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domingo, diciembre 16, 2018

Alimentos que nos hacen decir ¡Weeeeeeee! - 24 - INSECTOS

Nutritivos y sostenibles. Así podríamos definir a este alimento que promete ser la gran revolución culinaria del siglo en el que estamos (dudo entre dos).
Insectos hay a patadas. Muchos para mi gusto. Por lo tanto, algo tenemos que hacer con ellos.


El primer bicho que me comí fue sin querer. Tremendo mosquito que se me metió en la boca mientras corría. Así en crudo me pareció soso. A lo mejor con alguna salsa...
Hoy en día la industria del insecto ha avanzado mucho. Por ejemplo puedes comerte el grillo con cáscara, el grillo pelado o bocabits de harina de grillo como los de la foto. Casi sin enterarte.
Al final serán como mosquitos que nos entrarán en la boca, lo queramos o no.

viernes, junio 05, 2015

Chimpanchef


Celler de Can Roca no me parece un nombre adecuado para un restaurante. No es comercial. Restaurante Playamar, por ejemplo, es mucho más evocador. Aunque si me hubieran dejado a mí poner el nombre creo que hubiera elegido "Rechupete".
Pensad en los titulares: "El Rechupete es elegido mejor restaurante del mundo por la revista..."
En fin, ellos verán. La cuestión es que los hermanos Roca han puesto a su garito en lo más alto del escalafón, como en su día consiguió el Bulli de Ferrán Adriá.

En Huesconsin también nos cuidamos bastante bien. A la estrella Michelín de la Taberna de Lillas Pastia y el Restaurante Las Torres, se unió hace poco el tapeo genial (cookink!) del Tatau Bistro.
3 estrellas Michelín como 3 soles mañaneros. Porque acordaos, el sol es una estrella enana amarilla, aunque eso mejor no se lo digáis.

Y estos 3 lugares son sólo la avanzadilla. Hay muchos otros templos y templetes gastronómicos en la ciudad. Aunque si yo os lo cuento y no venís es como cuando el Budha enseñaba el camino de la iluminación, o como el bereber del desierto que indica al sediento el camino hacia el oasis.

Porque la gastronomía es un arte que tiene que ser probado. Eso lo convierte en un arte exclusivo. Todos hablan del Bulli pero sólo un pequeño grupo de privilegiados pudo comer allí. Pequeño grupo si lo comparamos a los que han visto "El Jardín de las delicias" en el Museo del Prado o a los lectores potenciales de este blog (por poner dos ejemplos de creatividad sublime).

Que te cuenten la película está bien, pero lo mejor es verla ¿no?
Me pasa lo mismo con esos fenómenos televisivos tipo Master Chef y sucedáneos.
Los veo y me quedo intranquilo. Es pornografía culinaria. ¿Cómo sabes que eso está bueno de verdad? ¿porque lo diga ese cocinero gurú con malas pulgas?

El tema es complejo, ya lo sé, pero los chimpancés tenemos una importante responsabilidad en todo este asunto de la cocina, en su pasado, presente y futuro. No lo digo yo, lo dice Felix Warneken, profesor asociado de Ciencias Sociales en la Universidad de Yale:
     "Cuándo surgió la cocina en la evolución humana es una pregunta importante. Pensamos que una manera de llegar a esta cuestión es investigar si los chimpancés, en principio, tienen las capacidades cognitivas esenciales para cocinar. Si nuestro pariente evolutivo más cercano posee estas habilidades, sugiere que una vez que los primeros seres humanos fueron capaces de utilizar y controlar el fuego también podrían utilizarlo para cocinar"

Y obviamente la conclusión es que sí, como dice este LINKAZO, que los chimpancés llevamos años de ventaja.
Cuando el australopithecus se comía las piedras crudas, los chimpancés ya freíamos huevos. 
Cuando al homo habilis le costaba adivinar hacia qué lado se ponía el delantal de piel de mamut, nosotros los chimpancés aprendimos a sobrevivir a base de arroz con cosas. 
Cuando el homo sapiens se comió la primera gamba, los chimpancés deconstruimos la tortilla y creamos el revuelto.
En la Academia siempre hemos dado mucha importancia al comedor.
Precisamente uno de nuestros lemas fundacionales es el siguiente:
Un simio bien comido, aguanta el doble sin trabajar.
Traducídmelo al latín, si podéis, que estoy pensando en hacer camisetas.

domingo, julio 06, 2014

Helarte

En estos tiempos de tormentas, shorts demasiado cortos (si hasta yo me doy cuenta es que lo son), tiempos de mundial de fútbol y social media distractions, es bueno saber que la realidad se guarda en la manga algo más que ases. Se guarda cuatros. ¿Y para qué sirven los cuatros? Para ganar no. Para entretenerse sí.

