la ceremonia de inauguración de la Copa del Mundo de fútbol.



Pasan los minutos y uno de los guardias civiles se queja. "Joder, vaya mariconada". Está actuando Ahmed Abdul, el Elton John qatarí, mientras ondean las banderas de los países participantes. El locutor insiste en que es un canto a las paz y a la concordia de las naciones, pero el consenso general entre los que compartimos habitación es que es más bien un canto laxante. Un plano nos enseña el palco de autoridades donde veo al emir Hamad Al-Thani y a sus esposas. Están Blatter, Platini, Pelé y una retahíla incontable de reyes, presidentes y primeros ministros. Las inauguraciones de los mundiales de fútbol nunca son grandes espectáculos como las de los Juegos Olímpicos, pero es seguro que cuando comience el primer partido: Uruguay - Qatar, los ojos del mundo estarán posados en Doha.

Ya están los jugadores en el campo. Suena el himno uruguayo, pero la megafonía comienza a fallar hasta terminar distorsionándose por completo. Desde la televisión puede escucharse el murmullo del estadio. Algo sucede porque el murmullo se transforma en griterío. El realizador busca cámara a cámara de dónde proviene esa emoción, hasta que identifica algo en el aire. ¿Puede ser...?
- ¡Un ogni! - dice el guardia civil más callado.
- Se dice ovni - le corrige la recepcionista.
- No, sería un ovni si fuera un objeto volante no identificado, y este está perfectamente identificado - aclara Lothar Jiménez del Oso. - Es una nave espacial.
La nave no es como la ciencia ficción había imaginado. No es circular y elegante. Es como un enorme autobús inestable que inicia una penosa maniobra de aterrizaje en la que se clava en el césped del estadio y se arrastra en un largo frenazo. Tiene 8 luces débiles en la parte delantera. No hay duda de que "eso" fue lo que aterrizó también en Tardienta.
Asistimos con la boca abierta a la apertura de las compuertas. El mundo entero contiene la respiración.

Se despliega una escalera y lo que baja por allí se parece más a un catálogo de Mango que a un encuentro en la tercera fase. Son mujeres bellísimas, casi reconocibles. Son una versión mejorada de Gisele Bundchen, Scarlett Johansson, Jessica Alba, Sofia Vergara y Norma Duval.
La cámara se detiene en el grupo. Los hombres del planeta no pierden detalle. Es un espectáculo hipnótico. Pero de repente se produce un chasquido en mi cerebro y giro la cabeza buscando a Sara. Me guiña un ojo.
- ¡¡TÚ!! - me sobresalto - ¡eres una de ellas!
Se encoge de hombros y señala a la pantalla. La Gisele Bundchen (con más photoshop) ha dado un paso al frente y va a decir algo. Es un momento histórico, pero yo sólo puedo pensar en mí mismo y en lo extraño que es todo.
Empieza un speech en inglés que repetirá inmediatamente en todos y cada uno de los idiomas de la Tierra.

"Estimados terrícolas, llevamos siglos observándoles. Nos fascina su evolución tecnológica y artística, sobre todo cuando ambos conceptos se unen, como en los blogs. Nos gusta especialmente el de Academia de Chimpancés, que intentamos leer siempre que tenemos tiempo. Pero si hemos decidido presentarnos ante el mundo, en este escenario y bajo esta forma concreta, es porque estamos muy decepcionados con algunos comportamientos que siguen sin solucionarse por muchas décadas que pasen.
Venimos a leeros la cartilla, machos de la especie, a deciros que así no se puede continuar. ¿Qué sois? ¿trogloditas?.Debería daros vergüenza, es un ultraje continuo que no vamos a consentir. Esto es un mensaje de advertencia y un castigo selectivo. Empezamos:"
En la habitación todos tragamos saliva.
"Problema nº1: Violencia contra la mujer, tanto física como moral. Ya vale de desprecio y de abuso. Estáis avisados". Apunta una especie de aspirador galáctico y ¡¡fiiiunnng!! desintegra al Emir de Qatar. Gran ovación.
"Problema nº2: Hombres heterosexuales que se hacen de rogar a la hora de practicar el cunnilingus. Esto tiene que acabar ya. Estáis avisados". Dispara su aspirador de la muerte y desintegra a Pelé. Murmullos de estupor en estadio.
"Problema nº3..."
Desgrana un manifiesto de 8 puntos y 8 víctimas que termina con una regañina planetaria:
"Que no os lo tenga que decir más veces ¿eh? Hartita me tenéis".

En el estadio qatarí hay caras compungidas. En nuestra habitación, uno de los guardias civiles hace pucheros. La recepcionista aplaude.
Las extraterrestres se montan en su nave y salen volando, no sin antes hacerle una abolladura al guardabarros contra una portería. Siento que a los hombres de la Tierra nos ha caído un rapapolvo merecido (en términos generales).

