Nunca estuvo más presente el mito de Jesucristo.
Siempre digo (medio en broma, medio en serio) que
soy agnóstico cristiano, es decir, que no soy creyente en ese Dios que se hizo hombre y murió crucificado en el Gólgota para el perdón de los pecados de toda la humanidad. No creo en eso. Pero es que el resto de doctrinas no me merecen ni siquiera unos minutos de refutación (tal vez el budismo esconda dos o tres explicaciones verosímiles del universo, pero apenas parece una religión). Creo que la historia de Cristo es, de lejos, la mejor, la más ligada a nuestra cultura, a la realidad que vivimos. Por eso merece mi respeto.
Ese hombre crucificado, abandonado, humillado, falsamente demonizado, podría haber sido Dios. Parece improbable, pero oye, cosas más extrañas se han visto. Contaba Borges que un día su padre le confesó: "hijo mío, este mundo es tan raro que incluso puede que exista el Espíritu Santo".
Ese hombre del Calvario podría ser Dios, pero también podríamos ser cualquiera de nosotros. Y esa es la enorme verdad que subyace, que ha conmovido íntimamente a tantas generaciones. Esa (creo) es la auténtica fe.
Un Dios, a fin de cuentas, tiene sus trucos: la resurrección, la venganza, la ominiscencia, la ubicuidad, la eternidad y su envés, el exceso de tiempo libre... ¿Pero nosotros? Nosotros estamos indefensos.
Ese, el humano, es el mensaje que, a mi juicio, sobrevive con más fuerza de toda la fábula ultrarrealista de la Pasión. Da la cara y te la partirán.
Desafía a las convenciones establecidas y serás azotado, machacado, expuesto para escarnio público. Aunque al igual que la dicotomía Jesús-Judas, la mejor de todo el Evangelio (y tal vez de toda la historia de la literatura), no es posible una cara sin su cruz. No es posible el suicidio asistido de Jesús sin la traición de Judas. No es posible una traición así sin el consentimiento tácito del traicionado.
Todos somos Jesucristo, expuestos a la turba idiota. Eso lo entendemos pronto, podemos mirar hacia arriba y vernos allí injustamente colgados (como el Antiguo Testamento decía, por cierto, que sólo morían los indignos). Pero lo difícil, lo duro, es contemplarlo todo desde arriba, desde el castigo. Mirar hacia abajo y reconocernos allí.
Podemos ser el crucificado, pero también somos el cobarde que no actúa, el juez que falsea, el testigo que hace coincidir su opinión con su conveniencia, el gobernador teatral que pasa de todo, el apóstol fiel que silba por las esquinas. Somos el renegado, el verdugo, el centurión, el soldado raso, el carpintero o, en su defecto, el que montó la cruz de Ikea... somos Barrabás, aclamado por sufragio universal en un país de "barrabases moderados".
Nunca la muerte de un Dios fue tan profética. Nunca una historia de terror por ese prójimo
que te aclama el domingo y te abandona el viernes fue tan real y tan poco comprendida. Casi 2000 años después seguimos sin pillar el chiste.
Los evangelistas-guionistas nos conocían bien.
Su historia resucita, año tras año, día tras día.
"Esta es mi carne, que será masticada por vosotros" hasta que se os haga bola.
¡Amén-se de una maldita vez, hostia!
10 comentarios:
Este post tal vez sea demasiado elevado y trascendente para los meros alumnos de la Academia. Gracias por compartir tus pensamientos con nosotros. Me retiro a meditar sobre todo esto a ver si saco algo en claro...
Un gran post, sí señor.
Jo, qué serio. Me gusta. Me encanta. Se nota que es lunes y has estado haciendo deberes.
Me ha encantado profe.
Niño desgraciaíto, no creo que sea tan elevado. Creo que está al alcance de cualquiera de vosotros, simios hermanos. Espero que meditaras, pero por encima de todo que no te quedaras sin cenar.
Carmen J., gracias. Las reflexiones por sorpresa siempre impactan.
Gracias, Nisi. Después de una semana de cachondeo había que ponerse serio. Ya vale de indolencia.
Nhtg, lo celebro. Nuestra estupidez general y los símbolos religiosos, todo ha estado frente a mí durante una semana entera, lo raro hubiera sido no escribirlo.
Buen post, sobre todo cuando afirmas que los evangelistas conocian bien la naturaleza humana.
Si que somos barrabases moderados eligiendo por sufragio universal a Barrabás. Y sí, eso da TERROR. Buena entrada!
Gracias, Anónimo. Por eso su relato ha durado tanto, porque aunque sea inexacto o fantasioso en los hechos, es exacto como un atestado en la esencia.
Speedygirl, no se puede esperar nada mejor de nosotros. Mucho tendrán que mejorar las cosas...
Creo que es uno de los mejores posts que te he leído.
Un abrazo:
Kaktus
Muchas gracias, Kaktus.
El listón de mis posts tampoco es muy alto, pero es un gran elogio, con lo que tú sabes de este tema y los demás.
Un abrazo, crack.
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