viernes, junio 29, 2007

¿Quién tiene el mando?


...if?
Off
(ufff...)

EL MISTERIO DE LA GALERÍA (3 de 3)

"Los dotados de intuición esperan que yo presente hoy una nueva obra, otra más que añadir a las listas de las subastas, ¿no es cierto?. Se equivocan. El de hoy es el último episodio, la cumbre de mi carrera, tras este esfuerzo imposible me veo obligado a abandonarlo todo, dejando para siempre... mi luz". Fracasa un tímido revuelo entre la concurrencia. La voz de René se hace más fuerte, más digna: "El gran artista del cielo y la tierra, de los santos y los demonios, de los amparados y los desamparados, va a borrarse como Dios desapareció del mundo después de la creación. Mi alma, mi obra, el recuerdo de esta jornada y su leyenda perdurarán para siempre".
El resto ocurre demasiado deprisa. De un bolsillo extrae un revolver diminuto. Los presentes dan un paso atrás, temerosos. Con teatralidad y artificio, el pintor muestra el arma en la palma de la mano como quien guarda una jugada maestra de póker. La conduce a su boca y dispara sin pensar. Cae al suelo fulminado, sucediéndose algunos segundos de incrédula consternación. Hasta el conserje, en pleno reposo, da un respingo en su asiento del hall y sobresaltado musita: "Estos malditos modernos..."

Michelle es la primera en reaccionar. Avanza decidida hasta llegar a la cuerda de la cortinilla mientras el hombre se desangra lentamente. La joven tira del cordel con un ímpetu concentrado unidireccional que se transmite vibratoriamente hasta sus túrgidos pechos, pero, en lugar de correr la cortina, la cuerda se desprende dejando el cuadro en su estado previo, elevado, inalcanzable y tapado. El genio de los genios, ahora cadáver entre los cadáveres, tiene un agujero en la nuca y los ojos bizcos. Nadie le mira y todos contemplan, ávidos, la cortinilla burlona. Una señora con gafas susurra: "no voy a llegar a tiempo a cenar", y un muchacho clorótico aparta la vista de la bella Michelle y responde con voz lánguida de poeta coñazo: "para cenas estamos ahora". Todos se han quedado quietos, impasibles, porcelana china, pingüino fucsia, hieráticos, expectantes, perezosos, displicentes, a-mí-que-me-registren. Sólo un señor de monóculo y chistera hace mutis por la izquierda esquivando a Margot, todavía desolada por lo suyo. Nadie se atreve a pronunciarse, se abandonan discretamente al murmullo. La sangre alcanza los zapatos de marca de los más cercanos y va vaciándose la sala a medida que cunde el aburrimiento.

Sólo perduran en el fulgor de la estancia los gloriosos lienzos, las esculturas, la cortinilla, el cadáver y las dos mujeres deliciosas. La mayor permanece en silencio, llorona sorbemocos de la decepción ya olvidada por todos. La tierna Michelle, con la atención compartida, con el oído en los sollozos, con el olfato en el acre aroma de la sangre y la vista en el misterio de cárdeno terciopelo plisado, retoma súbitamente su vocación de hija ejemplar. Toma a la madre por el brazo, muestra, por una vez, su genética predisposición a la autoridad paternalista, y la arrastra hacia la salida. Se siente más fuerte, como un reflejo ante la debilidad de su madre. Intenta un consuelo poco convincente: "Mamá, vamos. Si total, está requetemuerto".

El señor del monóculo y la chistera acompaña al conserje jamaicano por todo su recorrido laberíntico en pos de una escalera. Luego le conduce hasta el fiambre y, señalando la sangre que empieza a secarse, dice algo sin mucho sentido, "vaya faena, ¿no?, con lo difícil que deben salir estas manchas". Askia mira el mármol del suelo, mira al pintoresco imbécil que le habla, observa al muerto y recuerda su primera impresión al verle entrar en la galería, exacta como un atestado: uno de esos tarados a los que no se puede perder de vista un momento. Siente la tristeza ineludible que contagian los cadáveres abandonados mientras trata de recordar el teléfono del servicio médico de urgencias. Sube a la escalera, aparta la cortina del lienzo escondido y se marcha molesto. El cuadro es extraño porque se entiende. Con trazos leves, hiperrealistas, aparece un autorretrato, casi fotográfico, de René Santangello; feo, áspero, con su color cobrizo, como de rata.

Al señor con monóculo y chistera le invade la decepción. Grita: "¡Pues vaya!" y abandona la sala enrabietado dando una patada, el muy bárbaro, a una escultura de poliuretano parecida a esa otra fuente del niño que se mea y que, evidentemente, no tiene ninguna culpa.


por... FIN

jueves, junio 28, 2007

EL MISTERIO DE LA GALERÍA (2 de 3)

La sala luminosa en la que se encuentran, un hexágono irregular de paredes jaspeadas, les ha parecido inmensamente vacía en la primera ojeada. Ahora un murmullo progresivo se adueña del espacio y, en un goteo, va encharcándose con una plétora irregular de visitantes. El alboroto bien puede deberse al enigma del magnetismo de las dos hembras o quizás sólo a la curiosidad que provoca un cartel inmenso, "NO TOCAR", junto a una cuerda unida a una cortinilla roja cubriendo un cuadro oculto. Michelle y Margot han pasado a su lado confundiéndolo con una obra en sí, debido al desacierto de la organización al colocar el entramado junto a la "Venus de papel maché y chopsticks" o a un pingüino fucsia eléctrico de tres metros.

Pronto van a salir, madre e hija, de su error, pero antes Margot reconoce a una de las recién llegadas. "Mírala. Me ha visto, ya lo creo que me ha visto", comenta a Michelle.
Henriette es una mujerona desdeñosa que compagina luto severo con anillo ostentoso. Se ha quedado mirando al pingüino y murmura al cuello de su blusa: "Nefasto... no pagaría por él ni un millón de libras... qué digo un millón, ni medio". Y Margot, al otro lado, se enerva: "A lo mejor se cree que yo me chupo el dedo y no me he dado cuenta de que ha venido. Claro, si yo tuviera tanto que callar como tiene ella también me daría vergüenza ir por ahí saludando... Menuda está hecha" y ríe, pero aunque quiera que su carcajada se propague ya no es posible porque la sala empieza a estar llena y todo el mundo espera relajadamente que pase algo, dialogando o fumando en pipa. "¿Está mirando?", pregunta Margot. "¿Decías?", reacciona la adolescente despistada tras el brillo constelado de un collar de diamantes en un cuello menos digno de poseerlo que el suyo. "Cuántas veces tengo que decirte que me escuches; si has de ser una señorita tienes que aprenderlo de tu madre", predica con un sermón sabido y antiguo. La chica vuelve a su gesto de "ya ya" sin saber muy bien lo que pasa.