Todos miramos a Sara con cara de ¿y ahora qué hacemos?. Ella, siempre digna y resuelta, libera a los atados y abre la puerta. Salgo tras ella. La quiero, qué más da que sea una alienígena. Nadie es perfecto.
El impacto televisivo ha sido tan fuerte que nadie se percata de que una mujer hermosísima se ha quitado toda la ropa y corre desnuda por el pueblo mientras un hombre enamorado la persigue.
Llegamos al campo de fútbol. La luna creciente baña su cuerpo magnífico y yo le suplico que me explique, que me abrace, que se quede.
La misma nave inestable, el mismo aterrizaje roturador y mi dulce Sara está a punto de embarcarse en un viaje espacial. No sé, a veces las relaciones a distancia funcionan... Le pido el email, pero ella cree que es mejor dejar las cosas como están. "Tal vez el azar nos vuelva a juntar", dice. "No eres tú, soy yo", continúa.
Le pregunto si ha sentido algo por mí. Me responde que soy majo, y que el sexo humano le ha parecido entretenido y muy variado. Yo entiendo que soy el hombre de su vida y que le he follado como nunca le volverán a follar jamás.
La aeronave se pone en marcha.
Desaparece en la noche estrellada.
Caigo de rodillas, desgarrado por la pérdida.
¿Será el mundo un lugar mejor a partir de ahora?

viernes, junio 14, 2013

Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (5)


"Estoy ansiosa por recorrer con mi boca la orografía de tu piel. Tuya en cuerpo y alma, S."
Yo desato pasiones, sobre todo los años pares, pero la frase suena a exageración. Y las hipérboles hay que comprobarlas ¿no?.
Ha anochecido. Qué importa que me queden tantas cosas por descubrir, mañana será otro día. En el ascensor pienso en lo rápido que se me ha complicado todo. Yo esperaba un mes y medio aburrido en Qatar, y ahora soy un enemigo del emirato, confundido y enamorado.
En el pasillo que lleva a la habitación ensayo otra fantasía: La del agente de seguridad que, después de todo un día investigando, llega a su hogar, donde Sara le espera con el pan recién horneado. Lo diferente de esta fantasía es que estoy a punto de hacerla realidad.

Estoy frente a la puerta y me sobrecoge una premonición. ¡Es una trampa!. Sin embargo abro mecánicamente, doy tres pasos y cierro. Mi cerebro es como una impresora, le cuesta demasiado cancelar las órdenes.
Dentro, la penumbra sólo me permite reconocer la cama deshecha y poco más. Me quedo en silencio. Escucho mi respiración acelerándose. Mis ojos se acostumbran poco a poco a la falta de luz y reconozco el bulto de una persona tras las cortinas. Me acerco sigilosamente y doy un tirón brusco que deja entrar el tenue reflejo de las farolas de la calle y me ofrece una imagen que me provoca el hipo y, una centésima de segundo después, me lo quita.
Sara me mira, se contonea semidesnuda, incitante, con su lencería fina, con sus medias negras y su liguero. Es como un anuncio. En realidad, si es un anuncio está funcionando, ya estoy dispuesto a comprar todo lo que me venda. Me toma de la mano, risueña y me conduce a la cama. Esas bragas son tan delicadas que, horas después, perdurará mi mordedura como en un molde dental.
Hacemos el amor. Bueno, en realidad hacemos el amor mientras follamos. Al principio tengo miedo de romper su frágil espalda, pero ella me araña, me desafía, me enerva como a un purasangre; para terminar domándome, amazona elegante, cowboy de rodeo (pero sin rodeos).
En el segundo asalto besamos la lona. O más bien la moqueta de la habitación. Su piel es suave como la porcelana, un imán para mis manos. Eso es, magnetismo animal, celo perpetuo, el calor húmedo del centro de la Tierra y su extraña belleza de otro planeta.
Por la mañana la hago nuestra en la ducha. Me hace suyo frente al espejo del armario. Mezclamos nuestras moléculas, amantes efervescentes que se duermen abrazados y despiertan con la piel de gallina.

A media tarde, desfallecidos, pedimos una pizza y la devoramos antes de que caiga en la mesa, como pirañas. Ella se pasea desnuda por la habitación y cada uno de sus gestos, de sus parpadeos, me provoca amnesia. Me cuesta entender por qué estoy en Tardienta la tarde de este 11 de junio, o la clase de peligros que me acechan.
Sólo cuando Sara entra en la ducha, cuando la pierdo de vista, puedo reflexionar.
¿De verdad no hay ninguna relación entre el comando que actuó en Qatar (ocho personas, por lo menos) y el que atacó en Tardienta? No tendría lógica que así fuera, pero las marcas eran tan parecidas... ¿Y si alguien había utilizado el campo de fútbol de este pueblo más o menos anónimo como una prueba? Un ensayo general, igual que en el teatro. La idea no era mala, pero tenía muchos cabos sueltos. ¿Por qué elegir Tardienta? ¿por qué un pueblo de mil habitantes en los Monegros, Aragón, España?.
Tardienta es, curiosamente, un nudo ferroviario destacado desde hace muchísimo tiempo. Por eso es el municipio más pequeño con una parada de AVE (aunque sólo pase un vez al día en cada dirección). Logísticamente no parece tan mal elegido... La teoría toma cuerpo hasta que ella irrumpe de nuevo en mi ángulo visual, con el pelo mojado, con una toalla-farsa cubriéndole el cuerpo. La toalla apenas soporta las primeras escaramuzas de mi asedio. Caen las murallas de Jerusalén y, poco después, el Templo es profanado.

Ella se ríe a carcajadas, pero es imprescindible que me coloque de espaldas a Sara para hablar por teléfono con Qatar. Asalto el minibar para servirme un whisky de pensar y mido cuidadosamente mis palabras. El Sr. Al-Kayata me explica que el césped de repuesto ha sido colocado de nuevo. Mañana es la inauguración del Mundial, "rezo porque esta noche no vuelva a suceder", le digo. Eso sí que sería irremediable. El ejército va a custodiar las instalaciones, nada puede salir mal.
Cuelgo. Me doy la vuelta y veo a Sara vestida (por primera vez en muchas horas) con un camisón amarillo minúsculo. Está sentada en la cama, con las piernas cruzadas.
- No pasará - me dice muy seria.
- ¿Cómo?
- Lo del estadio. No pasará esta noche, te lo aseguro.
Miro a la chica con extrañeza, como si no hubieran ocurrido cosas muchísimo más insólitas en las últimas jornadas. ¿Pero qué demonios sabe ella sobre este asunto?, me pregunto.