Os cuento. Establecimiento Bendita Ruina de la localidad oscense de Huesconsin, conocida por ser la capital mundial y lugar exacto de celebración del Big Bang, que por un lado muy bien y muy necesario, pero por otro lado menudo susto.
Día: ayer. Hora: 17:45 de la tarde. Entra un señor homeless, lo que aquí se llama un carrilano, persona que recorre la geografía nacional de albergue en albergue. Se quedan por el día en las plazas cercanas y acaban siguiendo camino, disfrutan a su modo, se les va la mano con el vino y la lían, y casi siempre llevan en la mochila una historia de mala suerte, tristeza y locura, que a veces quieren contar y otras veces olvidar.
Bueno, pues un señor carrilano entra al local y pide una cucharilla prestada. "Para comerme un helado", dice. Se la prestan. "¿Me lo puedo comer aquí? es un momento". Conseguido el permiso busca una mesa interior vacía y se prepara.

Saca una barra de helado de chocolate y vainilla. Cuando digo una barra me refiero a esto.


La típica barra de helado de 1 litro. Abre por completo el envoltorio de cartón, la mira, saca de su bolsa un bote de nata montada en spray, adereza un poco una esquina del helado y se pone a comer.

- ¿No será mucho? - preguntamos un grupo de personajes selectos de la concurrencia.
- Yo esto me lo como en un momento, sin darme cuenta - responde él.

- Te vas a poner malo - le advierto.
- Bah, hay que disfrutar, que la vida es muy corta.

Acababa de afeitarme mi barba absurda de 3 semanas y miraba a ese hombre perfectamente afeitado también (porque a los homeless no les gusta que les confundan con hipsters) dando cumplida cuenta de su comida, merienda, cena o lo que fuera eso. Se lo zampó entero, devolvió la cucharilla, dio las gracias y siguió su camino.

Esta mañana he vuelto a verlo y puedo asegurar que está vivo. Lo que ya no sé muy bien es cómo pasó la noche, porque si yo casi me empacho de verlo...

Se dirá que esos hábitos alimenticios son primarios, infantiles e impropios de una vida saludable y civilizada. Lo entiendo y sé que eso es verdad. Pero oye, no puedo dejar de sentir fascinación por el lado oscuro. Porque allí no había sólo un desorden, allí había también un desafío.

Me aventuro a imaginar el proceso mental. Está pidiendo en la puerta de la Iglesia de Santo Domingo, recaudando unas monedas que le solucionan la tarde, pasando calor e imaginando formas de refrescarse. Piensa en que le apetece un helado. A lo mejor hace muchos días que no come uno. Va a la compra y sus pasos le conducen de forma inconsciente a los congelados. De allí al helado es simple gravedad. ¿Me apetece un poco de helado? Pues me trinco un litro entero. Así se sacian las pasiones. A lo grande. Sin miedo. Hasta el hartazgo.
Un santo no puede ser alguien que renuncia a las tentaciones. Un santo tendría que ser el que se enfrenta a ellas y obra de la forma oportuna para terminar aborreciéndolas.

Y ojo, hace 20 o 30 años esas barras de helado eran gloria bendita. Cuando el helado era un bien escaso, cuando no había helados de marca y nombres raros, su presencia se celebraba con euforia. Y ahora parece un postre viejuno y demodé. No tiene glamour. Por eso el acto es todavía más contracultural.
Si esto lo hace un artista en una performance en el MOMA pondría patas arriba la modernez.
Quizá es que lo sublime para muchos es la rutina de algunos.

lunes, abril 28, 2014

Tripizza


El universo (esa pizza cósmica de 117 ingredientes) no nos permite dejar el tema. Y si el universo se empeña, quién soy yo para llevarle la contraria.

