Hay semanas que empiezan con un lunes en la playa. Que tienen un pico de
estrés en medio. Acaban con un viernes en el que al mismo tiempo te sientes hecho polvo y encima te coges vacaciones.
Intentas salir por la noche, pero sientes que no puedes. Intentas irte a casa y tampoco puedes.
Son semanas raras.
Cuántas cosas pueden pasar en una semana.
Y cuántas cosas podrían pasar la semana que viene. Me asusta el 9 de agosto. Me asusta el tiempo libre. Me da miedo mi libertad bajo fianza.
Quizás vaya esta tarde a la piscina y empiece a asimilar despacio que el lunes
NO TRABAJO.
Entonces, sólo entonces, podré escribir algo decente.
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