Academia de Chimpancés (con peluca)

El tema de hoy lo propuso El Guardián del Faro, aunque ella lo formuló de una forma más original: "Importancia de la comunicación: A ver si eres más claro o acabarás en Soria cuando querías ir a Pekín".
Al final hablamos de consejos para seducir.

Ya sé que pensaréis, ¿pero qué sabe la Academia de Chimpancés de seducción? Pues poco, pero un encargo es un encargo y a pesar de que la última vez que conseguimos que una mona cayera rendida a nuestros pies fue cuando agitamos con fuerza aquel árbol, recopilaremos experiencias que nos han contado y crearemos un ranking, un nuevo top.com8. Sí, ya lo sé, sería mejor que simplemente fuera viernes, pero eso todavía no está en nuestras manos.
Los consejos son para chimpancés macho y, salvo matices, serían adaptables también para las hembras (aunque hay diferencias). Eso sí, no me olvido de la gran verdad del asunto, eso que lo hace inabordable científicamente: cada persona es diferente (una excelente noticia) y a veces no es lo mismo lo que alguien dice que le gusta que lo que realmente le gusta.

Como de este tema vosotros tampoco tenéis ni idea, supongo que habrá encendidos debates, hogueras y barricadas. Estamos al corriente con el seguro, así que vosotros veréis.

8
Suspende el deseo

Esto es fundamental. Si transmites ansiedad estás perdido.
"Tienes más posibilidades de tirártela si piensas en no tirártela" decía el protagonista de "El Tao de Steve", y es cierto. El deseo nos manipula y nos hace cometer muchísimos errores (además de que puede volvernos ruines y amorales, y no queremos triunfar de esa manera ¿verdad?).
Suena extraño pero es verdad. Suspende el deseo. La desesperación es tu mayor enemigo.

7
Autorrespeto

Sin llegar a ir sobrado, claro. Ser débil y pusilánime no es una buena táctica. Será necesario cubrir unos mínimos de seguridad en uno mismo, confianza, higiene (importante) y aceptación propia. Tan sencillo como ducharse, mirarse al espejo y decir: soy un tío acojonante (la mayoría de las veces será verdad).

6
Capta la atención

Como pasa con la publicidad, sólo se vende lo que se conoce. No quiero decir que haya que dar el cante o pasarse de llamativo, pero destacar en algo ayuda. No es necesario subirse a un escenario para conseguirlo, bastará con tener cierta visibilidad (con no ser invisible servirá para empezar).

5
Escucha

Hablar está sobrevalorado. Lo primero es escuchar. Y escuchar de verdad, no hacer que escuchas mientras te despistas con el vuelo de una mosca. Es bueno que una mujer se sienta especial. Para conseguirlo, ayudará bastante que, al menos en ese momento, lo sea para ti.

4
Transmite a otros niveles

Serán las feromonas o lo sea, pero los primeros 15, 30 o 300 segundos serán claves. Una impresión negativa entonces nos obligará a remontar el río como un salmón.
Tranquilo, lo que digas prácticamente dará igual. Los gurús de la Programación Neurolingüística dicen que el 55% del mensaje se transmitirá mediante el lenguaje corporal y el 38% mediante la tonalidad de la voz. Tengan o no razón, la naturalidad, la tranquilidad, la empatía y las buenas intenciones nos ayudarán.


2
Demuestra tu valor

Una vez que se han abierto las vías de comunicación es importante que hagamos o digamos algo que nos subraye, que refuerce la idea de que somos diferentes. Esto es difícil de explicar, porque dependerá de las personas involucradas y del momento. Que conste que no es una estrategia, es simplemente un paso más. Un hombre estándar ve a una modelo de Victoria's Secret y le asocia un desempeño sexual óptimo. Lo ha deducido de su belleza. Es simple, pero pasa. Las mujeres, un poco más complejas por lo común, son capaces de mayor riqueza en su subconsciente.
Como no siempre podemos hacer algo extraordinario, a veces basta con reforzar nuestro valor por oposición. Si una mujer no está acostumbrada a que le respeten, el respeto funcionará seguro. Si una mujer está acostumbrada a que le consientan todo, a lo mejor lo que mejor funciona es mandarla a hacer puñetas.

1
Escapa

Sé breve. Dejar con ganas de más es una cualidad. Una vez que hayamos hecho o dicho algo que nos haga sentir bien a las dos partes, suspendido el deseo (no olvidar esta parte), es el momento de tomar distancia. Sé que cuesta, pero las cosas tienen su tiempo de maduración. Se persigue lo que no se tiene. Es otra ley.


Así escrito, a volapié, parece poca cosa. Necesitaría 100 entradas más para matizarlo todo. Pero no es el momento de aburriros.
Eso para cuando nos casemos.
.