Que sí, hombre, que van a quedar muy bien. Qué mejor que unos angelitos...
- Parecerán monaguillos.
- Bueno, lo mismo da. ¿Qué mejor que unos monaguillos sosteniendo las velas y cantando piadosos salmos?
- Ya, pero para las velas... no sé... no lo veo...
(A la semana siguiente)
¿Han llegado ya los portavelas nuevos?
- Mire, monseñor, es mejor que no los vea.
- Qué pasa, ¿han llegado rotos o algo?
- No, si no es nada. Pero mejor ponemos los de toda la vida y guardamos estos para la década que viene.
- ¿Cómo? ¿no han quedado bonitos?
- No, si bonitos sí que son...
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6 comentarios:
Lo peor son las bocas, por Dios (nunca mejor dicho), si parecen sacadas directamente del catálogo de muñecas de latex...
Esas bocas son terribles, Nhtg. Inspiradas en lo que bien dices... por alguna oscurísima razón.
No sé, no sé, hay algo que no me termina de gustar pero no sé exactamente que pueda ser...
Hay algo que chirría, Espartaco... o quizás no, o quizás esto es lo normal.
Lo que chirría es la evocadora manera en la que las velas, no rectas del todo, se yerguen; eso es lo que chirría.
Escalofríos me dan, Nana.
Como cuando arañas un plato con el tenedor.
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