La teoría del "campo de pruebas" sigue viva en mi cerebro. Pero necesito salir a la calle y caminar para terminar de comprobar su solidez. El deseo saciado me hace menos vulnerable al influjo de Sara, pero me sigue costando concentrarme.
- Tal vez salga a dar un...
- No - interrumpe, tajante.
- Sólo un paseo, a que me dé el...
- No
- ¿No puedo salir a...?
- No.
Se levanta a cerrar las cortinas y a colocar una especie de candado sofisticado en la puerta. Luego arranca el cable del teléfono.
- ¿Qué pasa, corazoncito? - indago.
- Es mejor que nos quedemos aquí. Tómatelo como un secuestro - aclara.
- ¿Un secuestro de amor?
- Claro, a eso me refiero, un secuestro de amor. Pero vamos, también un secuestro normal.

He empezado a practicar la mayor parte de las artes marciales que existen. Sin embargo, me siento incapaz de utilizar mi potencial destructivo contra ella. O tal vez contra nadie, porque nunca pasé del cinturón naranja en ninguna de las disciplinas.
Me acabo el whisky de un trago. "¿Qué hacemos entonces?", digo, "¿vemos la tele?".
Ella se acerca gateando hasta mí, se coloca entre mi piernas y me come la polla para que me tranquilice.
Estoy preso. Preso del estupor.
Es el mejor secuestro de la historia.


* Si quieres que la aventura acabe bien, vota BIEN.
* Si quieres que acabe mal, vota MAL.
* Si quieres que nunca se acabe, haz una transferencia de 500 euros a mi cuenta corriente, y luego vota TRANSFERENCIA o lo que te dé la gana.


Puedes votar en los comentarios del blog, en la página de facebook o con una mención en tuiter.
Entre todos los participantes se sorteará un regalo sorpresa. Sólo tienes que votar una única vez durante la semana y tendrás un número en la rifa.
¡El sábado el capítulo final!

jueves, junio 13, 2013

Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (4)


Mi cabeza se debate entre abrir la puerta o hacer mía a esa doncella descarriada.
Lo tengo a huevo, pero no puedo correr más riesgos. Además, al Emir no ha podido darle tiempo de enterarse tan pronto de la fuga, y mi instinto me dice que tras la puerta me espera una información relevante. "Escóndete en el baño", le ordeno. Ella sonríe y obedece como si todo formara parte de un juego. "Me voy a marchar contigo ¿verdad?", me dice y me tiembla todo.
¡TOC TOC TOC!, insiste el visitante. Me quito la poca ropa que me quedaba y me anudo una toalla a la cintura.

Abro la puerta y encuentro a un tipo que he visto una o dos veces. Su nombre es Jesse Van Elst, si la memoria no me falla. Un holandés de la U.E.F.A., el clásico tocapelotas.
- Creía que te había pasado algo - dice. Grrrrrrrr, menudo imbécil.
- Ya ves que estoy bien, sólo me estaba duchando.
- Pero si no estás mojado. - ¡touché!
- Limpieza en seco, amigo. Cómo se nota que has estado en pocos hoteles de siete estrellas...
Me exige que le acompañe a la sala de conferencias. Agarro un pantalón corto y un niqui.
- Esto... ¿puedo usar tu baño? - me pregunta de repente.
- ¡No!
- ¿Eh?
- No, digo que mejor ni te acerques. Está en cuarentena. Hay un invierno nuclear allí dentro. - Uff, qué poco ha faltado. Por suerte entiende la metáfora a la primera.
Me calzo las chanclas y le sigo por el pasillo, con un hemisferio del cerebro atento a sus palabras y el otro pensando en la chica. ¿Sabrá mantener la calma?

Del gabinete de crisis quedan sólo las cenizas. Veo a Nasser Al-Kayata en el fondo de la sala, leyendo atentamente el informe. "Enséñame esas imágenes" le pido a Jesse.
Me explica que en las nuevas grabaciones hay 3 fotogramas que se han librado de las interferencias. Esperaba más, pero es la primera certeza en 24 horas.
- Son 8 personas... ¿lo ves? Observa las luces de las linternas. - Cuento con los dedos y le doy la razón. Pienso en Sara (otra vez). ¿Cómo voy a sacar del país a una fugitiva sin pasaporte? Es de locos.
- ¿Sólo tenemos 8 luces? ¿Nada más? - Bah, ninjas con linterna, brigadas de Al-Qaeda con frontales en la cabeza... si no fuera porque está en juego la reputación de mi empresa y, de paso, la reputación de un adinerado país, diría que estamos reviviendo un álbum de Mortadelo y Filemón.
- Hay otro hilo del que tirar - añade, teatral - Pero para ello un agente tiene que desplazarse inmediatamente a España.
- Me presento voluntario - es la oportunidad que estaba esperando. - ¡Yo mismo conduciré la avioneta!


Tardienta (España), 10 de junio de 2014

Aterrizamos en el aeropuerto abandonado de Huesca. Hay un range rover negro esperándome, con las llaves puestas. Entramos en él, mi acompañante y yo. Recorremos silenciosamente el camino al hotel.
Con la urgencia de mi partida no había sido difícil camuflar a la muchacha dentro de mi arcón. A cambio había tenido que abandonar en Doha mi colección de sombreros.
Me tumbo en la cama. Me siento aliviado por haber escapado de Qatar con mi cuello intacto, pero tan cansado que mis párpados se cierran. Sara, zalamera, me busca. "Sarazade, por favor, déjame dormir un rato que no estoy para cuentos", le digo.
Siesta de dos horas, ducha húmeda y salgo a investigar. Me duele en el alma dejar otra vez en la habitación a ese magnífico espécimen de la naturaleza, pero tengo toda la vida para ella y el mundial está en plena contrarreloj, quedan dos días para la inauguración.

