Francisco, el Papa de ciencias, intenta hacer un cálculo mental para pasar los 18.000 millones de euros a pesos. Debe de haber metido algún dato mal porque le da infinito.
Es la ruina. Si alguien había querido matarle era, seguramente, porque conocía las circunstancias del desfalco (aunque todavía no los nombres). Tal vez Benedicto XVI había salido huyendo de esta debacle diabólica. Tal vez le amenazaron y sintió miedo.
La sangre se arremolina en la cabeza del Santo Padre, que abandona la genuflexión y se alza de repente, entre el sobresalto generalizado de su séquito. Va a enfrentar el problema con valentía, va a poner las epístolas encima de la mesa. Si esto fuera una partida de ajedrez se diría que está planeando la gran celada, una trampa consistente en un sacrificio con el que terminar cobrándose (se relame) una pieza mayor.
Mira por la ventana y descubre que ha dejado de llover. Su ayuda de cámara, que intenta no separarse demasiado para evitar disgustos, se acerca. "Su Santidad...", no le da tiempo a continuar la frase; Francisco le guiña un ojo y le tranquiliza: "Estoy bien, ¿cuándo se cena aquí?".
Roma, 21 de marzo
Por la mañana, abre con cuidado la Papagenda y subraya varios nombres. Necesita a los más puros porque la tarea que va a encomendarles exige lealtad. La lista de corresponsales está llena de piedad, pero también de miseria moral, no puede equivocarse en la selección. Al elegir los nombres siente revolotear al Espíritu Santo.
- ¿Paloma? - pregunta al auricular.
- Sí - suena la modulada voz telefónica de una mujer.
- ¿Paloma Gómez Borrego? - su voz temblorosa refleja que está ante el momento crucial, que ya no hay marcha atrás.
- Es Borrero, ¿quién es?... ¿Santidad?
- Sí, así me llaman. Paloma Gómez Borraja, necesito que transmitas un mensaje al mundo.
- Estoy a su disposición para lo que precise de mí, Santo Padre. Y es Borrero.
- Ah sí, lo siento. Algo muy grave le ha sucedido a las finanzas de la Santa Sede y estoy dispuesto a darle toda la información a cambio de... escúcheme bien Señora Gómez Borreta, a cambio de que espere 24 horas antes de dar la primicia y jamás desvele la fuente.
- Puede confiar en mí, no tenga ninguna duda. Y es Borrero, amado pontífice.
- ¿Borroka?
- Borrero.
- Eso, Gómez Borrosa.
- No no, ¡Borrero!
- Ah, vale, tampoco se ponga usted así, que a veces no entiendo bien mi letra.
12 periodistas, 12 apóstoles de la mala nueva.
Les manda un fax a cada uno con las documentación, aunque antes les obliga a hacer un solemne juramento por el Niño Jesús. La quiebra del Vaticano pasa a formar parte de la realidad conocida. En pocas semanas iba a suceder, no merecía la pena enrocarse. Contemporizar ya es imposible, la partida acaba de comenzar.
Entrar en la web del Banco Vaticano y ordenar una transferencia de 18.000 millones de euros a una cuenta chipriota había sido algo sorprendentemente sencillo. Sólo cuatro personas tienen acceso a la tarjeta de claves del Vaticano (que es de mármol y pesa 800 kilos): el Secretario de Estado, El Tesorero General de la Reverenda Cámara Apostólica, el Presidente del Instituto para las Obras de Religión y el Sumo Pontífice.
La evidencia es, infiere sagazmente Francisco, que hay un traidor intramuros.
A media tarde, tras quedarse traspuesto en su trono, le sorprende el anuncio de una visita. ¿La Hermana Fernández? Oh no, quizás sabe lo de la filtración... "qué boludo sos", piensa, ¿cómo no había previsto ese movimiento?, en la Santa Sede las paredes oyen.