Nos deja Molinos un comentario un enlace pizzero que merece analizar con detalle. Es este.
¿Qué podemos y qué no podemos echarle a la pizza?

La pregunta va más allá de la típica controversia con la piña. Sería interesante que repasáramos las pizzas más locas que hemos diseñado y confesáramos nuestros grandes pecados o nuestros mejores aciertos.

El artículo es revelador. ¿Tinta de calamar, como en el restaurante Bibiana de Washington D.C.? Parece una propuesta interesante. O la de esos suecos que le ponen plátano, jamón ahumado, queso ahumado y curry. Con dos cojones.
Espero que alguien se haya atrevido en el Levante español a perpetrar una pizza de paella. No he querido investigar porque soy muy sensible. Pero la mente humana no tiene límite.
Mirad a estos ingleses que integraron el famoso desayuno británico a una pizza:


Dejo que vuestras mentes calenturientas diseñen pizzas ad æternum, las posibilidades infinitas.

Ninguna (repito, NINGUNA) habrá podido imaginar una mezcla como la siguiente.


¿Algo típico de Florida con lo que hacer pizza?, pensaron en este restaurante.
¿Sonny Crockett? ¿Alejandro Sanz? No van por ahí los tiros.
Como tienen esos humedales llenos de bichos decidieron aprovechar la fauna autóctona. Pizza de serpiente pitón, cocodrilo y ranas.
Madre mía...

¿Dónde quedó lo típico de la pizza de champiñones (vegetal), jamón (animal) y atún (mineral)? Tripizza. Algo equilibrado, con todos los nutrientes necesarios para la vida moderna.

Si tenéis una especialidad muy desviada ha llegado el momento de confesar.
Mientras lo hacéis vamos a tener que dejar el tema porque si sigo teniendo antojos de pizza tendré que seguir comiendo y acabaré levantándome del sillón rodando.


¿Veis? Esa rubia es la gula que vive dentro de nuestro estómago.

viernes, abril 25, 2014

Repizza

Ayer saqué el tema de la pizza de forma abrupta. Algunos de vosotros seguro que pensasteis ¿qué le ocurre? ¿qué intenta decirnos? ¿tendrá hambre?. Respondo a las tres preguntas: Sí, sí y sí.

Siendo sincero os diré que ayer hablé de pizzas con el objetivo de tener hoy una excusa para publicar fotos de animales comiendo pizza.
Primero esta marmota...


Luego esta ardilla...


¿No es adorable? Observad al patito...


Este vídeo me lo hicieron en invierno (mucho ojo con mi abrigo de capo)...


Aunque mi preferido es este perro que se lleva la pizza entera...


No sé nada de la vida si ese can ha pagado lo que vale la pizza. Se la lleva como disimulando...
Tal vez esa sea la mejor forma de comerse una pizza. Sintiéndose un bandido, arrastrado por las bajas pasiones del hurto o la glotonería. La pizza implica todos los neurorreceptores de la conciencia e involucra a todos los sentidos: vista, olfato, gusto, tacto y oído (sobre todo si la encargas por teléfono).

Me gusta tanto la pizza que me he comprado este sueter:


Voy a estar para comerme ¿o no?
Si a esto le añado mi nueva colonia de pepperoni... en cuanto me acerque vais a empezar a salivar. Trucos sofisticados de seducción. No sé por qué no estáis tomando apuntes.

Nada de biblias, lo que hay que guardar siempre en el cajón de la mesilla es una pizza.



Bien. Creo que se está entendiendo la lección de hoy.
Ahora ¿quién me aupa para alcanzar la pizza que ha encalado el puto discóbolo?


jueves, abril 24, 2014

Alimentos que nos hacen decir evviva! - 23 - LA PIZZA

La pizza era una cosa misteriosa que comían los chavales de las películas americanas. Era un alimento de apariencia extraña y un sabor-olor misterioso (el cine tiene sus carencias sensoriales).

