Mientras escribía mi aventura ontológica de ayer no podía dejar de pensar en algo.
Como he seguido dándole vueltas mucho después, os lo cuento.
Resulta que si lo pensamos bien, en nuestro mundo hay personas que llegan a la biblioteca de un país, de una frontera, de un empleo, y les dicen que no existen. Decirle a alguien que no existe, que es un sin papeles, ¿no os parece algo ridículo?...
¿Cómo va a ser una persona "ilegal"? O no lo es nadie o lo somos todos.
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4 comentarios:
Creo que algo así comentaba Umberto Eco al respecto, qué reflexión más acertada.
Me alegra coincidir con Umberto Eco y contigo, Cuentagotas.
Hay muchos "fanstasmas" legalizados. Una auténtica estupidez social.
No acabo de entender muy bien a qué te refieres, Orleans, pero sí, fantasmas hay muchos, y estúpidos también. En el fondo todos corremos el riesgo de serlo cuando somos incapaces de ver que el prójimo somos nosotros mismos.
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