La monja se salta el protocolo para ir al grano. Ha sucedido algo muy muy extraño. Francisco le deja hablar, temiéndose descubierto. "Deje que le enseñe algo". Pese a ser una mujer de bellos y expresivos ojos, no hay coqueteo en sus palabras. Le acerca el iPad al Santo Padre, donde puede verse una extraña grabación. La monja da un toque a la pantalla y la imagen se congela. "¿Conoce a este hombre?".
Francisco, por deferencia, estudia el fotograma más de lo necesario. Claro que lo recuerda, iba disfrazado de sacerdote la última vez que le vio morir.
- Le reconozco, estuvo en mis estancias hace dos días, bebió de un poleo menta que él mismo había envenenado. Un disparate. ¿De qué lugar proceden esas imágenes?.
- Lo importante no es el dónde - aclara la Hermana Fernández - sino el cuándo. Estas imágenes son de esta misma mañana.
- ¡No puede ser!
- Ha pagado su entrada, ha visitado los Museos Vaticanos con desgana y se ha quedado bastante más tiempo del habitual embelesado en la Capilla Sixtina. Por eso la guardia, atenta a dementes y psicópatas potenciales, ha buscado el vídeo y me lo ha hecho llegar. Es el procedimiento rutinario.
Para el Papa Francisco, aquello es lo menos rutinario que ha presenciado jamás. O hay un error o acaba de ver a un fantasma.
- Ah, hay otra cosa.
- ¿Más cosas? - el pontífice se descompone.
- Sí, ¿recuerda al otro tipo, al del parche en el ojo?
- Le recuerdo también - no puede reprimir una mueca de desagrado.
- Quiere hablar con usted... únicamente con usted.
Mientras oficia la misa vespertina en la abarrotada Basílica de San Pedro, se ve a un Francisco más místico y entregado; ejecuta una misa tremendista en la que se arroja al frío suelo como un gusano servil al Señor. Reza todo lo que sabe y sabe todo lo que reza. En unas horas va a estallar la noticia de la bancarrota en todos los medios de comunicación planetarios. Y segundos después llegará la avalancha de chistes en Twitter. Es la calma antes de la tempestad.
Todavía con el albornoz de después de la eucaristía es conducido a los calabozos. Allí vuelve a saludar a la Hermana Fernández y le presentan al Padre Collombo. Francisco siente por un momento que el encarcelado es él.
- Por fin ha venido - son las palabras de saludo del reo.
- ¿Por qué permitiste que tu compañero bebiera de la infusión envenenada? - a bocajarro, casi sin darse cuenta, Francisco hace la pregunta que llevaba tiempo centrifugando en su mente.
- Era la única posibilidad de que usted acabara bebiendo. El hermano se sacrificó por la causa.
- Te quedan muchas preguntas por responder - interviene el Padre Collombo.
- No. No responderé a nada de lo que me pregunten. Sólo tengo un mensaje que dar.
- Habla - le exhorta el pontífice.
- Es preciso que usted se reúna con un hombre. El encuentro será lejos de aquí, por supuesto, en un emplazamiento secreto.
- Pero ¿quién es ese hombre?
- No puedo decirlo.
- ¿Y cómo sé que no es otra trampa para matarme?
- No puede saberlo.
- Pero... precisamente ahora... no puedo huir de aquí - reflexiona el Papa en voz alta.
- Le aseguro - el kinki le intimida con su ojo sano - que no puede existir nada más importante que acudir a esa reunión.
* Si decides que Francisco acepte desplazarse a ese encuentro misterioso, vota ENCUENTRO
* Si decides que el Papa se quede en el Vaticano porque se huele una emboscada, vota QUEDARSE
* Si decides que ha llegado el momento de probar otros métodos de interrogatorio más sofisticados para sacarle información al detenido, vota INTERROGAR
Puedes votar en los comentarios del blog, en la página de facebook o con una mención en tuitter.
El hecho de participar te da derecho a entrar en el sorteo del libro "Una madre sin superpoderes" dedicado por su autora, Molinos, y las princezaz (protas del mismo).
32 comentarios:
Yo voto por interrogar, para que cante como un canario y suelte lo que sabe. A fin de cuentas las técnicas del Santo Oficio pueden ser útiles para obtener esa información...