Las fotografías de Tardienta que me había enseñado el holandés eran una réplica exacta del destrozo que yo había visto en el Khalifa Stadium. Pregunté por las calles del pueblo y vi que el tema todavía escocía. "¡Fue un ultraje!" me grita un viandante enfurecido. Eso era exactamente, un ultraje, hacer el mayor daño posible a posta y con desprecio. Hasta el obispo de Huesca, un anticigüeñas, ex-cura de Alcolea, que había medrado gracias a los acontecimientos de la primavera en Roma, con la bancarrota, las deserciones y la muerte del Papa Francisco en un pavoroso incendio, escribió una emotiva pastoral reprobando la gamberrada.
Recojo todos los testimonios que puedo. "No me jodas", "hay que ser cabrón", "nos dieron donde más nos duele", "no hay derecho", "con eso no se bromea"... y compruebo que la mayor parte de las sospechas recaen en el puedo de al lado: Almudévar.
- Pero no se ha podido probar nada - intento usar la lógica contra las acusaciones.
- Qué pruebas ni qué pruebas, ya te digo yo que fueron esos desustanciaos, ya vendrán pa fiestas...

¿Puede plagiarse el modus operandi sin compartir la autoría? Porque no entiendo qué roce han podido tener con el estado de Qatar los ciudadanos de Almudévar.
No, ese no es el enfoque correcto.
Tal vez sea todo mucho más sencillo y lo que tengo que encontrar precisamente es el Almudévar de Qatar. ¿Pero quién o qué es?.
Reflexiono despacio hasta que caigo: ¡¡Los Emiratos Árabes Unidos!!. Claro. Chasqueo los dedos. Todo cuadra.

Llego al hotel pensando en cómo reportar a la F.I.F.A. mi notable descubrimiento.
La recepcionista me está esperando. "A ver, usted, don Aniceto Martínez ¿verdad?". Me entrega un telegrama de Mozah:
"Tienes algo que nos pertenece (stop) Salimos a buscarte (stop) Entrégate sin pelear (stop) Si el Emir se entera estamos todos muertos". Glup. Trago saliva.
Antes de que alguien de la F.I.F.A. me traicione tendría que llamar a la jequesa por teléfono y darle mi versión de los hechos. Tal vez se me permita canjear a Sara por la información que acabo de descubrir.
"Siguiente nota". La recepcionista me entrega una cartulina doblada de una forma que creo reconocer. "Es del señor Jurgen Klinsmann, pide formalmente que se reúna con él en esta dirección". ¿Cómo? ¿Klinsmann? ¿Otro delantero alemán? ¿pero qué demonios está pasando aquí?.
"La última es de su compañera de habitación", la recepcionista se expresa con maestría. Me entrega un sobre cerrado que casi destrozo al abrirlo: "Estoy ansiosa por recorrer con mi boca la orografía de tu piel. Tuya en cuerpo y alma, S.".
Me reconozco frente al espejo como un cuarentón con pelazo, no exento de atractivo. Además sé que Sara tiene un corazón puro, jamás podría mentirme.

Así me quedo unos minutos, con las tres tarjetas en la mano, como si fuera un concursante del Un Dos Tres. ¿Dónde se esconderá la calabaza?


* Si quieres llamar a la mujer del Emir y resolver esos pequeños y mortales malentendidos, vota CONFERENCIA.
* Si prefieres acudir a la cita con Jurgen Klinsmann, vota ENCUENTRO.
* Si te olvidas de todo el ruido innecesario y subes a yacer con la díscola odalisca, vota HABITACIÓN.


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miércoles, junio 12, 2013

Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (3)


¡Ave María Purísima! Si el ataque es real y han vuelto a destrozar el césped, está a punto de liarse una muy gorda. Alguien está poniendo en jaque (o en jeque, jijiji) algo intocable como el Mundial de fútbol. Pero, en este momento, mi trabajo o mi intriga por la cita en el hotel, quedan en un segundo plano cuando una mujer como Mozah me invita a seguirle por los recovecos del Gran Palacio del Emir.
Estoy seguro de que hay alguna ley que pone en peligro la unión entre mi cabeza y el tronco en este preciso momento. No me importa. Ella camina con paso firme, su cuerpo se ondula con maneras elegantes de pantera . Le estoy amando locamenti, pero no sé cómo se lo vi'a decir.
Con el ajetreo, sin querer, le rozo con los nudillos en la prenalga. Se da la vuelta y me advierte: "Como me vuelvas a tocar hago que te corten las manos y se las den de comer a los halcones". Uff, vaya carácter.

- Ponte esto - ordena.
- Pero esto es ropa de mujer - observo.
- Ponte esto, por favor.
Me explica que vamos a entrar en el harén secreto del Emir y ¡bum! me explota la cabeza. ¡El harén secreto!.
- ¿Pero no tiene su alteza ya tres esposas? - le pregunto.
- ¿Y qué tendrá eso que ver? - dice mientras me ayuda a ponerme el disfraz.
- No, nada... es raro... ¿no siente celos de...?
- ¿Celosa yo? ¡Ja! - me interrumpe - Cualquiera que me evite yacer con ese león marino es mi aliada, ¿qué digo aliada? Esas chicas son como mis hermanas pequeñas. Las recluta una agencia de modelos canadiense y firman un contrato de seis meses. Se les acaba cogiendo cariño.
Asiento, obediente, y cruzo con mi anfitriona la puerta prohibida. Es un doble o nada. Como sólo tengo una cabeza y un cuello siento que no arriesgo mucho más que antes.