Para desvelar el misterio de la galería se prescinde de la pompa y el tañido de campanas; mejor recurrir a los viejos modelos e improvisar sobre la marcha. Así, como un Mesías, aparece entre la gente un hombre de baja estatura, flaco y velludo, vestido con el oropel de una túnica esmeralda, ribeteada en plata. El extravagante recorre la sala con afectada dignidad, dejándose tocar por el pueblo, dejándoles seguirle, dejándoles exclamar, "¡es él!". Y efectivamente, es él, René Santangello, y esa escenografía de andar por casa, esa cortinilla, esos invitados tienen algún fin. Llega el hombre a su destino y gira sobre sí mismo para mirar a cuantos le siguen expectantes. En ese momento, tomando por sorpresa al artista, una espléndida figura, como un leopardo, salta en sus brazos. "¡René!", grita Margot encendida por los empujones y codazos necesarios para imponerse en su camino. Le propina dos besos sonoros en ambas mejillas y sonríe ufana, otra vez esa despiadada mueca de satisfacción. "Señora, lo siento pero no creo conocerla a usted de nada", comenta estupefacto el insigne. "¿No me recuerda?... en Londres...", añade la mujer como si no fueran necesarias más señas. Santangello la escruta atentamente, finge pensar, pregunta, "¿acaso es usted asidua de los grupúsculos laudables del Art-Mégot?". "Sí, voy casi a diario", miente ella. Y la gente les mira sin comprender; él, queriendo zanjar a su favor el incidente, agrega: "entonces, dígale a los presentes quién es la sensación del neo-exhaustismo londinense", y se hincha batracocéfalo. "¿Willy Tokkleman?", duda la señora. "Willy Tokkleman es un maldito hijo de perra. ¡Yo soy el arte!. Londres me adora, especie de zorra perfumada", replica arrogante y aparta la mirada añadiendo desaire al desaire, y Margot queda paralizada, resbala viscosa hasta un segundo plano muy despacio, terriblemente disgustada. El Maestro, como ha deseado hacer desde el principio se acerca al cuadro oculto, mira la cara de la gente tratando de adivinar nuevos perturbadores en potencia, preguntándose si ha sido buena idea caer entre esos incivilizados en lugar de haber ido a Londres aun a costa de envilecer el furor de su innovación. Carraspea en un último ademán de humanidad, antes de transfigurarse en el omnímodo guía del proceloso mundo de la creación, del arte, de la verdad.

"Aléjense", sugiere, "para comprender mejor la obra tendrán ustedes que alejarse un poco". Como en milagros semejantes: la multiplicación de los panes y los peces, la partición del Mar Rojo, el semicírculo se abre a su alrededor. Habla el gurú: "Señoras, caballeros, atención". Todos, con la excepción de Margot que sigue sin aliento y Michelle que escucha pero no quita ojo a su madre pálida, posan sus miradas en René y eso le satisface. El artista eterno tiene cosas que decir y va a decirlas, piensa él. La plebe, mientras tanto, calla obediente.

Continúa mañana

miércoles, junio 27, 2007

EL MISTERIO DE LA GALERÍA (1 de 3)

"El arte nos atrae únicamente porque
nos revela nuestro mayor secreto
"
(Jean-Luc Godard)



La puerta de la galería Mirage, al cerrarse, rechina con estertores de morsa agonizante. En ese momento el conserje alza la cabeza asociando para siempre el primer vistazo al visitante con un pensamiento casi definitivo. "Sólo a veces me equivoco, sólo a veces", comenta orgulloso. Levanta la vista, observa a su jefe y presiente: está enfadado (aunque qué mérito tiene si siempre lo está). Askia, el conserje, inflado y negro, sabe que tiene, como decían los antiguos, un sexto sentido, qué sé yo, instinto o algo.
Cuando a las seis y once minutos de la tarde repite el gesto perfeccionado ve a Margot y a Michelle, ve a una madre y a su hija adolescente entrar en el centro y esboza una sonrisa panorámica de sátiro. Hasta los guacamayos, recuerda Askia, reaccionan ensimismados a la belleza y al equilibrio. Cómo evitar entonces la dilatación de sus poros, la contracción de sus esfínteres, un indicio cándido de erección y cierto temblor en los párpados. A causa de la contemplación sorpresiva de la elegancia cálida de esa madre, padece una combinación justa de sumisión y desprecio; ante la joven de hombros de manzana le abochorna su apetito inmenso y esa insignificancia absoluta que se siente frente a lo incomprensible o a lo sublime, que vienen a ser lo mismo. Sueña poseerlas y concibe al segundo un reproche al universo: nunca ese espejismo se volverá material. Necesita verlas atravesar el hall y perderse en el interior, siempre con la boca entreabierta, para dar con la respuesta anhelada. Qué importa que no sea yo con quien ellas soñarán, si el dulce milagro ocurre. Qué relevancia puede tener que yo, indigno, jamás las bese si otro lo hace. La maravillosa contingencia, esa tibia posibilidad, esa remota combinación en el devenir del tiempo le convence, cuando estaba a punto de renegar de la existencia, de su felicidad.

Margot, distinguida, camina y mira a todas partes como si todo fuera suyo. "No mires al suelo", dice a su hija y luego sonríe con pose de fotografía. "Es interesante esta colección, me recuerda a aquel tan bueno de Londres..." Michelle aguarda paciente la formulación de la pregunta. "¿Cómo se llamaba?". "René". "Eso René". Prosiguen. "Claro que en Londrés es normal, pero aquí...", deja sin terminar la frase irritando a Michelle que no dice nada. "No estoy aseverando que aquí, en Yorkshire, no se vean obras meritorias", intenta que su hija y, sobre todo, los demás le escuchen, "pero si alguien quiere deleitarse con los exquisitos dones del arte, sin duda, debe ir a Londres". Atisba en derredor satisfecha. "¿No dices nada?". "Es bonito", afirma Michelle frente a un cuadro. Margot se acerca. En un lienzo sin enmarcar confluyen dos manchas anaranjadas, con una forma aproximada de mancha y un color más o menos anaranjado; rompen el equilibrio de un fondo azul celeste, anegan voraces unas figuras de papel de aluminio grapadas al lienzo con desorden, y en lo alto, refulgente, tin-sight-out-break, ha pegado con cola el artista una lata de calamares en su tinta. "¿Bonito?", responde con cierta sorna la madre, "su exhaustismo es caduco, si hubieras vivido en Londres su auge, su momento...". "Debió de ser fantástico", da la razón Michelle y enarbola su cara inocente justificándose: qué iba yo a saber.
Observa Margot la placa informativa y sonríe: "¿Ves?, autor: René Santangello... «La Adoración de los Reyes Magos»... debe de costar unos dos millones de libras". Michelle se sobresalta, "¿dos millones?", muerde su labio mientras mira el lienzo y, al no haber adquirido todavía las nociones suficientes de arte alegórico, ensaya una interpretación libre: claro, piensa, esa mancha de ahí es la Adoración y esa de allí los Reyes Magos. Le saca de la reflexión su madre con un directo a la mandíbula: "¿lo quieres?". "Yo...", titubea la joven. "Lo compraré para ti y lo colgarás en tu habitación y vendrá gente a verlo y así podremos enseñarles también la colección de Tokklemans del salón. No se hablará de otra cosa en el Círculo de Damas..." y sonríe de nuevo, absorta por su ensueño que parece resultarle más embriagador si cabe que su vanidad.

Continúa mañana

martes, junio 26, 2007

Empanada de cáctus

He de reconocer que leo otros blogs y siento muchas veces que lo que cuentan encaja en la voragine heterogénea de la Academia. Claro que la tentación tiene su anvés, porque si voy enlazando todo lo bueno que escriben otros quedo en evidencia por la comparación, o peor, me convierto en uno de esos programas de zapping.

Sin embargo de vez en cuando sucumbo y me permito uno de estos post descansadísimos. Que lo cuenten ellos.

Empiezo con la Empanadilla, que el otro día se enteró de que un columnista del suplemento dominical de La Vanguardia la citó, así como si nada. Y ella dice, ¡cáspita!, ¿a ver si lo que escribo va a ser interesante y todo?. Exaltada (quizás no dijo exactamente cáspita) e ingenua... ella ha sido la última en enterarse.
Con su particular estilo lo cuenta... Aquí.


