sábado, noviembre 14, 2015

Anotación al 13 de noviembre de 2015


El 23 de agosto de 1944, Borges se entera con felicidad de la liberación de París y descubre "que una emoción colectiva puede no ser innoble".

Y hace una reflexión que me vino anoche a la mente y que se puede aplicar al nazismo pero también a cualquier terrorismo hediondo, fallido y nihilista, de los que nos parten el corazón (a diario, si uno vive en un país en conflicto, o cada año, si uno vive en Europa).

"Para los europeos y americanos, hay un orden - un solo orden - posible: el que antes llevó el nombre de Roma y que ahora es la cultura de Occidente. Ser nazi (jugar a la barbaria enégica, jugar a ser un viking, un tártaro, un conquistador del siglo XVI, un gaucho, un piel roja) es, a la larga, una imposibilidad mental y moral. El nazismo adolece de irrealidad, como los infiernos de Erígena. Es inhabitable; los hombres sólo pueden morir por él, mentir por él, matar y ensangrentar por él. Nadie, en la soledad central de su yo, puede anhelar que triunfe. Arriesgo esta conjetura: Hitler quiere ser derrotado. Hitler, de un modo ciego, colabora con los inevitables ejércitos que lo aniquilarán, como los buitres de metal y el dragón (que no debieron de ignorar que eran monstruos) colaboraban, misteriosamente, con Hércules".


¡Vive la France!




3 comentarios:

aras dijo...

Viendo la escena de Casablanca, es curioso el hecho de que ayer estuvieran jugando un amistoso Francia-Alemania en París.
Todavía sigo sin palabras.

HombreRevenido dijo...

Sí, Aras, no cabe duda de que la reconciliación de Europa (al menos de la occidental) ha sido un éxito. Es duro decirlo, pero la locura es muy difícil de apaciguar. Simplemente hay que derrotarla.

sonia dijo...

Maravillosa la escena,como hoy en la Sorbona.