1. La grabadora
"Aviso a todas las unidades. El sospechoso está en el caserón. Vamos a entrar. Repito. Vamos a entrar"
- ¿Qué haces dando un aviso por la grabadora? - se interesa
Linda.
- ¿La grabadora? Hostia, es verdad - dice
Aniceto mientras sostiene en la otra mano el walkie-talkie.
* * *
"Está muerto. Dios mío, es horrible. Hay una presencia, la noto. Él la ha traído hasta aquí y ahora está muerto. No vamos a salir vivos. Es... es... ha salido de sus entrañas. Está todo lleno de sangre. Ha vuelto a ocurrir. Aquí en la grabadora está todo explicado, nuestra investigación y nuestras impresiones... sé que en la cinta hay confesiones embarazosas pero ya no me importa. Si cuando escuchéis este mensaje hemos muerto... ¡no!, es ese ruido otra vez..."
* * *
2. Los zapatos
Dibuja el pentagrama invertido en el suelo con trazo tembloroso. El
Profesor Williams intenta aparentar frialdad pero se le escapa una lágrima. Enciende más velas. Él mismo ha hecho saltar el automático para que la casa se volviera a quedar sin electricidad. Es hora de que el señor de las tibieblas se adueñe del lugar.
Se quita los zapatos. Los mira. Tiene la tentación de arrojarlos muy lejos pero se contiene. Coloca el zapato derecho en su pie izquierdo y el zapato izquierdo en su pie derecho. Duele. Tiene que doler.
* * *
3. Cuaderno amarillo de Brenda
Está bien, lo hicimos. No es tan grave. Exploramos el camino más loco y más libre, no hay otra vía. Satán es la complacencia en lugar de la abstinencia. Es la existencia vital en lugar de los sueños espirituales. Es la sabiduría perfecta en lugar del autoengaño hipócrita. Es la amabilidad hacia quieres la merecen, en lugar del amor malgastado en ingratos. Es la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla. Es la responsabilidad para el responsable, en lugar de la preocupación por vampiros psíquicos. Es el hombre como animal. Es el pecado, siempre que lleve a la gratificación física, mental o emocional.
* * *
El Profesor Williams nos inoculó el veneno, pero nosotros andamos la mayor parte del camino sin él. Nos advirtió desde el primer día de los peligros. Nos suplicó que lo dejáramos. La práctica y el grupo como método de aprendizaje era su método. Lo tomamos a rajatabla y él no lo podía soportar. Fuimos el auténtico club de los 5, pero integramos a todo el que vino, creíamos a todo el que actuaba en lugar de hablar. No me despido porque esa palabra ya no tiene sentido para nosotros.
* * *
4. El trueno
Entran en el caserón, a oscuras, con su linterna en la mano izquierda y la mano derecha sobre su cartuchera. El silencio es absoluto, inquietante. Saben que el profesor está allí, y su mente no se ha librado todavía de las imágenes recopiladas con horror unas horas atrás. Ni los cadáveres ni la sangre permanecen en su lugar, han sido borrados por la brigrada de limpieza, pero la normalidad no puede restablecerse así como así. Quedan todavía los escombros, un olor acre, un hueco, una presencia. Lo que quiera que mató a los 5 chicos puede estar acechándoles en ese momento, entre la oscuridad.
Curiosamente, a medida que se acostumbran al silencio son capaces de detectar el más mínimo sonido. Las primeras gotas de lluvia afuera, el crujir lejano de una puerta, el tic tac de un reloj fantasma.
* * *
"Son la cañerías" dice
Aniceto y
Linda aprieta fuerte su mano. No la pistola, su mano. Eso confunde a
Aniceto que no está en absoluto seguro de que ese murmullo que se escucha lo causen las cañerías.
¡BROOOOOAAAAUMMMM! El relámpado, dos segundos antes, ha iluminado las ventanas del fondo del corredor, pero es el trueno lo que les sobresalta. Suena como un derrumbe, como si se propagara dentro de su tórax. Le sigue el ruido de una multitud, sus pasos y gritos por toda la casa.