Y cambiando de registro, en un rincón inhóspito de África, Kaktus nos descubre un pedazo del mundo y de nuestra mente. Dos post llenos de complicidad y sencillez, de piedras y pobreza, con tacto de seda (hecha jirones, no olvidemos que se trata de África). Recomendable 100%.
Komche
Komche (2)

Los martes: CINECLUB - 53 - Donnie Darko


Donnie Darko - 2001 - Director: Richard Kelly

Reparto:
· Jake Gyllenhaal (Donnie Darko)
· Jena Malone (Gretchen Ross)
· Mary McDonnel (Rose Darko)
· Drew Barrymore

Guión: Richard Kelly
Fotografía: Steven Poster
Música: Michael Andrews

En el cine actual, amojamado por los clichés, las producciones independientes son casi las únicas que se atreven a ofrecer aromas y sabores diferentes, simplemente espolvoreando el plato con esa especia tan preciada: la imaginación y el buen gusto. Hollywood se empeña en películas que no son capaces de mejorar siquiera a sus propios trailers, y precisamente eso hace más especial “Donnie Darko”, porque es mejor de lo que yo pueda sugerir con mis palabras. Sobre todo si evito spoilers (en cristiano: chafaros la peli) e interpretaciones (yo ya llevo tres diferentes).
¿Donnie Darko? ¿qué clase de nombre es ése? Suena a superhéroe o algo por el estilo, comenta Gretchen. ¿Qué te hace pensar que no lo soy?, responde Donnie, un disfraz a la medida de un brillante y joven actor, Jake Gyllenhaal.

Perfecta ambientación en los años 80 para una historia sencilla o incomprensible, rozando con clase la ciencia ficción, rehuyendo con estilo el drama psicológico; dotada de un humor turbador y una atmosfera enrarecida, con ese zumbido que acompaña la belleza extraña de las imágenes, la realización impecable. Dicen que una ópera prima se crea sin prisas, sin presiones, sin listones, y que acaba siendo más meditada, mil veces corregida y limada hasta la pulcritud, cuidados todos los detalles, envuelta para regalo. Richard Kelly es fiel a ese rumor creativo, por eso a “Donnie Darko” se le intuye, desde el primer fotograma, la aureola de película de culto.

Eres raro.
− Lo siento
− No, es un cumplido.
La soledad, la hipocresía, la locura, el miedo, el azar, los sueños, ese inexorable imperativo del destino, todo está en la historia de Donnie, junto a la sospecha que crece a medida que se acaba el tiempo. Todas las criaturas de este mundo mueren solas… desasosegante cuando menos ¿no?.
Además el poder sugestivo de la imagen no quita que podamos disfrutar de los pequeños detalles, Patrick Swayze, la conversación sobre los pitufos… ¿y puede haber algo más de los 80 que ir a una fiesta de Halloween con un disfraz de esqueleto?.

La resolución de la trama puede ser compleja o decepcionantemente simple (deus ex machina). Lo que es seguro que es que nos obligará a quedarnos pensando. Quizás no entendamos nada, pero yo tampoco entiendo un atardecer y no dejo de mirarlo fascinado. Sobre todo si suena esa versión sublime de Gary Jules del clásico de Tears for Fears “Mad World”. Simplemente por ese momento mágico merece la pena quedarse.
Gran selección musical. Gran película. Mundo desquiciado.

lunes, junio 25, 2007

Gato encerrado

Ayer por la noche me dio por ponerme a pensar. Ojo niños, no lo intentéis en vuestras casas que puede ser peligroso, sobre todo si no se está acostumbrado.
Tras caerme del sofá unas cuantas veces me di cuenta de que no iba a llegar a ninguna conclusión. Los que me conocen saben que soy un conversador infatigable, y como yo mismo me conozco evitaba todos mis trucos y no conseguí convencerme de nada.

De todos modos, "pensar" es una palabra de doble filo. Pensar no es lo mismo que darle vueltas a las cosas, eso sería más bien "centrifugar". Pensar no es sobrevolar con el helicóptero de la mente la crisis de rehenes de un problema, eso se llama "vuelo de reconocimiento" y/o/u "obsesión". Tampoco creo que sea pensar esa costumbre de imaginar un futuro feliz, eso sería "rezar" para algunos, para otros simple "masturbación".
Pensar, creo, es volver a empezar de cero. Con lo que eso cansa.

Ese es el tema. Creo que es muy positivo ser un chimpancé firme, con sus principios. Pero cuidado, todos conocemos gente que presume de ser sincera y es simplemente desagradable; o que presume de ser libre y es simplemente egocéntrica; o que en vez de tener convicciones tiene dogmas.
Todos, en algún momento, hemos rectificado, algo nos ha abierto los ojos y hemos pasado a entender lo que despreciábamos, o incluso hemos dejado que la marea o la estadística nos llevara a equivocarnos. Ser fiel a uno mismo, por tanto, es saber rectificar. Y sobre todo, hacerlo sin saber si esta vez se ha acertado o se tendrá que volver a cambiar de rumbo.

Los cristianos inventaron su religión para camuflar esa necesidad de saber qué está bien y qué está mal. No conozco suficiente otras religiones, pero imagino que será parecido (marxismo incluido). Limpiar la conciencia es una forma de evitar la incertidumbre. Aunque la realidad es que, en su cronografía particular, uno muere y es entonces cuando conoce el veredicto. Antes no. Es una paradoja similar a la del "gato de Schrödinger" en la mecánica cuántica.

El gato está en una caja opaca, junto a un veneno que sólo respirará si un átomo radiactivo emite una partícula alfa. La posibilidad de que eso ocurra es del 50%. Por lo tanto, dentro de la caja tenemos un gato que está muerto y vivo (quizás todos lo estemos) a partes iguales. ¿Cuál es la única forma de resolver el enigma? Abrir la caja. Divagar no nos sirve; al gato menos que a nadie.

Toda decisión comparte ciertos aspectos dramáticos de la paradoja del "gato de Schrödinger". Y cualquiera que no repare en la complejidad, cualquiera que insista: "es muy sencillo" para defender que algo es correcto o erróneo, estará traicionando a la realidad.
Si se opina que lo verdaderamente noble es hacer algo sin esperar una recompensa... no debe de haber algo tan noble a corto plazo como pensar.
¿Y a largo plazo? No lo sabremos hasta que se abra la caja.

sábado, junio 23, 2007

Prova prova... los micrófonos



Ayer me reencontré con la noche y con todas esas cosas que hacemos los chimpancés, ver el baloncesto, crujirnos a cerveza dándole a la mandanga (que te pone bien), ver unas secuencias heroicas de "Starship Troopers", arrojarnos excrementos, ir a un bar, jugar con la bebida, jalear al DJ, oír las conversaciones ajenas, buscar lo oscuro (como hacen todos los animales).

Además vi a Peibols, a quien no fui capaz de explicar de forma convincente mi nuevo estilismo, o su ausencia, más bien. Me habló de luchas entre salamandras y saltamontes, lo cual no me sorprendió demasiado porque ya he comentado que había estado viendo la cruenta guerra entre insectos y humanos. Las fotos hicieron de nuestro encuentro algo más parecido al National Geographic que al Vogue.

Y el caso es que yo me iba a ir hoy al Monsters of Rock en Zaragoza. Pero problemas de última hora lo han impedido. Ya no estaré hoy entre los más jebis del mundo libre, podré ser el alma láguida y tierna que también soy e irme a bailar boleros de Lucho Gatica a cualquier tasca y/o puticlub.
Ni veré a Slayer, ni a Blind Guardian, ni a Motörhead. Veré el Sevilla-Getafe de la final de Copa del Rey. Menos mal que soy versátil que si no...

viernes, junio 22, 2007

Derretirte



Quiero...

jueves, junio 21, 2007

La celda 273 (el juego de escribir)


Los dos viejitos de la foto son Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, dos monstruos de la narrativa del siglo XX. Su relación con las palabras, los argumentos y la literatura comparte cierta dosis lúdica, el "juego de escribir", uno de los placeres de la vida. Si habéis intentado alguna vez escribir un relato a medias (ahora tú, ahora yo) sabréis lo divertido y difícil que es. Pues bien, estos dos caballeros se propusieron hacerlo, se inventaron un escritor y una biografía (H. Bustos Domeq) y se juntaron para crear, codo con codo, con aguda inteligencia y (supongo) carcajadas mil. Imagino que el proyecto derivaría en un reto constante, "a que no acabas esta frase", intenta meter la palabra "oruga", a ver quién hace la mejor metáfora del aburrimiento.

