Sitges, 22 de marzo
Era una insensatez hacerle caso a un asesino confeso. Pero la situación desesperada exigía asumir riesgos. El kinki recitó una dirección de memoria. Todos se quedaron sorprendidos. ¿La habitación 616 del Hotel Rocamar de Sitges? ¿Qué clase de broma era esa?.
Con absoluto secretismo, el jet privado de la Santa Sede vuela de madrugada hasta el Prat. El equipo lo conforman tres personas: el
Papa Francisco, con un pasaporte falso a nombre de
Giuseppe Cartone, el cura-investigador
Filippo Collombo y la implacable
Hermana Fernández. Se han camuflado como turistas, porque una gabardina tapándoles la cara (con ese sol primaveral) sólo atraería más sospechas. Los pantalones de
sport, las
rayban, la camiseta blanca y un sombrero playero dan a Su Santidad un
look diferente. No mejor, diferente.
- ¿Por qué hay un arco iris en mi camiseta? - se interesa por los detalles
Francisco.
- Porque queda desenfadado, yo qué sé, queda yeyé - le responde el
Padre Collombo. Ninguno de los dos hombres, doctores en teología, ha aprobado siquiera la EGB de la moda.
Toman un taxi muy serios. El taxista les recibe con el notición de la mañana: "Por lo visto se han gastado todo en juergas, o en niños, o en juergas con niños..."
Francisco frunce el ceño, perdonar es comprender, se repite a sí mismo. Sus acompañantes cuestionan intrigados al taxista. "¿
Cómo que quién? ¡
Los curas!
Andan caninos, jajaja, no pagan ni a Dios".
-
Eso ser insidia - responde a la blasfemia el
Padre Collombo, con su español macarrónico, desabrochándose un botón de la camisa hawaiana.
-
Lo han dicho en la radio.
- ¿
Cuál radio?
-
En la COPE.
- Ops...
Caminan por el paseo marítimo de Sitges. El lugar y el atuendo parecen elegidos a la perfección. Son como el hombre invisible de
Ralph Ellison, que era invisible porque nadie le quería ver. Quién podría sospechar que la
Hermana Fernández, con su atrevido vestido naranja, es en realidad la más célibe y santa de todas las dominicas.
El robo del tesoro pontificio, el intento de homicidio, la reaparición misteriosa, la cita... los tres saben que esas cuestiones justifican adentrarse en la habitación 616.
Es la hora. La
Hermana Fernández toma inocentemente la mano del pontífice, la aprieta en un gesto cómplice que trata de transmitir confianza y valor.
Francisco respira profundamente un par de veces, se santigua y escupe el chicle. Los escoltas toman posiciones cerca del hotel mientras el líder de la cristiandad camina en dirección al mostrador de recepción.
Sube las escaleras. El corazón bombea con ciertos apuros su sangre granizada.
Golpea con los nudillos repitiendo la contraseña.
Toc-toc (primero dos),
Toc (luego uno),
Toc-Toc-Toc (y finalmente tres). El número
pin es correcto y la puerta chirría.
Francisco espera cualquier rostro menos el que sus ojos observan en ese momento.
¿Cómo? ¿él? ¿aquí?
Mecánicamente, el esbirro le cachea con esmero y le hace un gesto displicente con la mano derecha, "entre". Luego abandona la estancia cerrando la puerta. ¿Ha sido una alucinación o tenía el mismo pelo grasiento, los mismos tatuajes y el mismo parche en el ojo que había presenciado varias horas atrás en los calabozos del Vaticano?.
Un tosido grave le saca de su estupor.
- Ejem. Antes de nada, discúlpenos por aquello de quererle asesinar. - A contraluz, junto a la ventana, se distingue una voluminosa figura. - Entiéndalo, usted no es uno de los nuestros. Y desde el Concilio, la norma exige que sea... digamos... eliminado.
- ¿Está diciendo...?
- Sí, estoy diciendo lo que ha oído.
Juan Pablo I fue mucho más obediente y se bebió el poleo menta.
Francisco siente de repente mucho calor. Se quita el sombrero y lo usa como abanico.
- ¿Tiene sed? ¿quiere tomar algo? - pregunta el amable espectro.
- No, mejor no. Nunca tomo veneno por las mañanas.
Su interlocutor suelta una enorme carcajada.
- Claro, toda prudencia es poca. De todas formas, he de decirle que jamás nos hubiéramos imaginado que estaba usted tan loco - continúa retumbando su voz.
- ¿Por qué lo dice?
