Los futbolistas indomables, los de regate vertiginoso y sexta velocidad, se emboscan junto a la línea de banda, saltan sobre ella a la comba, se paran, arrancan, amagan. El extremo, el
wing, es la alegría del fútbol, la pesadilla de los defensas, el arma secreta, un poeta cuando gana el lance, un mendigo cuando pierde la pelota. Dicho esto, intentemos evitar nombrar a los inigualables
Garrincha (ese equilibrista contrahecho que esperaba al lateral para volverlo a regatear entre el deleite insano del público) o
Gento (ese señor bajito con arrancada de subbuteo y parada en seco
bullet slow motion tipo
Matrix). Nada de hablar de
Garrincha o
Gento ¿eh? Ni nombrarlos.
Venga, sólo una vez más.
Garrincha.
Gento.
Sólo los extremos enamoran.
Primero fue
Ronaldinho el que se convirtió en
Ronaldo, para dejar lugar a otro tocayo que, por joven, merecía la distinción del diminutivo. Junto a
Ronaldo y
Ronaldinho se aparecía otro más,
Cristiano Ronaldo, condenado por nombre (como
Kaká) a un puesto secundario en el stablishment.
Por suerte también había factores que influían en su favor. Nacido en Madeira (Portugal) hace 23 años, pronto destacó y dio el salto a Lisboa, al
Sporting Club. Allí se habían criado los mejores extremos portugueses del momento:
Figo,
Simao,
Quaresma, y allí se forjó su talento endemoniado.
En el verano de 2003 el
Manchester United se enfrentó a su equipo en la inauguración del estadio
José Alvalade. En el avión de regreso,
Roy Keane, capitán del equipo inglés, se acercó al veterano manager Sir
Alex Fergusson. Fíchalo ya, le pidió. Y así sucedió. Incorporado semanas después empezó su adaptación. Tenía un reto, sustituir a
David Beckham. Pero se le fue la mano; con el paso del tiempo no sólo ha superado ese objetivo, sino que ahora se acerca al gran mito de
Old Trafford,
George Best (el quinto beattle). Ese era el hueco que estaba destinado a cubrir en el corazón de la gente.
Cristiano Ronaldo se desliza por el césped veloz como un patinador, la siguiente zancada puede ser la que desarme al defensa, o la que tienda el engaño en el que caerá en la zancada siguiente. A veces se detiene y esconde la pelota, la enseña y la vuelve a guardar, con cadencia arrebatada de tango. Aunque lo que le ha convertido en el mejor es su paso de la filigrana al gol. Un cambio de mentalidad que le hace ser más práctico, más decisivo.
Gran disparo, gran habilidad en los lanzamientos de falta (increíble su gol al
Bolton de esta temporada), tenacidad, velocidad e ingenio, capaz de desbordar por cualquiera de las dos bandas y de desatarse luego en libertad por todo el frente del ataque.
Poco "cristiano", muy "ronaldo": el gran jugador del momento.
Sigue abierta la encuesta para votar a otro extremo o segundo delantero (en la columna de la derecha).
9 comentarios:
Y si, aca era facil que acertara.... Mono vio el gol que hizo hoy Cristiano de taco?
La verdad que da placer ver al United
Maravilloso el gol de ayer, Alberto. Este tío es capaz de todo. Lo veremos con el Manchester en la champions y con Portugal en la Eurocopa.
Cristiano,grande entre los grandes.Es cierto,que cuando el Manchester decidió ficharlo,me parecía un buen jugador que abusaba de los quiebros y regates...algunos de ellos,o quizá,la mayoría,bastante inoperantes...pero desde hace dos años,sólo hay dos genios mundiales que hacen maravillas cuando están a tope: Messi y Cristiano Ronaldo,sin ningún lugar a dudas.
Te digo lo mismo que te dije con Kaká.
Incluso puede que más.
Orleans, el regate, en sí mismo, es una de las bellezas puras del fútbol, alguien que lo interprete con tanta habilidad como el joven Cristiano Ronaldo ya merece mi aprecio. Pero es verdad que cuando encima el regate tiene un objetivo, el gol, aumenta su valor, su fondo.
Y con Messi pasa lo mismo. Son dos aterradores de defensas, no hay duda.
Peibols, me reafirmo en lo de poner fotos de hombres vestidos. A lo más que llego es a ponerlos en pantalón corto.
O sea que vas a jugar con Cristiano y Lionel en tu equipo... Aquí es por donde me vas a ganar, ponga lo que ponga.
Me gustaría buscar una alternativa a Messi para ser un poco original, pero luego me diréis "merengue" o cosas peores y eso no. Seguramente seguiré mi plan inicial y pondré al argentino, Guillermo, ya lo siento.
¿¿¿Y qué pasa con Onésimo???
¡Vamos, hombre!
Nacho, ese Onésimo fue un grande del regate. Le faltó la planta de Cristiano Ronaldo para ser mediático y vender camisetas en el Japón.
Un jugador diferente, sin duda. Para bien y para mal.
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