Nos recibe la Odalisca Jefe, Zaida. Sus curvas de demanda de voluptuosa presencia contraen mis esfínteres. Al contrario que la jequesa, Zaida me trata con extrema dulzura. Me abraza tiernamente y siento que caigo profundamente enamorado. Sí, enamorado, esta vez de verdad.
Interpreto que me necesitan para resolver un problema, pero todavía no me han dicho cuál. Recorremos estancias con piscinas y flores, veo hermosas mujeres con túnicas semitransparentes y bikinis caros.
- ¿Cómo pasáis el rato? - le pregunto a la encargada del serrallo y escucho gruñir a Mozah bint Nasser.
- Como se puede, hijo. Jugando al parchís, ensayando coreografías...
Llegamos a lo que parece la puerta de un baño. No un baño turco sino algo más prosaico, un baño normal con doble pestillo.
- Usted es español - me habla la mujer del Emir - y una especie de policía también. Pues ayúdenos. Se ha encerrado en el baño desde hace dos horas, nos estamos asustando.

Golpeo la puerta con los nudillos. "Se llama Sara", dice la odalisca, "sólo lleva 3 días aquí y no sabemos qué le pasa".
No le entendían, literalmente. Era española y había puesto en su curriculum "Inglés hablado y escrito: nivel medio" y resulta que era una trola como un piano.
- Sara... - le llamo. Sólo escucho un terrible silencio. Ay joder... - Sara, no hagas ninguna tontería, hablo tu idioma, déjame pasar.
Veo que la puerta se entreabre y me cuelo por la rendija como un contorsionista (de algo me tiene que servir haber nacido en un circo).

Espero encontrar a una mujer atormentada y me encuentro algo muy diferente.
Una sonrisa pícara me atraviesa zigzagueando las vísceras, relámpago de magnesio, rediós-grafía. Es... es casi un ángel. Sara es como Adriana Lima pero en guapa.
- Por fin un poco de ayuda - dice y vuelve a sonreír. El tiempo se para. Asciendo al ático amueblado del amor. Ahora sí que sí, ahora es de verdad, sé que quiero estar con ella toda la vida.
- Qué tal por Qatar, ¿te tratan bien? - saludo. La tensión sexual no me ayuda a elegir las frases con criterio.
- Ata esto en alguna parte, nos vamos - me da una especie de cuerda hecha con cortinajes anudados. Yo obedezco.
Nos descolgamos desde la ventana. Le explico cómo hacerlo con cierto orgullo (de algo me tiene que servir haber nacido en un circo). Me estoy metiendo en la boca del lobo, lo sé, mi instinto avisa haciendo sonar su cláxon de camión.
Nuestros pies alcanzan el suelo. ¿Cómo vamos a salir de aquí?, pienso. "Por la cetrería", responde ella como si me escuchara por dentro.
- El cetrero real me debe un favor - insiste.
- Pero si llevas 3 días aquí, ¿qué clase de favor...?
- Mejor no preguntes.
Desde lejos, con mi vestido de mujer, debo parecer su madre enferma. Por eso entiendo la sorpresa del encargado. Los halcones reposan serenos, con los ojos tapados. Sólo hay uno que se contonea inquieto. Intento acariciarlo y me da un picotazo. "¡Puto bicho!", grito en inglés. "No es un halcón", me aclara Sara, "es un alimoche". Claro, por eso me ataca, porque sabe que soy hombre muerto, carroña andante. ¿Quién me mandará a mí meterme en estos fregaos, Virgen Santa?.

Ya en el exterior del recinto me quito los ropajes y los arrojo a una papelera. Con el esmoquin estoy algo más digno. Son las 2 de la mañana. Necesito un refugio lo suficientemente concurrido y caótico como para pasar desapercibido. El hotel donde me hospedo junto al resto de la organización parece adecuado.
Miro a todas partes al cruzar la puerta. En el hall nadie nos mira, y eso también me hace sospechar. Ella sube conmigo en el ascensor, todavía sonriente, liberada. "Tú me tienes que contar algunas cosas", le digo por decir algo. "Lo que tú quieras, mi héroe", responde.
Cierro la puerta de la habitación. Me mira incitante mientras me quito la chaqueta, el pantalón, la camisa y los zapatos en un asombroso truco de magia (de algo me tiene que servir haber nacido en un circo). Dice: "¡oh!", abriendo mucho la boca. Es perfecta, la criatura más hermosa que... espera ¿no será un sueño?. Me pellizco. Es real. Todo esto es real. Me vuelvo a pellizcar. Umm, me gusta.
Ella permanece mirándome, con pose desafiante. Cuando estoy a un palmo de su cara...
¡TOC TOC TOC!
Llaman a la puerta muy fuerte.
¿Quién viene a buscarme? ¿mis colegas de la F.I.F.A.?
¿La sanguinaria guardia personal del Emir?
¿Rudi Völler?

"Abra o me veré obligado a tirar la puerta abajo", amenaza en inglés un hombre de acento indefinido.


* Si quieres esconder a la chica y abrir la puerta como si nada, vota ABRIR.
* Si quieres volver a escapar por la ventana, vota HUIR.
* Si confías en la resistencia de las puertas de los hoteles de lujo y crees que besar ya a la chica merece asumir los riesgos, vota ATACAR.