Me encanta la descacharrante colección de relatos de misterio en los que el recluso Isidro Parodi resuelve los casos que le plantean personajes más o menos auténticos, con tendencia a la extravagancia, a la verborrea y al sainete.
El sexto problema "La prolongada búsqueda de Tai An" empieza así:


«¡Lo que faltaba! Un japonés cuatro ojos», pensó, casi audiblemente, Parodi.
Sin perder el sombrero de paja y el paraguas, el doctor Shu T'ung, habituado al modus vivendi de las grandes embajadas, besó la mano del recluso de la celda 273.
—¿Usted permitirá que un cuerpo extraño abuse de este prestigioso banco? —indagó en perfecto español y con voz de pájaro—. El cuadrúpedo es de madera y no emite quejas. Mi censurable nombre es Shu T'ung y ejerzo, ante el escarnio unánime, el cargo de agregado cultural de la Embajada China, gruta desacreditada y malsana. Ya he taponado, con mi narración asimétrica, las dos orejas tan sagaces del doctor Montenegro. Este fénix de la investigación policial es infalible como la tortuga, pero también es majestuoso y lento como un observatorio astronómico admirablemente sepultado por las arenas de un desierto infructuoso. Bien dicen que para detener un grano de arroz, no es superflua una dotación de nueve dedos en cada mano; yo, que sólo dispongo de una cabeza por acuerdo tácito de los peluqueros y sombrereros, aspiro a coronarme con dos cabezas de reconocida prudencia: la del doctor Montenegro, considerable; la suya, del tamaño de una marsopa. Hasta el Emperador Amarillo, a pesar de sus aulas y bibliotecas, tuvo que reconocer que un besugo privado del océano difícilmente logra una edad provecta y la veneración de sus nietos. Lejos de ser un besugo viejo, soy apenas un hombre joven. ¿Qué puedo hacer ahora que el abismo se abre, como una suculenta ostra, para devorarme? Además, no se trata meramente de mi dañina y desaforada persona; la prodigiosa Madame Hsin, abusa noche a noche del veronal, a causa del desvelo infatigable de los pilares de la ley, que la desesperan y la incomodan. Los esbirros no parecen tener en cuenta que ha sido asesinado su protector, en circunstancias nada tranquilizantes, que ahora la dejan huérfana y sin amparo, a la cabeza del Dragón que se aturde, salón florido que ocupa su local propio en Leandro Alem y Tucumán. ¡Abnegada y versátil Madame Hsin! Mientras el ojo derecho llora la desaparición del amigo, el ojo izquierdo tiene que reír para excitar a los marineros.
»Ay de su tímpano. Esperar que la elocuencia y la información hablen por mi boca es como esperar que la oruga hable con la mesura del dromedario, o siquiera con la variedad de una jaula de grillos labrada en cartón y exornada con los doce matices razonables. No soy el prodigioso Meng Tseu, que para denunciar al Colegio Astrológico la aparición de la luna nueva, habló veintinueve años seguidos, hasta que lo relevaron sus hijos. Inútil negarlo: poco tiempo ha quedado para el presente; ni yo soy Meng Tseu ni sus muchos y ponderados oídos exceden literalmente el número de las aplicadas hormigas que socavan el mundo. No soy un orador: mi arenga será breve como si la pronunciara un enano; no tengo un instrumento de cinco cuerdas: mi arenga será inexacta y monótona.

miércoles, junio 20, 2007

Malos presagios


He estado todo el día en la República Chepa, de acá para allá, reuniones, compras, encuentros... y me ha sorprendido ver en el Corte Inglés una "oficina punto de atención de moda". Sí, como se lee. Me he quedado tan acojonao que ni he ido a preguntar, con la falta que me hace algo así.

Y eso, durante todo el día he estado dándole vueltas a la cabeza. Ayudazme vosotros. No sé qué noticia es más trágica, que se haya muerto el Fary o que David Civera saque un disco nuevo.

Negros nubarrones se ciernen por poniente.

martes, junio 19, 2007

Los martes: CINECLUB - 52 - Snatch. Cerdos y diamantes

Snatch - 2000 - Director: Guy Ritchie

Reparto:
· Jason Statham (El Turco)
· Brad Pitt (Mickey O'Neil)
· Benicio Del Toro (Franky Cuatro Dedos)
· Dennis Farina

Guión: Guy Ritchie
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Montaje: John Harris y Les Healey

Película coral, masculina, violenta. El malogrado Guy Ritchie toma prestada la inspiración tarantiniana para su paseo delirante por los bajos fondos londinenses. Pese a todo el sello Ritchie parece original, aunque repita el modelo, una cuidada banda sonora, un guión enrevesado y diálogos ácidos, precisamente ese toque de humor sulfúrico, corrosivo, pendenciero, más que negro, abisal.

Hacemos inventario de los personajes y los títulos de crédito (de serie televisiva) nos hacen sonreír al recordarlos: rusos, americanos, irlandeses, ingleses, se mezclan en la gran hormigonera (crisol lo llamaban los antiguos) de la ciudad.
- ¿Londres?
- Londres. Pastel de riñones, taza de té, mala comida, peor clima y esa Mary Poppins de los cojones.

"El Martillo" (no necesito azucar ya soy bastante dulce) autodefinido como un gran hijo de puta personaliza una trama, la de las apuestas ilegales. El diamante de 86 kilates que transporta Frankie Cuatro Dedos es, en sí mismo, la segunda clave de la historia. En medio un promotor de boxeo que sólo quería una caravana.
Para cada acción hay una reacción, dice "El Turco", y a ello se lanza con ritmo desaforado esta película que aprovecha a la perfección todos los recursos, la mugre, la sangre, el montaje vertiginoso y la cámara lenta.

Actores crecidos, elegidos con escrupuloso acierto, con el mismo carisma que sus personajes, desde el exfutbolista (por decir algo) Vinnie Jones, hasta Boris el esquivabalas, inimaginable sin la actuación de Rade Serbedzija. Entre sus mayores logros el gran descubrimiento de Brad Pitt para la comedia, en su papel tronchante de gitano irlandés.
Luminosa como un diamante. Sórdida como los cerdos hambrientos.
Película divertida... y con estilo.

lunes, junio 18, 2007

Animales Acojonantes (21) - EL WOMBAT


El wombat es un marsupial oriundo de Australia, rasurado al uno, silencioso, trabajador, el típico compañero de oficina que no da problemas. Suele excavar madrigueras, pero vamos, si el suelo está duro puede hacer otras cosas, como, por ejemplo, alquilar un bungalow. Se alimenta de hierbas verdes, pero si no hay, oye, se adapta a todo, come raíces y otras inmundicias del suelo. Prefiere que haga sol, pero si refresca se pone el anorak y no se queja.

Debido a sus habilidades sociales, los granjeros australianos nunca los domesticaron, bien al contrario, fueron ellos los domesticados por los wombats. Así, sin enemigos naturales, no es de extrañar que la evolución los haya dotado de un metabolismo lento, por lo que pueden llegar a tardar dos semanas en hacer la digestión, lo cual es un problema a la hora de meterse en la piscina, como se comprenderá.


Los wombats no son perfectos, pero atesoran prodigios en su ADN; ninguno mayor que sus excrementos en forma de cubo. Se gustan tal y como son y eso les ayuda a gustar a los demás. Se saben simpáticos y se enorgullecen de ello.
Qué más se puede decir, no podemos ser neutrales, a todo el mundo le encantan los wombats. Incluso muertos.

