24 hour party people - 2002 - Director:
Michael Winterbottom
Reparto:
·
Steve Coogan (
Tony Wilson)
·
Shirley Henderson (
Lindsay Wilson)
·
Paddy Considine (
Rob Gretton)
·
Sean Harris
Guión:
Frank Cottrell Boyce
Fotografía:
Robby Müller
El 4 de julio de 1976 los
Sex Pistols tocan en Manchester por primera vez, sólo hay 42 personas en el local. Una de ellas es
Tony Wilson, reportero de Granada Televisión, hilo conductor de la trama, convertido luego en promotor musical. Él mismo lo dice:
Soy un personaje secundario en mi propia historia; esta es una película sobre la música. En la sala también vemos a
Mick Hucknall (
Simply Red), los
Joy Division, el excéntrico productor
Martin Hannett. La ciudad está a punto de explotar como centro creativo mundial. A ese concierto le sucederán más momentos memorables, recreados ante nuestros ojos de forma fascinante. Todo es caótico y descontrolado, con lo que eso nos gusta.
El 21 de mayo de 1982 se inaugura la Hacienda, otro hito más en el empeño de
Tony Wilson por perpetuar la leyenda. Antes hemos podido ver morir a
Ian Curtis, cantante de
Joy Division (desde entonces
New Order). Hemos visto (vivido si me apuran) el ascenso de los
Happy Mondays. Nos queda el último escalón del camino, la explosión de la nueva fiesta, el nacimiento de la cultura rave, el ascenso del DJ como icono, las nuevas drogas, la beatificación del ritmo,
todos vinieron a la Hacienda, la nueva catedral.
Hasta el hombre blanco baila, espeta sarcástico ese personaje medio tarado, medio visionario, que interpreta de forma soberbia
Steve Coogan.
Desde el
mendigo-Boecio (
los mejores tiempos, al igual que los peores, siempre pasan) hasta el envenenamiento masivo de palomas, todo está impregnado de un humor delirante, surrealista. Es posible que no todo pasara exactamente así, pero preferimos la leyenda. Sobre todo porque
Winerbottom nos obsequia a cambio con la autenticidad, entre la ironía y la rabia. Trepidante y genial, repleta de nombres y de grandes canciones. Una película con tantos guiños y complicidad… que me pone celoso pensar que la veréis.
2 comentarios:
la vi hace un par de años y me encantó, sobre todo el trozo de Joy Division, de los que se dice que van a sacar otra por estas fechas.
Eso de firmar el contrato con sangre y dar libertad absoluta al grupo es una escena que está muy guapa.
Sabes cómo se llama el grupo que se viste de boy scouts?
Película elegante, Defender. Lo del contrato con sangre es sensacional, y las consecuencias de esa gestión enloquecida también.
No recuerdo qué grupo era ese que dices, pero lo intentaré mirar.
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