Jugar al escondite es jugar al escondite; aquí y en Nueva Zelanda. Incluso hay un campeonato del mundo (oficioso).
El tú la llevas es un clásico, pero ya no estoy tan seguro de que se juegue en todo el mundo. Ni que se llame del mismo modo. O los juegos de pillar, la joya de la corona, ninguno más célebre en mi época que el conocido como "ladrones y ministros", el juego por equipos de policías y ladrones. El nombre es confuso hoy en día, lo sé.
El otro día en tuíter hice una encuesta sobre ese juego en el que alguien canturrea de espaldas al resto de jugadores, que avanzan hacia él, pero tienen que detenerse en seco cuando el cantarín se da la vuelta. ¿Lo conocéis?
Dudo que en Indonesia, Canadá o Tanzania se juegue con las mismas normas. Pero por lo que comprobé, en España y Sudamérica no hay monete que no lo haya jugado alguna vez.
Ahora bien, ¿cómo lo llamaban en tu pueblo-barrio?
Tras 4.357 votos, los tuiteros dieron respaldo mayoritario al confuso "Escondite inglés". Aunque los tuiteros nunca son una autoridad fiable en ninguna materia.
En Huesconsin se decía "Un dos tres, chocolate inglés, a la pared, sin mover los pies".
Lo mejor de la participación masiva es que salieron a relucir muchas fórmulas diferentes. Más que las cuatro que yo propuse.
Vamos a contarlas:
1. Chocolate inglés
2. Escondite inglés
3. Caballito inglés
4. Pollito inglés
5. Pica paret
6. Botifarra de pagés
7. Patito inglés
8. Palito inglés
9. Pajarito inglés
10. Esconderite inglés
11. Cigarrillo cuarenta y tres
12. Zapatito inglés
13. Gallito inglés
14. Juan, Periquito y Andrés
15. Pico paloma es
16. Palomita blanca es
17. Caravín, caraván
18. Caravín bom bam
19. Estrellita es
20. Soldadito inglés
21. Burrito inglés
22. Caravana es
23. Zapatito quiero es
23 formas distintas. Con su predominancia geográfica según las diferentes zonas de España o de Amética, porque participaron bastantes desde la otra orilla del Atlántico.
Y ahora tendría que haber una conclusión.
Aunque tampoco hay que pedirle peras al olmo. De todo esto me quedo con la variedad, la extravagancia, la predominancia animal, las diferentes métricas (que exigen una prosodia ligeramente diferente) y, sobre todo, me quedo con la rapidez con la que la gente se sumó a este reto. Más de 4.000 votos, más de 200 interacciones... un trabajo de antropología exprés, en apenas 8 horas, con participantes a miles de kilómetros unos de otros.
Luego diréis de internet... menudo avance. Probadlo.
Epílogo:
Un dos tres
Aquí estamos con usté ostra vez...
(decía la canción del famoso programa)
Un dos tres
Responda otra vez...
(decía la cantinela de la fase de preguntas)
De este Un Dos Tres habrá que hablar otro día.