Le gusta:
- Que le abracen
- Dormir y que se le caiga la baba
- Repetir una palabra muchas veces seguidas, una y otra vez, hasta que pierde el sentido (la palabra)

No le gusta:
- Tener que hacer sentadillas para mantener sus glúteos firmes
- El darwinismo
- Querer montar un partidillo de futbito y estar impares

sábado, junio 16, 2007

Set ball


Hoy va de aportaciones externas. Y sí, la de la foto tiene algo que ver con el post (eso sí, cogido con alfileres).

He recibido esta semana un mail en el que me alertan sobre el Micro-Festival Lunas de Qala't que tendrá lugar el 23 de junio a las 22:30 en Alcalá de Gurrea. Cartel y más detalles: aquí.
Esto debería de ser labor de otro superhéroe, como por ejemplo el Capitán Lillo, pero en un mundo lleno de spam sin sentido se agradece que alguien piense en el Hombre Revenido como un amplificador y mande algo interesante. Así que prestadle atención.
No sé si se ha notado. He intentado hacer un juego de palabras estupendo... micro / amplificador... en fin, dejadlo.

Otra invitación que me llegó fue la de la gente de BeJoPa, que son los de ese enlace que lleva un tiempo a la derecha y que quieren promover y difundir actividades culturales de Huesca. Incluso tienen un link a mi blog, lo cual es demencial porque a saber qué tengo que ver yo con la cultura. ¿Les serviré de ejemplo? Quiero decir, ¿de mal ejemplo?, ¿de moraleja del tipo: si no te mueves acabarás como este y la gente que lo lee? (en eso ultimo tendrían bastante razón).
Bueno pues me invitaban a la presentación oficial de su portal y a la entrega de premios del I Concurso de Relatos Cortos Ciudad de Huesca. Lamentablemente no pude acudir, pero les agradezco la deferencia y, dentro de mis humildes posibilidades les hago una transferencia de mi apoyo.

Y por último una diversión para el finde. Una más, quiero decir.
León el Africano nos propone un juego altamente adictivo:
Tenis femenino
La galería de fotos no está mal tampoco, y me ha recordado a un párrafo de una entrevista a ese pedazo de monstruo que es Miguel Delibes.

De la televisión, me interesa lo que la gente suele rechazar: los telediarios, los programas de caza y pesca… Antes ocupaba mi tiempo libre cazando, montando en bicicleta o jugando al tenis, ahora miro cómo lo hacen otros. El tenis por televisión me ha hecho descubrir, por ejemplo, que las mujeres rusas no son feas. Parecía que el régimen soviético no disponía de mujeres presentables. Grave error. Las jóvenes tenistas que irrumpieron tras la perestroika eran ágiles y sumamente atractivas, no había una belleza cada dos docenas, sino ocho cada docena. Además, jugaban bien. Un cambio inaudito, se diría que los soviéticos querían hacer ingrato hasta el aspecto de sus mujeres y que después del comunismo habían desaparecido las feas.

Gracias al tenis sabemos al fin que las mujeres rusas son estupendas. Ese es el motivo de la foto... Elena Dementieva.

viernes, junio 15, 2007

Logos con piel de cordero

Hola amiguitos, una semana más ya es viernes. Como sé que vuestros cerebros ya no están para alardes, consumidos por los esfuerzos semanales, reblandecidos por los calores veraniegos, excitados por estímulos externos, voy a intentar ser breve y visual (como suelen describirme mis generosas amantes).

El año que viene es año olímpico, esa bella y democrática ciudad de Pekín se engalanará para el mayor acontecimiento deportivo del universo. Espero que no haya problemas en ninguna plaza y no pasen por encima de la gente con tanques (algo a lo que han sido algo propensos, en fin, cosas de chiquillos).
Más lejos nos quedan los siguiente JJ.OO., que volverán a Europa, no a Madrid porque no supimos sobornar a los suficientes electores, sino a Londres. De momento, en un golpe publicitario inesperado, se ha presentado el logo.
Que no es sobrio y contenido como el de la candidatura...




Sino algo más extravagante. Exactamente así:



Es impresionante el vídeo promocional, que no consigo en ninguna parte (debe de ser porque provocaba ataques de epilepsia).
La controversia ha sido enorme desde el primer segundo. Los tabloides británicos, muy dados a despedazar a la gente han vituperado el logo, aunque entre el aluvión de críticas hay quien lo ha aplaudido con los mejores elogios, como un medio que lo llamaba "el trabajo de un chimpancé".

Animalada o no, el logo ha costado (creo) 600.000 euros. Lo cual suele ser debido más a la explotación de la imagen que al valor artístico del mismo, aunque en este caso el bombo, el renombre y el escándalo deben de ir también en el precio.
Asumamos que tiene que sobrevivir 5 años, también que no le ha gustado ni al alcalde de Londres, ¿alguno apuesta porque lo cambiarán?

Yo he de decir que me gusta. Incluso me parece una obra maestra. Ahora queda por saber qué opináis vosotros. Aunque a quién le puede importar después de todo, si a vosotros os gustaba Naranjito.

jueves, junio 14, 2007

Esperando algo




Esperando a Godot (Samuel Beckett)
-1955-


Vladimir / Estragón / Pozzo




− No perdamos el tiempo en discursos inútiles. Hagamos algo, ahora que se presenta la ocasión. No siempre nos necesitan. La verdad es que no se nos necesita. Otros lo harían igual que nosotros, si no mejor. La llamada que acabamos de escuchar va dirigida a toda la Humanidad. Pero en este lugar, en este momento, nosotros somos la Humanidad, lo queramos o no. Aprovechemos la ocasión antes de que sea tarde. Representemos dignamente a la escoria en la que la desgracia nos ha sumido. ¿Qué te parece?
− No te escuchaba
− Bien es verdad que quedándonos de brazos cruzados, pensando los pros y los contras, también hacemos honor a nuestra condición. El tigre se precipita en auxilio de sus semejantes sin pensarlo, si no se refugia en lo más espeso de la selva. Pero la cuestión no es esta. ¿Qué hacemos aquí?, es lo que tenemos que preguntarnos. Tenemos la suerte de saberlo. Sí, en medio de la inmensa confusión, una sola cosa está clara: esperamos a que venga Godot.
− Es verdad
− ¡Socorro!
− O que caiga la noche. Tenemos una cita, y se acabó. No somos santos, pero hemos acudido a la cita. ¿Cuántos pueden decir lo mismo?
− Miles de millones
− ¿Tú crees?
− No sé
− Quizás
− ¡Socorro!
− Lo evidente es que el tiempo, en estas condiciones, pasa despacio y nos lleva a llenarlo de acciones que, ¿cómo lo diría?, a primera vista pueden parecer razonables, y a las cuales estamos acostumbrados. Me dirás que es para impedir que nuestra razón se nuble. De acuerdo. Pero he aquí lo que me pregunto a veces: ¿no andan errantes ya en la continua noche los grandes abismos? ¿Me sigues?
− Todos nacemos locos. Algunos siguen siéndolo.
− ¡Socorro! ¡Les daré dinero!
− ¿Cuánto?
− Cien francos
− Es poco
− No serás capaz...
− ¿Te parece suficiente?
− No, quiero decir que no serás capaz de sostener que cuando vine al mundo ya estaba mal de la cabeza. Pero la cuestión no es esta.
− ¡Doscientos!
− Estamos esperando. Nos aburrimos como ostras, qué duda cabe. Bueno. Se nos presenta una diversión y ¿qué hacemos? La dejamos que se pudra. Venga, manos a la obra. Dentro de un momento todo habrá pasado. Estaremos otra vez solos en medio de la nada.
− ¡Doscientos!
− Ya vamos.

miércoles, junio 13, 2007

El futuro de la economía está en las guarrillas


Una vez recuperado del post de Peibols, que ayer nos sorprendió con su reflexión: ¿¿Está el Huesca preparado para subir a segunda no-sé-qué??, donde podemos leer frases ciertamente estupendas como "El futuro de la economía está en las guarrillas". Abordaré un tema serio, zanjaré una cuenta pendiente.
Antes diré que cuando a un lechuguino de esos de la Escuela de Chicago le den el Nobel de economía por la misma idea que pregona este visionario, será el momento de desempolvar ese link y asumirlo. Eso ya lo dijo Peibols, listo.


