Anthony de Mello redactó cuidadosamente el famoso cuento del gato del ashram, en su colección “El canto del pájaro”. Dice así:
Cuando cada tarde se sentaba el gurú para las prácticas de culto, siempre andaba por allí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó el gurú que ataran al gato durante el culto de la tarde.
Mucho después de haber muerto el gurú, seguían atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al ashram para poder atarlo durante el culto vesperino.
Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización de un culto como es debido.
2 comentarios:
solo me ha costado 4 dias encontrarte, no me acordaba que poner para que saliera
Pues me alegro, Anónimo/a. Aquí estaba, agazapado entre la maleza del internet.
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