Otra vez escribo a punto de salir de casa. La noche del sábado me llama, yo me hago el sueco, me vuelve a llamar, yo disimulo (pienso, podría quedarme en casa y no se acabaría el mundo), y sumido en semejante dinámica avestrucesca paso la tarde, la siesta, la cena, hasta que la noche se acerca, me mira con cara de "pero tú ¿qué?", me coge del hombro y me alecciona, "hoy se sale".
Las noches de julio tienen, a veces, un susto o un milagro emboscado. Voy a salir, aunque sea como recuerdo, con la cabeza en otro sitio.
Ayer en Lanuza corrió la cerveza a mares. Me reí como nunca, respiré el aire aromatizado del entorno, bailé como un endemoniado... El buenrollismo de Pirineos Sur sigue siendo una excelente noticia cada verano. Y mi salud sobrevivió, una vez más.
Bajofondo Tango Club me impresionó bastante, no había oído nada suyo (al menos de forma consciente) y son increíbles. Fueron el prólogo (casi) insuperable que necesitaban Ojos de Brujo para arrasar con un concierto monumental. Yo soy mu partidario, así que difícilmente seré imparcial. Yo digo que son el mejor directo del momento y cada uno que piense lo que quiera. Yo digo que cada día suenan mejor, y cada uno que se imagine lo que sea (desde que soy el nuevo trompetista cubano, hasta que he enloquecido).
Increíbles 2 horas y media de embrutessimiento con ese poquillo de hiphop flamenquillo, que acabaron con el cantante-DJ en el agua... una bendita locura.
El 2 de septiembre actúan en la plaza de toros de Huesca, por si le interesa a alguien.
La noche me llama. Y mañana trabajo. Tentaciones...
No hay comentarios:
Publicar un comentario