Hay varias cosas en el actual calendario que llaman bastante la atención. Empecemos por los meses: septiembre, octubre, noviembre y diciembre... "séptimo, octavo, noveno y décimo" en una traducción a volapié, corresponden a los meses noveno, décimo, undécimo y duodécimo. Los romanos estaban locos, pero no hasta ese punto. El desfase tiene una explicación.
Antiguamente, marzo era el primer mes, llegaba la primavera y la vida renacía. Tenía su lógica. Hasta que llegó un grupo de aragoneses tercos y se jodió el invento. Alguno de vosotros seguro que se sabe la historia, pero yo la cuento igual.
Año 154 a.C., Segeda (en la actual comarca de Calatayud) decide que ha llegado la hora de reformar los baños, sanear, poner baldosines y mosaicos nuevos y construir, de paso, una flamante muralla. Todo sin permiso de obra, claro, y en negro. El senado romano se entera y apela a la ley antimurallas (que venía de los acuerdos de paz de la Primera Guerra Celtíbera).
Como se comprenderá, esa gente de Calatayud respondió: "¿Parar las obras? De cojón". Estaban en su casa y hacían lo que les venía en gana.
"Mira que vamos con las legiones" avisó en perfecto latín el senado. "Hala, tira pues", dijeron los celtíberos en perfecto aragonés.
El senado podía amenazar todo lo que quisiera, pero realmente no podía reclutar su ejército hasta las elecciones anuales de magistrados que se celebraban a principio de año. Hubo movida, claro. Las normas eran las normas, pero el tiempo apremiaba. Si no intervenían rápido, los baturrus baturri terminarían la muralla y la cosa se complicaría de verdad. Cundiría el ejemplo en los pueblos vecinos y sería un pitorreo ingobernable.
Ni cortos ni perezosos, los romanos adelantaron el inicio del año: de los idus de marzo a las calendas de enero, hicieron sus elecciones de delegado y subdelegado y reunieron un ejército de 30.000 hombres al mando de Quinto Fulvio Nobilior.
Comenzó la Segunda Guerra Celtíbera. Los habitantes de Segeda, viendo la que se les venía encima, se refugiaron en Numancia. Para la historia quedó su rebeldía, reflejada en el orden actual del calendario. Cuando a los aragoneses nos apetezca volver a cambiarlo ya os avisaremos con tiempo. De momento está bien así.
12 comentarios:
jajaja! te superas..
Y todo esto ¿fue antes o despúes de derrocar al Imperio, destruir Mordor e inventar el iphone5?
Alucino. Con lo de septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Malditos aragoneses, siempre estáis liándola!
Sí, por favor, avisadnos con tiempo si decidís volver a cambiarlo. Pero que sea este año, por favor: se me acaba el contrato a final de año, ¿por qué no lo alargáis unos cuantos meses más?
jajajajajaja Fue EXACTAMENTE así!! Y qué bien los has contado Hombre Revenido! Qué bien!! ;P
Pues no tenía ni idea de la relación del calendario con los aragoneses. Gracias por la aclaración.
Clase de historia en día no lectivo, la academia no descansa. Para la próxima reforma, deberíamos proponer que quiten los lunes.
Anónima sin más, inventar el iPhone5 es fácil, una vez que tienes el 4. La lucha épica de Segeda es historia viva.
Nisi, en cuantos nos pongamos de acuerdo entre nosotros (que tampoco es fácil) empezamos con lo de alargar el año. A mí me viene bien.
Gracias, Speedygirl. Somos exactos como un atestado. No hay trampa ni cartón.
Niño desgraciaíto, es una historia curiosísima. Y revela lo que ya sabíamos: que los aragoneses nos metemos en líos con demasiada facilidad y que los imperios todopoderosos no tienen reparos en cambiar las tradiciones si les favorece.
Lilith, aquí en la Academia sólo es no-lectivo el día que te mueres. E incluso ese día hay que traer justificante.
Lo de los lunes es una idea buenísima. Propongo sustituirlos por el domingo-bis.
Me parto... Lo siento, pero no conocía nada de esto. Pero si los aragoneses habéis sido capaces de cambiar el calendario... claro, que lo que os propongáis... Seguro.
Y las centollas y los meses con R tiene algo que ver con los valientes baturros?
Ro, los romanos ya no sabían que hacer con nosotros. Que den gracias que no les conquistamos a ellos.
Peter, de mar sabemos lo justo. Una semana en Salou y poco más.
jejeje ya tenía oído sobre la "nobleza baturra"
Maripili, si es que cuando nos ponemos cabezotas...
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