De lo que realmente quería hablar hoy es de una canción que me crispa: la del ramito de violetas. Esa historia de una mema integral que se pasa tres años en la segregación clandestina por los anónimos de un amante desconocido. Anda ya. Apúntate a gimnasia de mantenimiento y déjanos en paz.

El caso es que la canción empieza:
Era feliz en su matrimonio
aunque su marido era el mismo demonio.
Tenía el hombre un poco de mal genio
y ella se quejaba de que nunca fue tierno...

¿Ya? ¿sólo eso?
A ver, ¿me estás diciendo que su marido era el mismo demonio porque tenía un poco de mal genio y no era tierno?. Él será un desagradable, pero ella es gilipollas. El mismo demonio, dice.
¡Será zorra!.
Venga, deja de justificarte, deja de mentir y deja de ser tan idiota, que el de las flores y las poesías es tu marido y estás haciendo el ridículo. Víbora, que eres una víbora.

martes, junio 12, 2007

Los martes: CINECLUB - 51 - La vida de los otros



Das Leben der Anderen - 2006 -
Director: Florian Henckel-Donnersmarck

Reparto:
· Ulrich Mühe (Gerd Wiesler)
· Sebastian Koch (Georg Dreyman)
· Martina Gedeck (Christina-Maria Sieland)
· Ulrich Tukur

Guión: Florian Henckel-Donnersmarck
Fotografía: Hagen Bogdanski
Música: Gabriel Yared y Stéphane Moucha

Si tengo que destacar una irrupción reciente en el Olimpo del cine, me quedo sin dudarlo con este alemán de nombre impronunciable (no lo intenten en sus casas, que ha habido gente que se ha trenzado la lengua, hagan CTRL + C, como he hecho yo). Si ha habido una victoria justa es la de esta cinta colosal frente al "Laberinto del fauno".
La intriga y la música nos acompañan durante todo el metraje, solapándose con una ambientación perfecta, grisácea, lenta, dura, como la dictadura stalinista de la Alemania Oriental. Ese clima orwelliano, exento de toda calidez, nos hace reencontrarnos por sorpresa con las cualidades humanas que la idiotez absolutista se empeña en negar.

Ulrich Mühe es el Capitán Gerd Wiesler, de la Stasi, la terrible policía secreta del régimen. Y recibe un encargo como cualquier otro, que desemboca en un thriller sin golpes de efecto más allá de las interpretaciones hermosamente contenidas o los planos de las mirillas, la obsesión metódica, las escuchas, que nos hacen latir fuerte el corazón con cada descubrimiento, cada gesto, cada intención. El bueno de Ulrich lo borda, y a veces sus ojos y sus oídos solitarios son también los nuestros. La normalidad amenazada del escritor Georg Dreyman, también es la nuestra.

Si algo parece comunicar esta película es que la vida depende, en cierto modo, de lo que piensen, deseen, decidan o entiendan los demás. Ante esa evidencia la más férrea moral titubea, y el ribete poético y desgarrado se acomoda a ambos lados de la pantalla, imperceptible, lúcido, hasta hacernos responsables de la acción y la inacción, del desprecio o la curiosidad, o simplemente para desembocar en... ese maravilloso final.
Excelente película, para paladares refinados.

lunes, junio 11, 2007

Estoy mosca


Hoy he visto dos moscas follando y eso me ha hecho recapacitar sobre la vida en general.

Me ha hecho pensar si no trabajaré demasiado o escribiré demasiadas cosas en el blog, en lugar de estar por allí, qué sé yo, revoloteando.
Aunque vamos, el razonamiento exacto era: está muy bien eso del Festival de Cine y tal, pero las moscas tienen tiempo para todo.

Además el macho acariciaba suavemente la cabeza de la hembra, como cerciorándose de no estar ante un espejismo, agradecido, y ella, no sé, parecía como que... bueno, parece raro... como que sonreía.
Se han ido zumbando antes de que, con el Mensajero de San Antonio enrollado, canalizara toda mi ira, lujuria, envidia y pereza de lunes.

Recortes de prensa


Vamos a reírnos un rato. Ya veréis qué bien.

Ante la reunión que deben de estar celebrando ahora esas dos ratas de alcantarilla que son Zapatero y Rajoy, era de esperar que, lejos de declaraciones altisonantes y desafíos, los periódicos patrios se esforzaran ayer domingo por dar una visión comedida y prudente, por alentar el entendimiento.

El diario "ABC" indica en su editorial comedido:
Rodríguez Zapatero y el PSOE van a hacer cuanto esté en sus manos para tratar de sacar a Rajoy de la moderación y la centralidad, y para que el PP conteste de forma destemplada a las fraudulentas apelaciones del presidente del Gobierno a la unidad.

Obsérvese la variedad de matices.

En el editorial de "El Mundo" podemos leer también:
Zapatero volvió a hacer malabarismo con las palabras al apuntar que en la búsqueda del consenso no pondrá «condiciones» ni exigirá «rectificaciones». Faltaría más, habría que responderle, dado que el que está rectificando es él. Los hechos han venido a darle la razón al PP: el proceso no llevaba a ningún sitio porque no se daban las condiciones que Zapatero aseguraba haber verificado.

Sin embargo sí habla de las condiciones de Rajoy:
Sería deseable que entre ellas estuviera la de la ilegalización de ANV, al haber quedado en evidencia que se trata de la continuación de Batasuna.

Rocambolesco.

Aunque ya, de traca, es el comienzo del editorial de "El País". Atentos:
No era lo mismo disentir sobre la política antiterrorista cuando ETA había anunciado su decisión de no matar que cuando, como es el caso ahora, tras el comunicado que ha puesto fin a 15 meses de inactividad criminal, la banda ha proferido una amenaza de alcance general contra los ciudadanos y las instituciones.

¿15 meses de inactividad criminal? ¿perdón? ¿me he perdido algo? Las extorsiones, los asesinados, los estragos ¿qué eran? ¿accidentes?.

En fin, visiones sesgadas de la vida. ¿Qué le vamos a hacer? Voy a dejar este asunto definitivamente porque me da un asco...
¿Qué? ¿os habéis reído? Yo nada.

domingo, junio 10, 2007

Impresentable



Impresentable ayer Ramón Calderón, presidente del Real Madrid Club de Fútbol, al finalizar el partido de la Romareda. Mientras los jugadores, que deberían ser más propensos a la euforia, tenían la madurez de repetir la consigna de "todavía no hemos ganado nada" o "hay que ser prudentes", el imbécil este se daba un baño de multitudes encabronando al personal. Es vergonzoso cuando los presidentes de los equipos bajan al césped, a dar la vuelta al ruedo, a cortarle las orejas a un toro que no han matado ellos. Pero es que en este caso el toro está muy vivo, y conviene tener cuidado.

Para completar el bochorno, estaba viendo al mono volver a ganar en la Pista Central de Roland Garros, y ¿quién estaba allí, abrazando a Nadal y a las farolas de París? El susodicho.

Lo dicho, un impresentable. Creo que desde ayer no queda ninguna duda. Que lo quiten y pongan a Tamudo.

sábado, junio 09, 2007

Himno-sis


Una cosa es hablar de política, que es algo enriquecedor (mientras no se mantengan posturas dogmáticas ni violentas), y otra muy distinta que yo escriba de eso. Mi blog tiene cosas buenas, intenta contar algo, y si puede ser, de una forma irónica, o diferente, pero difícilmente permitirá un debate real; más bien, el que yo hable de política nos sumirá a todos en un solemne aburrimiento, crispado sin duda. Aunque bueno, todo el mundo sabe lo que opino de treguas, procesos y demás.