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martes, junio 11, 2013

Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (2)


Cierro los ojos hasta ver luces. Mi reciente amigo, Nasser Al-Kayata, me mira esperando algo. De repente caigo en la cuenta. Hostia, si yo no tengo nada que decidir. Que se apañen ellos, ¿no es su mundial? pues con su pan se lo coman. Sonrío aliviado. A mí que me registren.
- ¿Cómo vais de presupuesto? - pregunto provocador. - ¿Cómo vais de petrodólares?
- Tener dólares para sepultar a familia tuya entera - responde algo ofendido.
- Pues entonces... hala, a cambiar el césped deprisa y corriendo. Y ya está.
- Poner césped nuevo... - titubea.
- Sí, como se hizo Iker Casillas en el pelo.

A última hora de la tarde llega el rolls-royce del jardinero real. Nos enseña el blueprint, se remanga la kandora blanca nuclear, se toma un batido, sin prisa. Catorce minutos después llegan los ocho ayudantes, cada uno también con su rolls-royce. Nos abrazamos. Disparamos al aire con los kalashnikov. Lo típico.
Una hora después llegan el centenar de operarios filipinos esclavos sin derechos. Cargan con los tepes de césped.. "Llévales un poco de agua" me pide al cabo de un rato el secretario del ayudante segundo. Capataces nobles, con un corazón que no les cabe en el pecho.

¿Quién ha cometido esa tropelía? Nadie parece saberlo, pero les da igual porque antes de que el sol se ponga está colocado el parche. El Sr. Al-Kayata da órdenes estrictas a los vigilantes en árabe, gesticulando y llevándose el dedo índice a su ojo. En plan "atentos, que no vuelva a pasar". Me mira y da dos palmadas gritándome: "¡La cena!".
Llego a mi hotel. Me pongo corriendo el esmoquin. Me lo vuelvo a quitar. Me quito la ropa que llevaba puesta antes. Me vuelvo a poner el esmoquin. Colonia. Caramelo de eucalipto. Listo.

Una limusina me conduce al palacio del Emir. Es la fiesta benéfica del Mundial 2014. Entro gratis porque llevo mi placa de la F.I.F.A. Me mezclo entre la multitud. La media de edad es de 62 años. El deporte es salud.
Aparece el emir Hamad Al-Thani. Es un señor imponente al que, no cabe duda, le gusta bastante el asunto de cenar. Su bigotazo de macho alfa condiciona toda la presentación. Los canapés se sirven boca abajo.


Veo a una exótica mujer junto al presi Blatter. Me enternezco. Se pasan el valioso trofeo, juguetean. "¿Quién es?", le pregunto al ex-presidente Joao Havelange, que lleva un pedo elegante (estrategia de doble petaca, imagino).
- Es la jequesa, Mozah - me responde en espanglish.
- Ya, claro - qué cachondo el brasileño.
- No no, que se llama así.
Miro embelesado a Mozah bint Nasser Al Missned. Esta fiesta se pone interesante.

Comienzan los bailes regionales y el intercambio de vídeos de YouTube. Hago lo que haría un buen español: salir a la calle a fumar. ¿Que no fumo? Pues empiezo.

Noche tórrida. A las 6 de la tarde va a hacer un tiempo cojonudo para jugar al balón. Quedan menos de 72 horas para el arranque. Fuera nervios. Esa azafata me mira: "¿tengo que ir yo a por la cachimba, chata?". No entiende lo que le digo pero me entrega una nota.
Abro la cartulina doblada. Leo en voz baja: "Le conviene encontrarse conmigo inmediatamente. Nos vemos en el hall de su hotel en 1 hora. Firmado: Rudi Völler". ¿Völler? ¿El carismático delantero alemán de finales de los 80 y principios de los 90?, ¿qué tripa se le habrá roto a ese ariete?.

Sin llegar a asimilar la pregunta suena mi teléfono móvil. Es el subdirector Nasser Al-Kayata, está muy nervioso. "¿Cómo? ¿otra vez?, ¿ha sucedido otra vez?". Cuelgo y no puedo creerlo. ¿Cómo ha podido alguien volver a roturar un campo de fútbol hipevigilado a menos de tres día de la inauguración? Es de locos. Tengo que reunirme de inmediato con el grupo de seguridad... pero, ¿y el meeting del hotel?.

Si no tuviera suficiente lío en la cabeza veo tras una columna que alguien me llama. "Chssst chssst". Reconozco en la penumbra a la bella Mozah, la segunda mujer del Emir. Hace un gesto inequívoco con su mano derecha, quiere que le siga. ¿Qué hago?. Menudo trajín. Mira tú si es malo el tabaco.


* Si quieres acudir a la cita misteriosa en el hall del hotel, vota HOTEL.
* Si quieres cumplir con tus obligaciones y acudir al gabinete de crisis, vota URGENCIA.
* Si decides seguir a la mujer del emir, vota MOZA.


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lunes, junio 10, 2013

Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (1)


Doha (Qatar), 9 de junio de 2014

Me llamo Aniceto Martínez, y a pesar de que mi nombre podría hacer pensar lo contrario, soy español. Miren ustedes si soy español que he escondido en la maleta jamón serrano, chorizo, salchichón y llevo una longaniza furtiva en la funda de una flauta, como el que esconde medio kilo de droga. En la aduana me he puesto muy nervioso, claro, porque este es un país en el que el cerdo está muy mal visto y los guardias con gorra de plato y mostacho están genéticamente diseñados para infundir terror.

