Leo en aquel libro infantil que escribió Freud:
Érase una jovencita muy rotunda
cuyos ripios concluían en la línea segunda.
Érase un joven muy perverso.
Érase una jovencita muy rotunda
cuyos ripios concluían en la línea segunda.
Érase un joven muy perverso.
(Vale, no le he descubierto yo, me lo ha subrayado el perro. Yo no leo ese tipo de cosas porque no las entiendo, me dan pesadillas y no me dejan mis padres)
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3 comentarios:
¿De donde has sacado a ese maromazo?... ya me estas pasando su tfno que hacemos una pareja perfecta
Uyyy... ¿infantil dices?
Dina, estás fatal.
Te hacía más con un pastor de aquí que un pastor alemán.
Nana Nicotina, todas las cosas interesantes, los juegos de palabras realmente buenos y demás, se dicen en los libros infantiles.
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