Pasa lo mismo con el fútbol. Hoy se rifa la liga y qué hago, ¿me pongo reflexivo? ¿me pongo didáctico? ¿me pongo a bromear con algo que no admite bromas?. A ver, tengo un día y una noche para hablar del tema con mis amigos, debatir en amable compañía. No todo va a ser follar.
Y luego está el baloncesto. Y la final del Rolland Garros. Y el tema de la cerveza, que hoy me interesa mucho también.

Pero de lo que sí voy a hablar, porque me da la real gana y porque sé que tendréis algo que opinar, es de la iniciativa de Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, de pedir que le pongan una letra al himno de España.
La excusa del vividor individuo este es que los deportistas se lo han pedido, para poder cantarlo cuando suene en las competiciones internacionales. Pero me pregunto yo, ¿realmente es posible, a día de hoy, con las carencias de espíritu de la clase mangante dirigente el consenso?

Por lo visto, la "Marcha Granadera" o "Marcha Real", es el himno de España desde 1770, y nunca ha tenido letra (salvo una intento franquista prácticamente olvidado: "Viva España, alzad los brazos hijos del pueblo español que vuelve a resurgir..."
A mí, qué queréis que os diga, eso de alzad los brazos me suena un poco a canción del verano, "las manos hacia arriba, las manos hacia abajo, somos los gorilas uh uh". Y eso está muy bien, pero para himno... es como de rechifla y eso no puede ser.
Se me ha olvidado comentar el paréntesis de la Segunda República en que fue reemplazado por el himno de Riego, al que sólo puedo asociar aquella impagable escena en la Copa Davis, en Australia, con el trompetista tocando el himno equivocado ante el estupor de la delegación española.

Yo soy oscense y ciudadano del mundo (el tópico por antonomasia), pero también soy español, asumiendo la única realidad que ello supone: que el otro día hablaba con una persona de Málaga y la sentía tan cercana como a una de la calle de al lado, pero bueno la gente puede sentirse lo que le dé la gana, faltaría más.
Y a mí me parece imposible ponerle una letra a la "Marcha Real". Y ojo, a mí me gusta la versión onomatopéyica, la del Chan tachanta tachán tachán...

Aunque bueno, ahora que lo pienso, yo sí cantaba una versión de pequeño. Decía:
Franco, Franco.
que tiene el culo blanco
porque su mujer
lo lava con Ariel...

¿Esa letra no vale?
¿Alguien se anima a ponerle letra al himno?
¿Alguien propone otra canción ya escrita como himno? No me vale, que os conozco, el "Paquito Chocolatero", ni nada de los Planetas.

viernes, junio 08, 2007

Click

Ayer fue un día importante. Uno de esos días en los que por fin escuchas el click, y sientes que vuelves a estar encajado, nada bailotea. Si jugasteis con los playmobil (famobil se llamaban en mi época) lo entenderéis. Podías desmontarlos tirando un poco de la cabeza y los pies (como a los chimpancés, aunque en vez de los pies es otro sitio), y podías incluso combinarlos (proceso casi meiótico).
A la hora de reconstruirlos había que tener cuidado, poner la cabeza en su sitio, los brazos en los huecos del tronco, pero enganchados a la estructura pierno-vertebral, hasta que te quedaba el individuo allí, constituido, planificado, medio suelto. Sólo faltaba apretar con cuidado y cuando estaba listo, cuando todo estaba en su sitio, sentías el click. Las 5 piezas quedaban engarzadas en una identidad completa y volvías a respirar.
Simple anatomía.

Por cierto, hablando de anatomía. Ayer estuve en el cine. He de reconocer que me encantan las películas en blanco y negro, subtituladas, en pantalla grande. Además la de ayer era de una filmoteca alemana y como pasaba no-sé-qué cada cuarto de hora teníamos 20 segundos inquietantes de fundido en negro.
Bueno, a lo que iba, los señores de antes tenían la cintura mucho más arriba que nosotros. Eso eran hombres de verdad, que se subían el pantalón por encima del ombligo, donde ha estado la cintura toda la vida. Obsérvese la foto de Spencer Tracy en albornoz con la que documento mi argumentación. La línea roja es la cintura auténtica del hombre. La verde, la que nos quiere imponer la moda tiránica. La diferencia no es baladí, y si tuviéramos que ponerle una medida estándar sería (utilizando el canon de la foto) la cabeza de Katharine Hepburn.

Un pantalón sobaquero, lo queramos o no, realza el paquete y, al mismo tiempo, da estilo, distinción y seriedad.

jueves, junio 07, 2007

Cine en Huesca


Desde hoy, jueves 7 de junio, hasta el sábado 16, vuelve el Festival de Cine de Huesca. Esa cosa fascinante que pasa todos los años y que intento disfrutar en la medida de lo posible, planificando con esmero mi calendario laboral. Pero al menos ahora puedo, porque claro, son unas fechas que me mataban cuando era estudiante (junio es un mes diferente desde entonces).

Hoy a las 19:30 ponen una de Fritz Lang, con Spencer Tracy, ¿se le puede pedir algo más a la vida? (no respondáis, que os conozco).

Además de los intempestivos pases de cortometrajes, a horas poco asumibles, tendremos grandes directores consagrados: Kurosawa, Kubrick, Cukor, Orson Wells (este también tiene Ks, la de Kafka, la de Kane, la de Joseph K... esto ya parece un SMS).
También directores por descubrir en la aldea: Andrea Arnold, Nuri Bilge Ceylan, Rachid Bouchareb, Andrea Staka

Iba añadir que era una oportunidad inmejorable de ver la controvertida última película de Terry Gilliam, que ha desatado tanto desprecio y tanta alabanza, en su deambular por el límite (dicen) de lo insoportable o lo profundamente artístico.
Pero sorprendentemente se ha caído del cartel. ¿Razón? Ni idea, no lo he preguntado, la verdad. He visto que en algunas noticias con fecha de hoy todavía la nombran. Además en el encarte del Diario del Altoaragón del domingo, en el horario multicolor, allí está: "Tideland", el jueves 14, a las 22:30 en el cine Avenida.

Una pena.

De todos modos, es una gran oportunidad de disfrutar del cine, de salir de casa y gastar algún euro, que no gastáis nada, madre mía, amasando una fortuna ahí, que pa qué os va servir, aynnnn, jobentud...

miércoles, junio 06, 2007

Huesconsin, Año 1 (parece que fue ayer)



Os cuento una cosa ¿vale?
Hoy hace un año que miré a mi blog a los ojos y le pedí de salir.
¿Qué pasó luego?... pues que me dijo que sí.

Más de 400 entradas después nuestra relación está mejor que nunca. El año que viene hago un discurso o cuelgo mis fotos desnudo. Hoy sólo quiero agradecer lo único imprescindible, vuestras visitas diarias, silenciosas, cómplices.

También recordaré a todos los que con sus comentarios han enriquecido el guiso.
Por orden de aparición:

Magic Carlowsky, Luis, Peibols, Leonardo, Laurel, Guillermo, El Tato, Peña Moya, Magog, Mon, Mujordina, Durantes, Jameson, El duende Chemita, Osca Victis, El Caracolico, Quizás, Fredy, La luciérnaga, Caipi, Náyade, Guilty, Marga, Bio, Fernando, Yo claro, Mmaa!!, Anay, León, Sr.Thomson, Nacho, Loliquiturri, El Capitán Lillo, Karlos, Abismo, Sergio, Animons, Coyotepisapraos, Power Ranger, Cardo, La empanadilla perdida, Teponespocaymal, Macbeth, Chika belle, Al otro lado del mar, Dulcinea del Potoso, Traslalínea, Zorro de Segovia, Yo también te sigo, Cantinflas, Corzo, Mediocentro revenido, Pétalo, LorenZombie, Jackerest, Carlos, F, Pepelu, Nadia, Cabizbundo y meditabajo, Perkins, El 17, Defender, La salida, Wings, Gyapetus, Musa y araña, Luisle, Youp, Rimekoa, Piltrafilla, Un polizón, Alberto Colombo, E.M.T., Rarito, Yo, Fedush, Pera acaramelada, Rodrigo Díaz de Vivar, Lauren Bacall, La rana Gustavo, Animuscolaborandi, Lucky Luke, Mona Lisa, Chito, Anónima, Don Plutarquete, Clotilde Armenta, El teniente Lentejuelas, Envidioso, Porsupuestoanónimo, Pepito Purulencias, El Noticiario, Meri, Hugo, Yo misma, ayO, Lanobil, Uacari negro, Lunitamia, Natha, Espersonal, Xufi, Adlh, Ana Arándanos, Javier Cid, BG, Ovidio Nasón, Manolo, Browner, Marmota, Killroy, Saeki, Yo otra vez y Nuakchot.