Luego la pizza llegó a los pueblos y nos dimos cuenta de su enorme valor como piedra angular de nuestra civilización. A pesar de que hubiera gente que con total naturalidad le echara anchoas a la pizza (porque tiene que haber de todo), nos conseguimos apartar del camino del exceso y la mezcla loca, comprendimos su lógica culinaria y nació un mundo mejor (en el que los singles cocinan lo que Tarradellas envasa).

La pizza se compone de masa (el secreto está en la masa), una base de salsa de tomate (el secreto de una buena pizza es el tomate), queso (la elección del queso es el mayor secreto) y cosas comestibles encima.
No es ningún secreto, la pizza es el mayor invento del glorioso pueblo italiano, junto con los cónclaves.

miércoles, marzo 19, 2014

Con salero


La Unión Europea prohibe las aceiteras rellenables. Decisión discutible cuanto menos. Hay razones a favor de la norma y también en contra, la principal (a mi entender) es el exceso de legislación, no sé, siempre la misma historia, matar moscas a decretazos.
Con lo que sin embargo no se ha metido nunca la UE y tiene muchísimo más delito es con los saleros. Y allí es donde sus señorías, vividores todos, chupópteros en un elevado porcentaje (100%), tendrían que meter mano.

No sé cómo será en otros países, pero en España lo que está realmente mal no son las aceiteras, lo que preocupa a la ciudadanía de a pie son los saleros.
Uno podría imaginarse líos con los azucareros, que han incorporado tecnologías del siglo XXII, casi mágicas, como este modelo que conoceréis bien...


¿Pero con los saleros? ¿cómo puede ser que hayamos puesto un mono en el espacio y no seamos capaces de manejar este asunto?

La sal fue, desde el principio de los tiempos, un bien muy valioso. Sin sal, las patatas fritas o los huevos fritos no serían lo mismo. Por eso siempre se ha dicho que derramar sal da mala suerte. A Judas Iscariote se le representa muchas veces derramando el salero en la Última Cena. Y por ese detalle nos queda claro que el tío era un brozas, no se fijaba bien en lo que hacía y así le fue...


No se ve muy bien en esta imagen, pero podéis verlo mejor en un detalle de la copia del fresco que pintó Giacomo Raffaelli.


Miles de años de tecnología (puede consultarse el completísimo informe "Divagaciones sobre formas primitivas de saleros y de objetos afines" de Fritz Krüger), pasando de los saleros rudimentarios fabricados en piel de cabrito, cuernos, calabazas, troncos...


... hasta llegar a estos modelos alemanes de pintoresca ornamentación, de la primera mitad del siglo XX.


El cambio del salero en el que todo el mundo metía la mano al salero higiénico fue un gran avance. Pero nos hemos estancado allí.


¿Qué muro invisible nos impide avanzar?
Porque, a ver, el salero convencional está muy lejos de solucionar el complejo problema del salamiento.
¿Echa sal? Sí. Para eso le han colocado sabiamente esos agujeros en la parte superior.
Si queremos evitar que la sal se humedezca y apelmace tenemos el truco de los granos de arroz. Sin embargo, para saber cuánta sal exactamente va a echar el utensilio todavía no se ha encontrado solución.

Yo reconozco que pruebo el salero en mi mano (a veces en los ojos). Agito, analizo y compruebo el caudal antes de utilizarlo. Eso es un desperdicio, una guarrada y una pérdida de tiempo, porque en el momento de la verdad el salero va a hacer lo que le apetezca. Las autoridades sanitarias nos piden que moderemos el consumo de sal en las comida y estamos completamente indefensos.
Qué rabia, joder.

¿Qué hace la UE (¡¡uueeeeeeeee!!) al respecto? Lo mismito que hace con lo de Ucrania. Marear la perdiz, verlas venir, prometer apoyo, firmar manifiestos y amenazar con sanciones. Estatuas de sal burocráticas.
Hay que reinventar los saleros. Necesitamos que haya más controles o, mejor dicho, bastaría conque se cumplieran los que ya existen. Los excesos del pasado nos han llevado a esta situación.

