"Hecho a sí mismo" era su divisa. Su orgullo y carácter le llevaron a compartir aula con las élites de Harvard. Lo fácil vino después: Ascenso vertiginoso, impacto, idea, campaña y, por fin, la Casa Blanca.
A partir de allí los historiadores titubean. ¿Qué llevó a este hombre a la Guerra Nuclear que arrasó el planeta y ahora, 416 años después, empezamos a superar?
Todo lo aclaran, sin embargo, las recientes excavaciones en Obama (antes Washington) y el hallazgo de la caja negra conteniendo la última frase del presidente antes de apretar el fatídico botón rojo: "¿¿Que no tengo huevos..??”.
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4 comentarios:
Jjajaja, es que da igual la educación que uno haya recibido, un nohayhuevos tiene el mismo efecto que imitar a una gallina en una serie americana de los 90. Yo ayer llamé a alguien a las 5 de la mañana tras un nohayhuevos previo. Y los hubo, claro que los hubo.
Siempre pensé, Ana, que un nohayhuevos sería la causa del fin del mundo. Y lo sigo pensando. De allí, de esa profunda reflexión sobre el orgullo humano, surge este cuentecillo.
hombre, el comentario le pega más a Palin, o a cualquier habitante de Asturias, ... aún así, no me fío de ningún yankee, ni siquiera de un "bronceado"
Zorro de Segovia, era una recreación libre. No iba por ningún candidato en general. Creo que para llegar a ciertas alturas es necesario un orgullo insano. Así que me puedo creer cualquier cosa.
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