- ¿Por qué lo digo? ¿Ha visto usted la prensa, los noticieros...? ¿Acaso ha visto cómo usted,
Nerón frívolo, ha incendiado internet?
- Ah, eso - el Santo Padre traga saliva.
- ¡Está en todas partes!. Mire - y le enseña desde lejos lo que parecen periódicos de colores - esto son portadas de la prensa deportiva, ¡la prensa deportiva!: Marca: "Católicos a segunda", Sport: "Pobres como hindús". Definitivamente, la ha liado parda.
- No me diga que usted también lo sabía.
- No, amigo. Seré sincero: mi intención era asesinarle en cuanto entrara por esa puerta. Pero al conocer las nuevas circunstancias, lo del desfalco y la bancarrota, hemos tenido que cambiar de idea. Le necesitamos.
Los ojos de
Francisco se van adaptando a la luminosidad de la habitación, pero sigue sin poder distinguir el rostro del hombre.
- Todavía no sé quién es usted.
- Oh, disculpe. Qué torpeza la mía - entrecierra la cortina.
Francisco le mira con atención. Esa barba la ha visto antes en tantas películas...
- Usted es...
- Soy igual.
- ¿Entonces no es...?
- No lo soy.
- Pero es...
- Soy igual.
Francisco no es un gran experto ni en cine ni en actores contemporáneos. No conoce a
Robert Pattinson, por ejemplo, aunque imagina que es parecido a
Josh Hutcherson, a quien tampoco conoce. Pero su interlocutor es un mito de la doble sesión de los sábados, allá en su Buenos Aires querido. Le ha reconocido sin ningún lugar a la duda, se trata de
Bud Spencer.
- Somos... - con ese plural, el hombre lee el pensamiento del Papa, que no se quita de la cabeza al guardia de la puerta y al visitante fantasma del museo - ¿cómo decirlo? somos réplicas genéticas perfectas.
- ¿Réplicas genéticas perfectas? ¿Y eso es legal?
- Claro. Nadie se ha atrevido nunca a hacer una ley contra los gemelos monocigóticos.
Así que es eso, gemelos. El
Bud Spencer bis se presenta como el prior de una orden religiosa de la que
Francisco no ha escuchado hablar jamás, la
Doppio del Popolo. Su código de conducta, continúa explicando, está extraído del "Libro Negro".
- El libro negro es una leyenda. Ni siquiera es apócrifo porque nunca se ha encontrado un solo manuscrito. -
Francisco es un estudioso estricto.
- Crea usted lo que quiera. Piense que si
Simón Pedro escribió realmente ese libro, no conocerlo le inhabilitaría inmediatamente para ocupar su silla.
- ¿Me está amenazando? - se defiende el pontífice.
- No, de ninguna manera, no me entienda mal. Ahora tenemos asuntos mucho más importantes entre manos. Tenemos que recuperar ese dinero.
- ¿Tenemos? - la sorna en la voz del Papa evidencia que se siente cómodo de nuevo.
- Es verdad, perdone, es la costumbre del plural. Sólo usted puede hacerlo. Yo, en compensación, le diré quién tomó prestado el dinero de la cuenta. Su misión será conseguir que se lo devuelva. - El hombretón dio un paso hacia delante. Luego otro más.
- ¿Me cuenta que ayer no sabía nada del desfalco y ahora va a decirme quién lo ha cometido? -
Francisco detecta la incoherencia.
- Exacto. Lo he deducido hoy mismo. Ese hombre que busca era uno de los nuestros. Apunte el nombre... bueno, no creo que sea necesario. - Da otro paso y se coloca frente al Santo Padre. Inclina su enorme masa corporal y le susurra un nombre al oído.
- ¡¡¿
Joseph Ratzinger?!! - exclama
Francisco.
- Veo que guardar secretos no es lo suyo. Estamos en sus manos,
Cardenal Bergoglio. Su misión es salvar las finanzas de la Iglesia antes de que todo se derrumbe. Le pido que interceda, que hable con él. No conozco a fondo sus dotes de estratega, pero ganó usted un cónclave que creíamos perfectamente amañado, algo ha de tener el agua cuando la bendicen.
El Santo Padre se pone el sombrero de nuevo. La conversación ha llegado a su fin.
Sale vivo, algo es algo. Aunque se lleva los bolsillos llenos de interrogantes. Muchos más que los que ha traído, por cierto.
* Si crees que Francisco tiene que ir a hablar con Ratzinger y preguntarle por el dinero, vota RATZINGER.