INTERROGAR.
* Para no recurrir a la tortura física o psicológica, ambas impropias de cualquier Papa que se precie, podría usar algunas sustancias -tipo "suero de la verdad"- escondidas en el botafumeiro...
INTERROGAR.
Lo de hacer hablar a hostias me ha llegao.
INTERROGAR!!!
Yo como Gonzalo lo de "hablar a hostias" me encantó.
Lo de Paloma Gomez "sobrero"...grandes lagrimones..y no te lo vas a creer pero ayer estuve en una cena y Paloma fue trending topic.
Yo voto ENCUENTRO. Básicamente por variar.
¡Qué grande eres!
Me va el riesgo: ENCUENTRO
Esto se pone interesante.
ENCUENTRO. Que se moje!
Quedarse
Encuentro!!
A ver quién es ése tan importante... Igual tiene la fórmula de la coca-cola o qué sé yo...
La Borrego, Borrero, Sobrero, brutal... Y el albornoz de después de la misa, va con zapatillas de rizo a juego? Ayss... Qué entretenido es esto del Vaticano, enhorabuena!
ENCUENTRO.
Me ha encantado la aparición estelar de la Borrero (¿seguro que no es Borrego?). Nunca creí que leería un relato en el que apareciera Collombo y la Borrero...
Ah, y quiero que vuelva a aparecer el cardenal irlandés. Por favor!
encuentro, encuentro, sin duda
INTERROGAR!
El Vaticano es donde se pueden repartir más hostias del mundo ;)
Encuentro, la forma de identificarse con tu ingenio dará mucho juego
Por cierto, y pensando en disfraces, no veis a este papa un poco Mortadelo?
Yo voto...
¡HINTERROGARR!
Jajajaja...me encanta!! Me lo estoy pasando genial con la historia. Y voto ENCUENTRO, a ver quién o qué se encuentra cuando llegue, deseando saberlo!
Arantxa
ENCUENTRO. Y en papamóvil.
ENCUENTRO.
¿qué te apuestas que es Agag?
Recuento a 9 horas del plazo de respuesta:
* ENCUENTRO: 11 votos
* INTERROGAR: 9 votos
* QUEDARSE: 1 voto
Como ya sabéis, votar os permite optar al sorteo del libro de Molinos. Antes de que se agote y tengamos que comerciar con pedazos-reliquia en el mercado negro.
Encuentro, que se lleve a la supermonja y al irlandés de guardaespaldas
ENCUENTRO,
y, aunque veo que no me echas cuentas, que sea en un local decorado con luces de neon rosa llamado MOMENTOS, en una via de servicio de una autopista en las proximidades de Nápoles.
Como esta vez no lo tengo muy claro voto QUEDARSE, y daré un empujón a las minorías
Encuentro.
ENCUENTRO sin duda.
Definitivo ENCUENTRO!!
Tan claro tuviese mi futuro! ENCUENTRO
Rita.
Pensé en votar interrogar pero después me he ido a lo alto del monte a meditar y me he dicho :
"Como cojan como guía los métodos de la Santa Inquisición, la historia acabará pronto"
Así que votó ENCUENTRO
. Muero por saber cómo sale de ésta nuestro Superpapa
Yo voto por el ENCUENTRO.Esto me huele a chamusquina, y nadie mejor que el Santo Padre para enfrentarse al misterio.
Interrogar... y que sea la Hermana Fernández que sólo con su presencia acojona lo suyo!
¡No podría estar más emocionante esto!
Voto INTERROGAR. Siento curiosidad por saber de qué métodos sofisticados estamos hablando...
Se cierran las votaciones. Vamos a proceder al recuento.
Ya tenemos el escrutinio definitivo:
* ENCUENTRO: 20 votos
Interrogar, 14 votos
Quedarse, 2 votos
En un rato el 4º capítulo.
Mil gracias a todos por seguir participando.
ENCUENTRO... Hay que arriesgarse! Que lo acompañe la Borrego!
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