Rodríguez Zapatero y el PSOE van a hacer cuanto esté en sus manos para tratar de sacar a Rajoy de la moderación y la centralidad, y para que el PP conteste de forma destemplada a las fraudulentas apelaciones del presidente del Gobierno a la unidad.
Zapatero volvió a hacer malabarismo con las palabras al apuntar que en la búsqueda del consenso no pondrá «condiciones» ni exigirá «rectificaciones». Faltaría más, habría que responderle, dado que el que está rectificando es él. Los hechos han venido a darle la razón al PP: el proceso no llevaba a ningún sitio porque no se daban las condiciones que Zapatero aseguraba haber verificado.
Sería deseable que entre ellas estuviera la de la ilegalización de ANV, al haber quedado en evidencia que se trata de la continuación de Batasuna.
No era lo mismo disentir sobre la política antiterrorista cuando ETA había anunciado su decisión de no matar que cuando, como es el caso ahora, tras el comunicado que ha puesto fin a 15 meses de inactividad criminal, la banda ha proferido una amenaza de alcance general contra los ciudadanos y las instituciones.
¿Qué? ¿os habéis reído? Yo nada.
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