 Las estructuras granulares son complicadas. Lo sabes tú y lo sé yo. Pero no me creo que no hayamos conseguido dominar la sal tal y como hemos llegado a dominar al átomo. Todavía habrá quien niegue que no somos primates...
Hago un llamamiento a los ingenieros del mundo. ¡Solucionad esto ya!
(venga, que yo ya he hecho la parte difícil del asunto: escribir este post)

viernes, noviembre 15, 2013

Golosinas deprimentes

Maño, mañico, golosina deprimente,
no hay quién se la coma.
La dejaremos en este rinconcito
para las hormigas


El otro día disfrutamos de Los Ganglios en concierto. En especial de esta tonadilla intitulada "El regalo".




Este es un tema complejo que da para post.
Por eso he preparado un ranking, que hace mucho que no hacemos listas. Un top.com8 de golosinas deprimentes. No están todas las que son, pero son todas las que están.

8
Manzanas caramelizadas

Vendidas como churros en las ferias, ¿quién no ha empezado nunca a comerse una?
Pero la pregunta es: ¿alguien se la acabó? Es el típico dulce trampa, como el algodón de azúcar, que mola mucho más cuando se lo está comiendo otro niño.


7
Bolitas de anís

Otro producto que nos entraba por los ojos. Normalmente venían en envases transparentes de plástico: un botijo, un porrón, un sonajero o una raqueta de tenis. Cualquier utensilio era válido. También se han utilizado (en exceso) a la hora de decorar tartas o postres. Un paso en falso de la civilización.



6
Castañas de mazapán

Me toca ir en contra de un típico dulce oscense, y me duele, pero es que nunca pude con las castañas de mazapán. siempre me han producido una especie de grima en el paladar.



5
Cigarros de chocolate

No nos vamos a poner ahora políticamente correctos a estas alturas, pero no pueden faltar en este ranking las golosinas inconvenientes. Espero que se sigan vendiendo cigarrillos de chocolate y que sigan teniendo ese sabor a chocolate rancio, sabor a decepción.




4
Rosco de vino

Habría que crear un ranking propio para los dulces navideños. Pero nada era tan denostado como el roscón de vino en las cajas de polvorones variados. Nunca tuvo sentido. Nada reflejó de forma tan fiel la depresión navideña de algunas personas.


3
Fruticas de Aragón

Abriendo el pódium nos encontramos con la "golosina deprimente" que aparece en la canción. Justicia poética. Drama cotidiano.



2
Adoquines del Pilar

Como ya dije en su día: "Alimento o un arma arrojadiza (no se sabe muy bien todavía) que se compone de dos partes: mazacote de caramelo y papel alusivo de excelente diseño y gusto.
A priori no está muy claro, pero la parte comestible es el caramelo. Se quita el papel, se lee la jota que lleva dentro, se persigna uno ante la estampa virgencística y luego se chupa el hexaedro"


1
Peladillas

Y como colofón, el absurdo hecho dulce. Si en Hallowen salieran los niños celtibéricos a las calles dirían "Truco o trato" y las ancianas responderían: "¡Putada!"

Tal vez la costumbre de regalar peladillas nos haya librado de esa tradición anglosajona.



Estoy segurísimo de que sois capaces de decirme muchas más golosinas deprimentes. Os animo a participar. Todo el que participe recibirá su peso en peladillas, a recibir el mismo día de su muerte, cuando se esté instalando en el infierno.

martes, febrero 19, 2013

Alimentos que nos hacen decir banzai! - 22 - EL SUSHI

El sushi no es pescado crudo. ¿Qué es entonces? El sushi es arroz, cocinado de una forma especial, con su vinagre de arroz y su pizca de amor. ¿Dónde se compra ese ingrediente secreto, el amor? No se compra, se conquista. Al sushi hay que hablarle bajito, con respeto, y cuando está en la cazuela se le canta. Por eso los japoneses tienen un karaoke en la cocina.

Ya luego, con el arroz listo, se le añade el pescado crudo. O marisco, o verduritas, o jamón york, o panceta, o una grulla de papel.

A veces, para el día de Emperadores, se compra un roscón de sushi, y el que encuentre la sorpresa (normalmente una tuerca gorda) lo paga.

miércoles, enero 16, 2013

Vitamina C


Me han pedido que participe de jurado en un concurso. ¿Miss España? No, mejor todavía.

