Así describía el inglés Andrew Wiles su lucha contra el último de los teoremas de Fermat. Su victoria final, su historia, prefiguran la de otro hombre.
Ese hombre es Grigori Yakovlevich Perelman, matemático ruso. Bueno, matemático feroz, para ser más exactos. A los 16 años ganó el oro en una olimpiada matemática con una nota bastante aceptable: 10. Poco después se presentó en MENSA, la asociación de superdotados, y batió records en todas las pruebas. Las universidades del mundo se lo disputaban. ¿Dónde había un reto a su altura?
El Clay Mathematics Institute, en Cambridge (Massachussets), había definido los siete problemas del Milenio. Cuya resolución se premiaría con 1 millón de dólares cada uno. Casi nada. Entre los siete problemas estaba la célebre conjetura de Poincaré.
Wikipedia dixit: La conjetura de Poincaré, propuesta por el matemático francés Henri Poincaré en 1904, es el problema abierto más famoso de la topología. Vagamente hablando, la conjetura indica que si una variedad tridimensional cerrada es suficientemente similar a una esfera en el sentido de que cada bucle en la variedad se puede transformar en un punto, entonces ella es realmente sólo una esfera tridimensional. Por algún tiempo se ha sabido que el resultado análogo es cierto en dimensiones mayores; sin embargo, el caso de variedades tridimensionales ha resultado ser el más difícil de todos porque, hablando crudamente, cuando se manipula topológicamente una variedad tridimensional, hay demasiado pocas dimensiones para mover "regiones problemáticas" fuera del camino sin interferir con algo más.
O como le leí a Arrabal explicarla a su manera, que "desde una perspectiva topológica no hay diferencia esencial entre un objeto en forma de churro hueco (o de neumático) y otro en forma de pelota (o de globo)".
Apetitoso... para él, claro. En noviembre de 2002, sin anunciarlo, colgaba en internet el primero de una serie de artículos que explicaban y resolvían el enigma. En lugar de publicarlo, en lugar de buscar los flashes.
Y es que renunciar al importe de la medalla Fields es un lujo que sobrepasa los estándares éticos que se suponen a alguien de su austeridad. Tampoco la fama le interesa. Ha insinuado que rechazará el millón de dólares del Instituto Clay: "es completamente irrelevante para mí. Todo el mundo entiende que si la demostración es correcta no se necesita entonces ningún otro reconocimiento".
4 comentarios:
No pega nada con el post peor me da un poco igual
http://www.youtube.com/watch?v=ekQZPozjCX8
Si rechaza el millon de dolares entenderiamos tanta inteligencia : ESTA TOTALMENTE LOCO.
Que dinamico que es este blog..fijemonos como pasamos del consultorio romantico-erotico-sexual a un iluminado matematico
Si no saben que hacer con el millón de dolares... me ofrezco voluntaria para guardarlos... ¿tendre alguna posibilidad?
Sí, Lunitamia, no pega nada. Pero mola.
Alberto, no todos los locos son inteligentes, ni todos los inteligentes (sólo la mayoría) están locos.
En este espacio heterogéneo, cualquier cosa puede suceder, y sucederse.
E.M.T. tienes razón, podrían repartirlo entre los pobres (y yo estaré el primero en la fila)
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