- ¡Corre! - grita
Aniceto.
Huyen despavoridos hacia ninguna parte. Se refugian en una pequeña habitación vacía, llena de moho. Escuchan chillidos de histeria, más voces, puertas que se golpean.
Pueden quedarse allí hasta que lleguen refuerzos, pero hay algo allí afuera que no va a detenerse. Cuando vuelve el silencio toman una decisión temeraria, salir de su agujero.
Encuentran el cuerpo del profesor, con sus vísceras salpicando toda la habitación como si algo le hubiera atravesado el abdomen. Las velas rituales, los dibujos alegóricos en suelo y pared... Les invade un pánico atroz. Al borde del colapso se convencen el uno al otro de volver a escapar. Tienen que obrar con prudencia. Se colocan espalda con espalda, desenfundan sus revólveres y deciden enfrentarse a quién o quiénes les están esperando en la penumbra.
* * *
5. El análisis
-
Agente Gonzaga - llama su atención un joven con bata blanca - Señora... señorita... eh, bueno... tenemos que enseñarle una cosa.
- ¿Tiene que ser ahora? - se intenta escaquear
Linda, aplastada por la extraña experiencia que acaba de vivir.
- Sí, ahora.
Conduce a la mujer a un laboratorio iluminado e irreal, donde la
Doctora Cash espera con una noticia que le tiene en shock.
- Las pruebas de toxicología resultan irrelevantes - dice la doctora.
- ¿Cómo irrelevantes? Eso tendré que decidirlo yo ¿no? - se opone
Linda.
- No... digo sí... quiero decir que hay otra cosa... - le acerca temblorosa un informe.
Linda, hipermétrope, lo mira pero se niega a esforzar la vista pudiendo recibir el informe oral.
- ¿De qué se trata?
- Como sabe, es un procedimiento rutinario realizarles a todos...
- ¿De qué cojones se trata? - interrumpe la agente.
- La prueba del VIH es positiva.
- ¿Cómo? ¿La prueba? ¿De quién?
- De todos - corrobora la
Dra. Cash. - Bueno, de todos menos del anciano.
* * *
6. La noticia
"El crimen más brutal de la historia" dice una reportera muy solemne y muy hija de puta. Una filtración en la oficina del fiscal y el estremecedor crimen ya está en todos los noticieros. El asesino tiene lo que seguramente andaba buscando, la mayor repercusión posible, el altavoz de unos medios que acuden golosos a la miel del morbo.
En unas horas no se hablará de otra cosa en todo el país. No sería extraño que el mundo entero se hiciera eco de la carnicería.
* * *
Dos productores, dos cámaras, tres redactores y la estrella de la tarde:
Margot Schreiber, están dispuestos a dar la mayor cobertura posible a la noticia. Su show del Canal 99 (con sede en San Diego) se sindica en una treintena de emisoras locales de la Costa Oeste. La puerta de la Costa Este, y por extensión de todo el país, va a abrirse de par en par con su cobertura del suceso. Por eso han llegado antes que nadie, gracias a la fina intuición y a los contactos del director del canal, viejo zorro rebotado de la CBS.
Se adentran en la casa a rodar el lugar de la tragedia. Les decepciona la eficiencia de la policía. Esperaban algún resto, alguna silueta pintada con tiza, qué sé yo, algo con gancho. Un ruido ensordecedor les sobrecoge. Se debaten entre acudir a la fuente de ese ruido, apenas unas habitaciones más adelante. No se ponen de acuerdo. Se encuentran con el cuerpo del
Profesor Williams y sólo el más profesional de los cámaras graba hipnotizado. El otro ha salido corriendo despavorido. Se separan. Se escuchan ruidos, gritos, lamentos. Tras vagar sin rumbo van encontrando la puerta y salen del caserón en un angustioso goteo.
- ¿Estamos todos a salvo?
- No, falta
Margot.