* Si crees que eso es mentira, una maniobra de distracción, y debe reunir a la curia en gabinete de crisis, vota CURIA.
* Si crees que ha llegado por fin la hora de rezar muy fuerte y pedir una señal divina, vota REZAR.
Puedes votar en los comentarios del
blog, en la página de
facebook o con una mención en
tuitter.
El hecho de participar te da derecho a entrar en el sorteo del libro "
Una madre sin superpoderes" dedicado por su autora,
Molinos, y las princezaz (protas del mismo).
31 comentarios:
Ha llegado claramente el momento de rezar para recibir la inspiración divina!
Rezar.
Ya no hay otra salida.
Y que ND deje de joderme el primer puesto.
Curia
Ratzinger.
Si le pregunta donde está la pasta, le contestará la verdad. ¿No veis que es cura y no puede mentir?
Toc toc toc..Si hubiera olvidado el pin, ¿cual sería el puk?
RATZINGER!
REZAR con toda la CURIA reunida, incluyendo a RATZINGER.
Esta vez acierto fijo.
RATZINGER.
Ese giro inesperado de la ubicación, de la lluviosa Roma a Sitges, no tiene desperdicio!! Sólo falta que aparezca Corea del Norte en el relato!
Y Bud Spencer bis... Sin palabras!
Ya lo siento, Gonzalo. Porque además yo, como creador de tendencia, no tengo ningún futuro... ni una de las opciones que he indicado han sido seguidas por las masas...
Jajajaja! Que bueno e inesperado el giro hacia Sitges!
Yo voto RATZINGER, aquí que se explique to´l mundo, curiosidad por saber qué dice...
Arantxa
He votado ya por twitter. Me lo estoy pasando bomba con tanto giro, esto va ha acabar como el rosario de la aurora....jajaja. !Genial!
Soy una aónima descerebrad del blog de Molinos, ire rezando para que me toque el libro.
Rita.
Gracias a todos una vez más por la participación.
Primer recuento del día:
* RATZINGER, 5 votos
* REZAR, 4 votos
* CURIA, 1 voto
De nuevo mucha igualdad.
REZAR,
pero ni aún así van a conseguir que un alemán devuelva la pasta.
Rezar!
Voto Raztinger, pero rápido que en cualquier momento se nos va al otro lado y hay que interrogar a su secretario el macizorro.
Benedicto Equis Uve Palito Emérito, por favor!!
O Ratzinger, como indica vuecencia en las instrucciones.
Que me está gustando esto, zagal, maremíaaaa...
A por el Ratzinger
Empieza a pensar en vender los derechos de la historia para una peli que está muy interesante
ratzinger!!!
¿Cuando llega el sexo??
Ratzinger, please
hasta ahora he sido muy de rezar, pero esa conversación con RATZINGER, no me la quiero perder
Rezar, fijo en la quiniela.
Curia.
5 horas para el cierre de las urnas. ¡Toca recuento!
* RATZINGER: 11 votos
* REZAR: 7 votos
* CURIA: 2 votos
Una vez más, Niño desgraciaíto da en el clavo. Qué tío más underground.
Hermano E, esto está complicándose tanto que no te extrañe que no sea ni alemán.
Molinos, se nos acaba el tiempo para el sexo. Qué desgracia.
Gracias a todos de nuevo.
Recordad que la semana que viene tendréis que rezar mucho, como dice Rita. En ese sorteo sí que va a haber tensión.
Yo digo REZAR. Y cuando digo rezar me refiero a dar un paseo por Sitges.
Ratzinger!! aunque a la que se descuide Francisco le pone a rezar en lugar de darle explicaciones
¡RATZINGER!¡RATZINGER!¡RA RA RA!
Yo quiero oir esa explicación, a ver que vuelta de tuerca le das a este telenovelon que estoy enganchada.
Clarísimamente rezar, en algún momento tendrá que justificar su cargo.
¡Ratzinger! Hoy lo tengo clarísimo. Y sería genial que lo ilustraras con una foto de su secretario macizorro...
RATZINGER
Muy bueno el Bud Spencer bis!
Ayer no puede votar!! Y hoy, no sé, no sé... Mmmmmmm... ¡Rezar!
Vamos a cerrar ya las urnas.
Quedan dos capítulos y una única votación para el fin de semana.
Se me había olvidado poner el escrutinio, qué cabeza la mía.
Recuento final:
* RATZINGER: 16
Rezar: 10
Curia: 3
Una gran cosecha de votos para alimentar al rebaño del Señor.
Publicar un comentario