miércoles, octubre 03, 2007

Cor-tejando


Los homínidos, primates venidos a más (o a menos, que de todo hay) somos dignos de estudio. Nos estudian los pájaros (por aburrimiento), nos estudian los peces (desde observatorios camuflados que nosotros llamamos peceras y ellos también). Somos tan extravagantes que incluso nos estudiamos a nosotros mismos.

Reproduzco un enlace que me envió Mon, mitad sabio, mitad mon-o.
Papaya a cambio de amor (el cortejo de los chimpancés)

Si leemos la noticia vemos que un grupo de investigadores británicos asentado en Guinea ha observado el intercambio galante entre machos y hembras, entre homínidos como nosotros. Ellos roban fruta para ofrecérsela a ellas, obteniendo así "atenciones".

Llevaba tiempo queriendo hablar de la seducción. Pero no sólo de la seducción sexual. La seducción es un concepto más amplio, presente en cada lance de la vida, desde una entrevista de trabajo hasta la complicidad del carnicero. Se entiende ¿no?
Evidentemente la seducción con fines afectivos o placenteros es el paradigma, y en ella me detendré brevemente hoy. Mañana ya veremos si escribo algo interesante.

El caso es que cuando hablo con gente del tema siempre aparece el mismo concepto. El trueque. Tú me das algo, yo te doy algo. La gran seducción se juega en el terreno de las promesas, de las expectativas, de la insinuación, del misterio. Pero hay otra seducción totalmente primaria que se basa en otros intercambios más explícitos, como los de los chimpancés de la noticia. Todos conocemos el caso ¿verdad? (al pasar la barca / me dijo el barquero / las niñas bonitas / no pagan dinero...)

Aunque esta no es la única actitud seductiva neanderthal. Hay dos más. Llamar la atención (subirse a un árbol, tirar piedras, tirar del pelo... perfeccionada en el parvulario y todavía vigente entre individuos adultos) y la otra, más sibilina, es la crítica, el desprestigio del prójimo.
De la primera no hace falta que diga nada. Es de sobra conocida. La segunda es tan habitual que a veces me escandaliza. Se basa en dos criterios:
- la coincidencia de enemigos (que une mucho)
- la revalorización propia

Se sabe que quien critica a los demás, indirectamente, se alaba a sí mismo. Y el método se usa, ya lo creo. Constantemente. Porque uno mismo siempre gana en las comparaciones y en la hipermetropía de los demás. Y si hay que mentir, se miente. Y si hay que subirse al árbol, nos subimos. Y si hay que robar fruta, no pasa nada.

¿Me equivoco?

10 comentarios:

Alberto Colombo dijo...

Mono personalmente disfruto mas de la seduccion que de la concrecion....

Y otra cosa... esa luz que emana la chica del post es la llamada " Luz Divina " ?

Elsa dijo...

la verdad es que no se si sera luz divina... pero la chica es divinisima!!! qué bella por dior!

qué bonito el post de hoy, incluso en lo del quid pro quo del amor... que es un poco asi no?

muchas gracias por el dato de los monos de todas formas, ademas de ser interesantisimo me va a venir feten en mis proximos examenes de antropologia del parentesco!!!!


muamuamuamua

Ángela dijo...

gracias por pasarte!

HombreRevenido dijo...

Alberto, la seducción es una de las bellas artes, que si se convierte en un atavismo sórdido suele ser más por culpa de la parte seducida que por culpa de la parte seductora.
¿Sabes cuando mueres y corres hacia la luz?

María, es Kate Moss, todo un personaje.
El amor tiene algo de intercambio, en eso acaba coincidiendo todo el mundo. Pero claro, según lo que se dé y lo que se reciba es más o menos sublime.
¿Antropología del parentesco? Una pregunta de examen: ¿Qué es un caníbal que se come a sus padres?

Turquesa, mejor pasarme que propasarme.

Anónimo dijo...

La seducción, ¡qué gran tema!

Creo que siempre está presente en mi intención. Con las mujeres; con la gente que quiero y admiro; con los desconocidos, que no son ni una cosa ni otra; e incluso con los que no deseo ningún contacto físico, ni psíquico, ni espiritual, por que sencillamente detesto.

Supongo que lo hago por que necesito llenar mi vacío existencial con amor, reconocimiento y placer.

Para conseguirlo no siempre jugué limpio, en ocasiones he sido bastante canalla, cosa de la que no me siento orgulloso. Sin embargo, recuerdo con cierta nostalgia los tiempos en que tenía mala baba, no como ahora que soy como una especie de Teletubbie agilipollado. (Hasta el más imbécil me parece víctima de alguna cosa, y seguidamente me entra una tristeza difícil de describir. ¡Joder!, así no se puede despellejar a nadie)

“La cocacola siempre es igual, pero yo no, yo puedo cambiar”

HombreRevenido dijo...

Pobreperohonrado, comparto contigo que la seducción se ejerce hasta con la gente que te es indiferente o detestas.
Y a veces funciona el axioma de cuanto peor, mejor. Pero bueno, esa va según almas (seductor y objeto de seducción).

Anónimo dijo...

jajajaja

un canibal que se come a sus padres es un tipo muy listo porque asi se asegura de que no se le van a merendar sus progenitores


jajajaja

HombreRevenido dijo...

Jajaja, muy buena, Meri.
Doy por buena la respuesta. Yo hubiera dicho: huérfano.

Otra: ¿Qué sería ese mismo caníbal si además se comiera a todos sus hermanos?

Anónimo dijo...

Un pecador, por que eso ya es gula.

HombreRevenido dijo...

O heredero universal