Lo organiza la gente de Naranjas Fontestad y, de puro agradecimiento, les vamos a dedicar un post, porque ser jurado de un concurso de historias es una de nuestras vocaciones (de siempre). No en vano ya organizamos en este blog el concurso de microrrelatos "Siete pecados". Y es que, os lo recuerdo, se ha demostrado que el pecado original fue con una naranja, no con una manzana. Comed fruta, haced el favor, como hacemos los chimpancés de bien. O por lo menos echadla al gintonic.

El concurso va de elegir a la Personita C.
¿Qué es una Personita C? Es una de esas personas "que te da buen rollo y te llena de energía".



Se entra a esta aplicación de Facebook, se hace uno fan y participa.
Hay que contar la historia de esa persona con vitaminas que nos salva cuando nos asomamos a ese precipicio de la existencia que son las mañanas.

De entre todas las historias, un grupo selecto de bloggers geniales (Molinos entre ellos) y luego yo, el típico jurado parásito que va a beber martini y a liarla, elegiremos a la mejor Personita C de España.
El premio: un camión de naranjas para el que cuente la historia y para el protagonista de la historia.
Naranjas a cholón.
Una locura.

Ni que decir tiene que os invito a participar. Pero no digáis nunca que un blogger os da energía positiva, os lo advierto. Es falso. Os robamos el alma. Está comprobado.

El plazo termina el 18 de febrero. Así que ya podéis espabilar.
La semana que viene seleccionaremos las Personitas C de la Academia de Chimpancés. Atentos, que va a estar muy repartido.

jueves, febrero 09, 2012

Activos tóxicos

Bien, sí... los mercados... ejem... culpables de todos nuestros males... ajá... no, ya...
¿esos mercados? no, yo hablo de los supermercados.

Prueba A:



Prueba B:



Culpables.
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jueves, diciembre 29, 2011

Alimentos que nos hacen decir ¡ñgñgñg! - 21 - EL TURRÓN DE GUIRLACHE

El turrón de guirlache es el volcán tras la erupción, el magma acaramelado sobre un suelo de almendra. El turrón de guirlache es la España de antes, pero también es el futuro.

Tener algo duro entre los dientes es algo muy navideño, no hay duda. Por eso el guirlache aguanta, sobrevive en las alcantarillas del marketing.
El guirlache también es un poco la vieja y desdentada Europa.
Vale, no le prestáis ninguna atención. Borrad esa sonrisa de vuestra cara porque entonces, ¿qué atención esperáis merecer vosotros?.
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martes, junio 07, 2011

Trazobilidad


La resaca del 5º aniversario no presagia nada bueno.. pero vamos a intentar el post de hoy, vamos a darle caña a ver qué pasa. Resulta que llevo toda la tarde pensando bastante en la palabra "firmamento".

Firmamento. Firmar mentos. Es decir, la idea de autografiar los caramelos mentos, hacerlos tuyos, apropiarte de parte de su hálito de frescor, de su dulzura, porque los has firmado tú. Como los Lacasitos que también están firmados uno a uno. Aunque en ese caso pone Lacasitos, que es la marca. Pues en vez de eso que los firmara un señor. José Manuel, por ejemplo, apoderado de la empresa Prefetti Van Melle, que es la que comercializa los caramelos mentos.
Sabiendo además que si alguien los está firmando, si alguien tiene la potestad para estampar su firma, a lo mejor también los ha chupado todos, y como consumidor estamos indefensos ante eso, que haya allí saliva o cualquier bacteria maligna sería más que posible.
En el caso de la bacteria mortal todo serían la-mentos.
En el caso de descubrirse que se produce el tan temido chupado masivo de las pastillas, todo serían lamen-tos.

En definitiva, que aquí hay algo implícito, importante. Acuñar lacasitos, mentos, sugus, todos firmados como los billetes.
Caramelos de curso legal.
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miércoles, noviembre 24, 2010

Alimentos que nos hacen decir ¡por Tutatis! - 20 - LECHE CONDENSADA

La leche condensada es así como... leche... y procesada así como... más bien... condensada... Corta corta, que empiezo otra vez.