La profesión de mi padre, trapecista en el Circo Buenhumor, no permite saber con certeza el lugar de mi nacimiento, y sólo sé que mi infancia se repartió entre todas las ciudades y pueblos de la piel de toro. Soy titiritero de espíritu, aunque mi vocación siempre ha sido la seguridad.
"Eh, dónde se cree que va, caballero". "Señora, no se cuele". En las puertas del circo di mis primeros pasos. Luego aprobé el examen de vigilante jurado y comenzó una fulgurante carrera salpicada de cursos de inglés y artes marciales, veranos en Lloret de Mar o trabajos de detective a media jornada, hasta que a los 25 años fui reclutado por la organización religiosa más poderosa del mundo, la F.I.F.A.

Recorro las calurosas calles de Doha, con su dicharachera normalidad, con sus utilitarios de marca Lamborghini y sus mujeres prudentes, protegiendo cada milímetro de su cuerpo del sol. Camino rápido, con la esperanza puesta en el próximo aire acondicionado.
Entro al estadio Khalifa, antiguo orgullo del emirato (hasta que fue construido el Luisail Iconic Stadium), donde tiene programados sus partidos de fútbol la selección local durante el Campeonato del Mundo.
La concesión del Mundial había sido, inicialmente, para el año 2022, pero tras las desastrosas inundaciones en Brasil, la F.I.F.A. se había visto obligada a encontrar una sede alternativa para la edición de 2014. En asuntos de sobornos rápidos la Qatar Foundation es insuperable.
Los jeques andan exultantes con su juguete nuevo, los gerifaltes del deporte rey lo están también con sus recién estrenadas cuentas en Suiza, es un marco win-win, todos ganan. Pero al entrar en el despacho del subdirector de la organización, Nasser Al-Khayata, descubro que no todo es felicidad, hay algo que va realmente mal.

Assalamu Alaikum - saludo cortés.
- Pase pase, no quede puerta - me hace un gesto apresurado con la mano, no está para formalismos. Su despacho tiene más de 80 metros cuadrados, mesa de billar, escupideras de mármol, un columpio... aunque lo que más me impresiona es el ventanal que da al campo, su particular palco VIP.
- He venido en cuanto he recibido su mensaje en mi hotel - me disculpo.
- Ven conmigo - me toma del brazo y tira de mí hasta la cristalera.
- ¡Dios mío! - exclamo, desprovisto de mi natural templanza a causa de la sorpresa.
- Esto pasa.

El imponente y coqueto estadio espera reluciente a los 50.000 espectadores que llenarán sus gradas durante el partido inaugural. Pero el césped... ¡el césped está levantado!. Miro a mi interlocutor tratando de entender a qué se debe esta aberración de la jardinería. Se lleva las manos al turbante, pone los ojos en blanco y dice algo confuso en árabe. "Nadie sabe cómo suceder" añade un rato después, en su inglés macarrónico. Sólo le faltan las lágrimas para parecer un hombre devastado.
Quedan 3 días para que empiece el torneo, los ojos del mundo miran fijamente a este pequeño país del Golfo Pérsico. Sin embargo, alguien ha arado el campo de juego, han labrado el césped con saña, con minuciosidad de maníaco.

"¿Y las grabaciones?", pregunto. Siempre hay que confiar en las grabaciones.
Nasser Al-Khayata pulsa un botón de su mesa-escritorio, la pared se abre como en las películas de James Bond y aparece una pantalla de la nada. Vemos los 11 vídeos de las 11 cámaras de seguridad. Nada, sólo niebla e interferencias.
Todas las cámaras de la ciudad han funcionado excepto las del estadio, me explica el prócer, y yo me empiezo a acojonar.
Normalmente me llaman para supervisar la custodia del trofeo, la seguridad de los invitados o para preparar los protocolos de evacuación, pero esto supera cualquier previsión terrorista.
"Con césped así esférico no rueda", aclara el Sr. Al-Khayata, "no tiki-taka".
Tengo la tentación de pedir el típico whisky doble de pensar, pero enseguida recuerdo dónde estoy. Me tiemblan las piernas. Me siento en una butaca de cuero. Es el momento de tomar decisiones.

Suena el teléfono. Mi anfitrión tiene una acalorada conversación que termina con el teléfono estampado en el suelo y un escupitajo. Me mira. Sonríe unos segundos antes de descomponerse. "En Al-Rayyan y en Lusail también pasar, yo cortar venas con cimitarra..."


* Si quieres ir a hablar con el presidente de la F.I.F.A. y convencerle de que hay que suspender el Mundial, vota SUSPENDER.
* Si quieres esperar a que alguien reivindique la autoría del sabotaje para entender qué está pasando, vota ESPERAR.
* Si quieres hacer como si no hubiera pasado nada y que los jardineros intenten resolverlo rápidamente, vota PASAR.


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viernes, junio 07, 2013

Dominio, cinefilia y anuncio importante

¡Ya tenemos dominio! No hace falta teclear la dirección antigua, con hombrerevenido.com es suficiente. Pero podéis seguir entrando con la dirección de antes, esta gente de blogger es tan lista que se da cuenta en centésimas de segundo y lo cambian. Como cuando buscas en Google y te dan 61.000 resultados en 0,17 segundos y tú dices, hala tira, y, al mismo tiempo que te lo crees, no te lo crees.

Cuando llegan estas fechas siempre os hablo de lo mismo, de uno de los orgullos de la ciudad, el Festival Internacional de Cine de Huesca que arrancará el lunes su 41ª edición. Olé.
Subo el cartel y pensáis un segundo en lo difícil que es sacar esto adelante cada año.


