Siempre he pensado que la vida nos regala a cada uno un instrumento, el que sea, y nosotros aprendemos durante mucho tiempo a tocarlo. Y no me estoy refiriendo a ninguna metáfora escabrosa, hablo sólo de música (el recelo me lo he ganado, por el post de ayer).
El caso es que aprendemos a ser virtuosos de nuestro instrumento.
A veces es simple como las maracas y nos toca sacar los más sutiles matices de su chasquido. Otros obtienen un contrabajo de sonido rítmico. Otros un saxofón y educan la pose y los pulmones. Otros una guitarra, y en ella se afanan como quien explora la infinita combinatoria.
Al final (y aquí viene lo profundo) no nos sirve de nada dominarnos a nosotros mismos, educarnos, si no podemos crear duetos, tercetos, filarmónicas sociales en las que nuestro sonido único aporte el matiz que falta.
Acaso la imagen de la orquesta es demasiado seria.
Quizás la vida sea sólo una
jam session entre humo, penumbra, complicidad y whiskey, donde tratamos de encontrar valor para acercarnos al escenario, probar, compaginar nuestra melodía con un grupo de extraños.
Improvisando.
Conociendo.
Reconociendo.
Soltándonos.
Gustándonos.
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9 comentarios:
Pues yo creo que algunos tienen instrumentos más virtuosos que otros.
Otros no saben manejarlo y hay que enseñarles a usarlo.
Otros tiene mucha afición por la música y a la que te descuidas se meten tu instrumento en su boca.
No, no hablo de nada profundo... hablo de sexo ;-)
Oye, me ha encantado el post. ¡Gracias! Yo creo que es falso que la gente tenga "mal oído", es todo cuestión de atreverse a hacer el ridículo...
Y estoy completamente de acuerdo que la música -como el sexo- se disfruta mucho más con otra gente y con menos profesionalidad.
¿Se puede considerar instrumento un cascabel?
muy bueno el post...
Dani, el sexo también puede ser muy profundo en ocasiones.
Bien, todas las interpretaciones son correctas.
Timonera, el miedo al ridículo, al error, es una lacra contemporánea. De niños sabemos lo divertido que es improvisar. Y de mayores se nos olvida.
De acuerdo en lo del sexo, claro.
Dina, se pueden tocar melodías muy sugerentes con un cascabel. Así que a practicar.
Muchas gracias, 100% Huesca.
(Que no se nos olvide que hasta el burro tocó una vez la flauta :) )
Una lección estupenda, maestro.
Nunca se ha sabido a ciencia cierta, Ra, si fue el burro el que tocó la flauta o la flauta la que tocó el burro.
Un sonido armonioso y dulce de todos modos.
El mundo visto como una orquesta debería sonar bien, pero estamos todos los que la formamos desafinaos! Buena metáfora.
O, tal vez, hablabas de sexo.
El sexo está en todo, Maru. Aunque no se quiera siempre se habla de sexo implícitamente.
Pero vamos, que iba de metáfora de la vida. Una metáfora de las castas y puras (si es que quedan).
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