A ellos, a todos los anónimos/as, por llevarme la contaria, por apoyarme, por añadir, por mejorar los textos, por buscarle tres pies al gato, por pensar y compartir esos pensamientos (resulta que sabéis escribir, qué sorpresa); a todos y todas, muchísimas gracias.

Así da gusto, coñe.
Continuará.

martes, junio 05, 2007

top.com8 (libros libres)

Venga, megapost Feria del Libro.
Hace mucho que no hago una de esas listas arbitrarias que tanto me gustan. Hoy una recomendación a volapié para las librerías-tómbola que nos acechan.
Difícilmente podrá firmarnos el autor. Pero se lo podemos pedir a cualquiera que pase. Total, eso es lo único gratis (excluidos los notarios), y ¿qué os creéis? vuestros amigos nunca notarán la diferencia.

Empieza un nuevo: top.com8


8

Esperando a Godot
(Samuel Beckett)

Vladimir y Estragón, los payasos metafafísicos enfrentados al universo estático. Teatro de vanguardia, incombustible.




7

Seis problemas para don Isidro Parodi
(H. Bustos Domecq)

El alter ego de Borges y Bioy Casares crea un investigador que se enfrenta a los misterios entre rejas, con una fina pátina de ironía.




6

Travesuras de la niña mala
(Mario Vargas Llosa)

La biografía de un hombre de pretensiones sencillas que viaja, se encuentra, escapa y busca una dulce y perversa pasión.




5

El pequeño Nicolás
(René Gosciny y Sempé)

La escuela más terrible y divertida, con los niños más lúcidos: Clotario, Alcestes, Eudes, Godofredo, Nicolás...





4

Watchmen
(Alan Moore y Dave Gibbons)

¿Quién vigila a los vigilantes? Alan Moore reinventa el cómic de superhéroes, lo carga de simbolismo, complejidad y belleza turbia.




3

Ensayo sobre la ceguera
(José Saramago)

Novela extrema, catártica. A qué esperas para leerla. Imprescindible.





2

Gödel, Escher, Bach: un eterno y grácil bucle
(Douglas Hofstadter)

Rompecabezas inclasificable, juego mental, ciencia divertida, filosofía científica, diversión filosófica. Espejos enfrentados en mil páginas sorprendentes.




1

El maestro y Margarita
(Mijail Bulgakov)

Obra maestra de la sátira inteligente. Bulgakov, el escritor proscrito, toma al más fascinante diablo y lo deja pasear por Moscú, para mayor gloria de la literatura universal y de las historias imprevisibles.

lunes, junio 04, 2007

Al César lo que es del César



Os va a sonar a tema antiguo, pero es que hoy ya no podía más; me he decidido a mirar en Internet y me he dado cuenta de que no era el único que lo pensaba. Somos una gran mayoría silenciada, represaliada, en las catacumbas de la vida pública, sólo por un hecho simple, inocente, tener sensibilidad artísitica.

Al grano. ¿Cómo puede alguien (quién sea, me da igual) hacer una lista de los 100 españoles más importantes de la historia y no poner a Chiquito de la Calzada? Eso es un aberración, una blasfemia.

Alguien es responsable, no sé quién, quizás la incultura de la gente, o una mano negra que manipuló la encuesta, pero desde aquí amenazo: Quien tenga la culpa de esto lo pagará.
Una cosa es que Antena gromenauer quiera ser complaciente con Juan Carlos I, pelota con la consorte, o rastrera con el heredero vividor, pero lo que no puede ser nunca es desagradecida con el hombre que cargó con ella a sus espaldas hasta llevarla a las más altas cotas de la modernidad.

Chiquito forever.

domingo, junio 03, 2007

Planta un hijo, ten un libro y escribe un árbol


Quizás sea un perro mono de Paulov, quizás simplemente desvarío, pero a mí siempre me ha hecho ilusión eso de la Feria del Libro. No sé, me parece un homenaje justísimo a ese fetiche, lleno de letras, páginas, márgenes, y un homenaje también al parque de Huesca. Y tal vez esa sea la clave, la integración de las diferentes perversiones: espacios prefabricados (con un inequívoco deje de caseta de feria y/o churrería), libros por doquier, gente (con la conciencia limpia, por una vez, al estar en el camino de baldosas amarillas de la sabiduría), sol (junio). Cada ingrediente aporta lo suyo al combinado. Por eso cuando leo "comienza la feria del libro" empiezo a salivar. Algunos dirán que salivo porque me anticipo al placer de la lectura, otros dirán que es porque los libros tienen tapas y lomo (mmmm...)

El año pasado mi desorganización y mi trabajo me impidieron pasar a visitarla, ni un minuto siquiera, pero la sentí latir, a unos pocos cientos de metros.
Cuando voy tampoco es que haga nada del otro mundo, me paso el tiempo rebuscando en los títulos olvidados (y rebajados), mirando de reojo las novedades editoriales, esos grandes nombres-cadáveres de un mercado que tenderá a morir, lo queramos o no. Estornudo (la alergia), tengo malos pensamientos (la primavera), vuelvo a casa sin haberme podido resistir a comprar algo (la falta de voluntad).
Hubo un lema que se hizo muy famoso en mi generación, e imagino que continuará vigente. Decía que en una vida completa había que: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Lo que era una táctica para contrarrestar los paupérrimos índices de natalidad y para concienciarnos ante el drama de la deforestación, ha acabado en catástrofe social. Nadie planta "su" árbol (si acaso cuida su planta de marihuana con fines recolectores), cada vez tarda más en tener ese hijo y tarda menos en escribir su libro. En consecuencia el Amazonas mengua, las papeleras no paran de producir y cualquier mindundi analfabeto escribe un libro con el que entretener a las visitas y pensar que va a trascender (jodido futuro, desertizado y despoblado).

Pocas metáforas de nuestra naturaleza son más contundentes que esos libros que nadie lee.

El resto lo encontraréis en mi nuevo libro, que podéis adquirir en cualquier librería, supermercado, ferretería o emule.

Os aviso de que estaré firmando ejemplares el lunes a las 7 en la Feria del Libro de Huesca. Firmaré incluso libros que no sean míos. Firmaré también árboles e hijos que no sean míos.

sábado, junio 02, 2007

A punto (y coma)


Tengo ya preparadas las respuestas para las entrevistas periodísticas que me harán en la prensa, radio y tele. Querrán saber qué opino y cómo soy. Me mostraré ingenioso y espontáneo.

Tengo ya preparadas unas listas de personalidades importantes e incluso redactados ya los textos, muy agudos, de las dedicatorias.

Tengo ya preparadas las metáforas que servirán como brillante ejemplo o síntesis que aclare lo que exponga. Saldrán como galaxias de las páginas.

Y tengo preparada mi postura al sentarme o de pie, tono de voz, expresión de los ojos y la boca. Todo está preparado. Todo a punto. Puedo empezar, pues, a escribir mi libro.



José María Fonollosa (1922-1991)