- Mirad, ahí está, ya sale.
- ¿Lo tenéis grabado?
- Estamos todos bien, gracias a Dios, hay que marcharse de aquí.
- ¡Decidme que lo tenéis todo grabado!
Llegan 8 coches-patrulla de la policía del condado. Los vecinos que no han decidido pasar la noche fuera del barrio salen a la calle, a mojarse con la tormenta, curiosos y doblemente aterrorizados.
* * *
7. Nadie
“Y arreció la batalla contra Saúl,y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y murió con él. Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones” (I Samuel 31, 3-6)
* * *
"Asió luego Sansón las columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida" (Jueces 16, 29-30)
* * *
"Nadie me quita la vida, yo la doy" (Juan 10, 16)
* * *
8. Objetivos
- Admite que te asustaste - dice
Aniceto y acude rápidamente a su whisky para darle un sorbo y camuflar su cara.
- Claro -
reconoce Linda - y tú también.
- ¿Yo? Tal vez un poco.
- Sí, un poco, claro - imposta la voz - "si cuando escuchéis este mensaje hemos muerto..."
Sonríen en el bar del hotel, muchas horas después de sentirse a salvo.
- Tú y yo somos un buen equipo ¿no? - se lanza
Aniceto.
-
Zetto, no empieces...
- ¿Por qué? ¿Hemos resuelto este caso o no? Tal vez tengamos que darnos una oportunidad.
- No es eso - ahora es
Linda la que se camufla tras su daikiri.
- ¿Pues entonces qué es? Yo puedo ser muy insistente... y también muy discreto.
- No lo dudo -
Linda reprime una carcajada - eres muy divertido y muy...
- Sexy
- No. Sexy no.
- ¿Cómo? -
Aniceto se enfría con tanta franqueza - ¿no te gusto ni siquiera un poco?
- Ni un poco. Pero no es por ti,
Zetto... es por mí.
- Ya, claro.
- A mí los hombres - baja el tono de voz, como si quisiera confesarle algo - no me van. Sencillamente.
- ¡Epa! ¿Eres... lesbiana? - titubea
Aniceto, que se sabe especialista mundial en mear fuera de tiesto.
- Lesbiana perdida - corrobora ella.
- Ah, bueno, eso lo explica todo.
Se ríen con ganas. Piden una tercera copa. Brindan por las mujeres.
* * *
Las huellas y otros indicios demuestran que
Mike asestó el hachazo en el cráneo de
Helen. Que
Brenda martilleó los clavos de las manos de
Mike y le colocó la bolsa de plástico en la cabeza. Que
Paul cortó la yugular de
Brenda, impregnó sus ropas de gasolina e inició el fuego. Que el entrenador
Reggie troceó a
Paul. Y que mucho antes había bebido de un veneno que le había preparado
Helen, para luego saltar desde la escalera hasta clavarse en el perchero.
En algún momento
Jimmy se asustó y escapó. Luego pidió ayuda al
Profesor Williams que lo encontró en su casa, lleno de cortes, desesperado, y le instruyó en el noble arte del harakiri y de la muerte honrosa. Él mismo, como responsable principal de haber juntado a esas 5 mentes enfermas, se dio muerte haciendo explotar dinamita en su estómago.
En la sede del "Espejo del dolor" se produjeron 11 detenciones y se incautó numeroso material que les relacionaba con la fortuna expoliada del antiguo profesional del football
Reggie Rice, con una red de captación de adeptos en la Chapman University y otros delitos propios de una secta destructiva.
La maldición del caserón misterioso de la Via Huesca terminará calando en la opinión pública. Será para siempre el despiadado asesinato de un grupo de jóvenes y su mentor a manos del mismísimo diablo. No es la verdad, pero la leyenda contará esta historia durante siglos. Qué es el horror de la muerte si se lo compara con la eternidad. A
Aniceto le parece que esta historia demuestra que el dolor físico no da tanto miedo cuando alguien posee la suficiente desesperación y la suficiente vanidad.