La leche condensada es leche de vaca a la que se le quita agua y se le añade azúcar.
En el mundo se producen más de 4 millones de toneladas al año. Casi un kilo por cabeza. ¿Creéis que nos comemos un kilo por cabeza? Yo creo que no, pero entonces... ¿qué hacen con ella?
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lunes, noviembre 15, 2010

Alimentos que nos hacen decir ¡bravo! - 19 - NUECES DE MACADAMIA

La nuez de macadamia es un fruto seco, suave y delicioso, descubierto en el año 1858 por el botánico Von Müller, que después le perdió la pista en 1859, para redescubrirla en el año 1861, después de dos años de nervios y apuros, cuando sus amigos botánicos le decían que qué pasaba con ese fruto seco que les había dicho, que si iba a ser como la rubia aquella que se ligó en la playa cuando se quedó solo en el after.

A la nuez de macadamia, desde siempre, le ha gustado que se la coman con helado de vainilla. A quién no.
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miércoles, junio 30, 2010

Mantenga su trauma en el congelador

Sí, ya sé que en la Academia tenemos una importantísima labor literaria que cumplir. Lo tengo muy presente, incluso al levantarme de cada una de las tres siestas de la tarde. Pero no sé, ahora mismo lo que me apetece, lo que me pide el cuerpo de verdad, no es escribir, es comerme un helado.


Jope, qué nostalgia.
El Twister lo han vuelto a fabricar, aunque en vez de ser azul por dentro es amarillo. Se les debió de acabar el colorante. Yo, sinceramente, creo que el color azul le daba un sabor más fresco.

También han vuelto a fabricar el Super-Choc. Era cuestión de tiempo. Tres clases diferentes de chocolate en un solo helado. Sin el Super-Choc nuestra vida no hubiera sido la misma. No digo que fuera mejor o peor, pero sería distinta. Ese vórtice de distintos chocolates en nuestra boca, rivalizando, trabajndo juntos, contradiciéndose como los diferentes matices de la felicidad, las diferentes clases de desdicha. No, no todos los orgasmos son iguales.

En ese cartel brillan con luz propia alguno de los mejores helados de la historia. ¿Os acordáis del Frigo-Pie? Madre mía, qué ideaca. Y la de pensamientos perversos que os provoca ahora.
Como el Frigo-Dedo, fresquito y amenazante. Los Popeye eran los baratos, los más básicos, aunque les pusieron un nombre que no tenía nada que ver, para que fuéramos familiarizándonos con el absurdo de la existencia.
Había helados de padre, como el cucurucho de ron con pasas. Había helados que desaparecieron repentinamente, como el Negrito. Ahora serían políticamente incorrectos, qué desgracia la nuestra.
Las habilidades adquiridas por toda una generación de niñas (y algunos niños, claro) con el Calippo nunca serán convenientemente agradecidas.
¿Y el Drácula? Cuando los vampiros daban miedo en vez de grima, allí plantaron un helado sanguinolento. Maravilloso. Yo también le tenía miedo a los tiburones (desde que vi el trailer de la película) y allí se marcaron el Frigurón.

La cosa es evidente; mientras consigamos hacer un helado con las cosas que nos aterran, tendremos posibilidades de superarlas.
Es mi aportación innovadora al psicoanálisis.
Retomemos el hábito de los helados con mensaje: un Camy-Crisis estaría muy bien para hacernos poco a poco a la idea. En la periferia rebelde saborearían la inofensiva fresa y el refrescante limón de su Frigo-España. Luego se harían helados de Soledad, Desamor, Deriva existencial... los chavales dejarían de temer a la muerte con el inquietante Frigo-RIP. De este modo, las religiones se resentirían, los partidos políticos también, y, pensémoslo, no es posible una mejor noticia.

La calor, el cambio climático, nos aboca sin remisión a la dialéctica de los helados.
Yo lo sé. Y ahora también los sabéis vosotros.
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miércoles, abril 21, 2010

Desayunos


Preguntaba el otro día Ana (cuyo blog en la web de la Sexta es perfectamente reconocible porque los otros blogs le miran con envidia) por un tema que me interesa bastante: el desayuno.