Os lo recomiendo muchísimo (a los que estéis cerca). Los concursos de cortometraje, las secciones de homenaje, el cine de culto, las películas proyectadas en ese recinto extraordinario que es el Teatro Olimpia.
Aquí tenéis la web con la programación y todo lo demás.
Cada vez con menos presupuesto, pero sobreviviendo a base de empeño y trabajo desinteresado.

¿Por qué os hablo del festival el viernes si empieza el lunes? Os lo explico rápido: porque a partir del domingo estaremos metidos en otra de esas historias locas de "Elige tu propia aventura".
La última edición fue espectacular, con el sorteo del libro de Molinos dedicadísimo. Más de 80 comentaristas, en el blog, twitter o facebook, competisteis por él participando en la trama de "Lluvia en Roma", esa intriga vaticana de rezos, risas y lamentos.

Os imagino así

No voy a dar ninguna pista del estilo de la narración ni de la temática. ¿Por qué? Pues porque no tengo ni idea. Improvisaremos, como siempre.

Sería bueno sortear algo entre todos los participantes, no sé, un premio honorífico para celebrar el 7º aniversario de la Academia de Chimpancés. De momento voy a pensarlo, a ver qué se me ocurre (se admiten ideas y sugerencias).
Aunque a vosotros os voy a decir que es UN FABULOSO REGALO SORPRESA.
¡Ja!
Sois tan simples...

jueves, junio 06, 2013

Huesconsin - Año 7


Vale que somos una Academia de Chimpancés. Vale que tenemos que tratar temas didácticos y hacerlo de forma amena, con chascarrillos y juegos variados. Pero en realidad siempre hemos anhelado destilar el aroma de los escritores muertos, dicho esto, claro está, en sentido metafórico.

Ya he explicado muchas veces que el blog surgió por casualidad, una mañana en la que no tenía tiempo que perder. La paradoja se repite en la mayoría de las decisiones importantes de la vida ¿verdad?.
Hoy hace 7 años que la Academia de Chimpancés abrió sus puertas.
Finjo que me da igual.
Finjamos todos felicitaciones contenidas, con algo de sarcasmo, y yo rechazaré mis méritos con flema de escritor de renombre que rechaza el Premio Príncipe de Asturias de beber cerveza.

7 años es tiempo más que suficiente para vuestra completa formación ¿no creéis?. 7 años de estudio intensivo os han preparado para salir allí afuera, a la jungla de la vida, y sobrevivir, o lo que es más importante, tener conversación de sobra.
Eso pienso a veces.

Aunque luego me digo, bah, por qué no seguir escribiendo un año más. Total... a vosotros os entretiene, a mi novia no le avergüenza (la mayor parte de las veces), y ¡qué demonios! están a punto de pasarnos a todos cosas muy grandes, muy buenas y muy locas. Esto hay que vivirlo aquí, juntos, de forma oblicua y misteriosa.

La Academia es amor.
La Academia es un autobús sin frenos por las comarcales de internet.
La Academia es una charanga de sordos felices.

Y hoy, además, quería estrenar nuevo dominio: hombrerevenido.com (pero los eficientes amigos de Hostinet no han permitido hacerlo a tiempo, hurra por el trabajo mal hecho)
¿Puede haber mayor felicidad?
Sí, estrenar el dominio mañana o la semana que viene.
A contratiempo es todo mucho mejor.
Nuestro olor a literatura mal ventilada. Vuestra capacidad innata para no entender nada.
Vamos a mear en círculos en el jardín del futuro.
Yo me la voy sacando...

miércoles, junio 05, 2013

Animales Acojonantes (56) - EL PULPO


El pulpo es un cefalópodo de ocho brazos articulados, muy cariñoso, besucón, de cabeza amplia e inteligencia notable. Es capaz de resolver problemas de álgebra (casi siempre mal) y de memorizar patrones mediante la observación... vamos, que si tiene hambre es capaz de trajinarse el contenido de envases con abre-fácil que algunos monos tendríamos que estrellar contra las piedras.

También es abnegado en la defensa de sus crías, sobre todo la hembra, que cuida a los huevos durante el mes que tardan en eclosionar, se encara con transeúntes y depredadores, se pega con quien haga falta.
Como no puede descuidarse ni un momento, pasa de alimentarse y acaba muriendo de inanición. Noble gladiadora incansable. ¡Ave!



Pese a todas sus cualidades positivas, lo suyo es la discreción. Cuanto menos hablen mejor. Hay mucho listo esperando a despellejarle en cuando se descuide. “No destaques, tápate”, es su consejo. Por eso el pulpo es un maestro del camuflaje, cambia de color hasta mimetizarse con el entorno y se contorsiona como las rocas del fondo. A lo mejor se pasan toda una tarde jugando al escondite y la paga siempre el mismo.
Ahora bien, cuando el pulpo se pone furioso o le pillan en una mentira también cambia de color, y cuando está en pleno desempeño sexual enrojece por el esfuerzo. A una mala, si la cosa se complica y hay que escapar, recurre a una cortina de tinta (que siempre es mejor que inventarse cualquier excusa).

Le gusta:
- Hacer quinielas
- Los chalecos
- El futbolín

No le gusta:
- La impuntualidad
- El zumo de naranja sin pulpa
- Esas escaleras en las que hay que subir siempre con el mismo pie

lunes, junio 03, 2013

Estío estático

Día 12: Nadie sospecha que soy una berenjena

Ha llegado el verano. O al menos eso creo. Hasta el 40 de mayo no hay nada seguro.
De momento me voy a quedar quieto, camuflado, esperando acontecimientos. No querría asustar al buen tiempo haciendo un movimiento brusco.