Bueno, si soy sincero, este asunto del desayuno me ha resbalado desde siempre, y no debería. El desayuno es la comida más importante del día, nos dicen. ¿Cómo? ¿Qué quién lo dice? ¡¡Pues todos!!.

Empezaré contando lo que he desayunado hoy, ¿estáis preparados?.
Una natilla de esas de chocolate de Danone con galletas.
Ya sé, ni rastro de tostadas con mermelada y mantequilla, ni zumo, ni leche, ni café…
Claro que me gustaría uno de esos buffets libres de restaurante en el que te pones tibio a todo, pero ni estoy de vacaciones ni tengo sirvientes.
Así que suelo desayunar guarradas así. Un poco de leche y unas galletas. Un poco de helado con croquetas. Zumo de tomate y nueces. Magdalenas con foie-gras.

Imaginaré ahora mi desayuno ideal de una mañana de sábado...
Umm, bien. Ahora pensaré en un desayuno comestible, no metafórico.

Tiene varios ingredientes:
1) Una acompañante. A poder ser con conversación divertida.
2) Un pincho de tortilla (es mi fantasía, así que a callar)
3) Un cortado o una cocacola (según la presencia de ánimo).

Podemos añadirle un periódico.
Dos periódicos.
Un paseo matinal.
O mejor, volver a la cama.
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jueves, marzo 25, 2010

Alimentos que nos hacen decir ¡puajjjjjj! - 18 - MELOCOTÓN


Cómo te odio, fruta del demonio.
Repelús me da evocar tu tacto.
Qué dentera recordar tu textura en mis dientes, tu sabor.
Me gustaría que la alergia fuera mutua.

Sólo me atrevo a poner una foto tuya convertido en mermelada. Porque sé que en el proceso sufriste.

Melocotón... brrrr... hasta la inocente palabra me da escalofríos.
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miércoles, marzo 10, 2010

Re-post-teoría


La tecnología avanza a un ritmo trepidante. Detengámonos un instante a contemplar la belleza del cambio, la sustitución inapelable de lo viejo por lo nuevo.
El lenguaje hace esfuerzos por avanzar al mismo ritmo atribulado, buscando el acuerdo social (que es lo mismo que decir: de un modo caprichoso y torpe), inventando palabras a volapié, en un par de sobremesas de copa y puro, que luego tienen que ser llenadas de contenido rápido, antes de que llegue la siguiente ola, en el ciclo inevitable de respiración-aguadilla en el que nos ha metido el progreso.

Los gurús empiezan a prefigurar la web 4.0
¿4.0? Pero... ¿y entonces la 3.0 ya está entre nosotros o es que salió rana como la Cherry-Coke?
Ah, por cierto, ya que estamos, ¿me explica alguien adecuadamente lo de la 2.0?

¿Sabéis lo que os digo? Que antes de que invente alguien la 4.0 yo voy a preparar la 5.0
A ver quién me lo discute entonces.

Aquí va el reto, el gran secreto de la web 5.0. Voy a anticiparos lo que estará en plena vigencia (crisis mediante) en junio del año 2011 (al principio sólo por las mañanas): Webs comestibles.


Programadores, diseñadores y cocineros unidos por la expansión definitiva. Nuevas interfaces, nuevos avances, nuevos placeres. Una compleja revolución internacional de sabores y texturas.

Estoy deseando haceros una tarta.
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viernes, noviembre 27, 2009

Alimentos que nos hacen decir ¡híjole! - 17 - GUACAMOLE


La ancestral cultura ipoteca definía el hálito de vida como una combinación de cuatro elementos: sangre, llanto, saliva y mocos. Eran gente observadora y decente (pese a las plumas), y no andaban tan desencaminados.
En un ritual sin igual se concentraron metafóricamente los elementos en una misma salsa. El tomate simbolizaba la sangre, la cebolla el llanto, el chile la saliva y el aguacate los mocos. Se troceaba, se mezclaba y se removía. Al final, entre el retumbar de tambores, se embadurnaban el cuerpo y se lamían los unos a los otros.
Lo dicho, una cultura superior.

Ahora en muchos restaurantes lo preparan, por supuesto, y lo sirven en un cuenco pero, llamadme nostálgico, nunca será lo mismo.
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