miércoles, septiembre 23, 2009

Última irreflexión de la jornada


Lo que da de sí un día en la vida, ¿verdad?
Esta tarde me sentía agotado, sin reservas, derrotado. Ahora, sin embargo, derrocho energía positiva y esa especie de fe que asoma entre los dientes al sonreír.

La metamorfosis se ha producido durante las últimas dos horas, de un modo imperceptible. Y no, no es esquizofrenia. Es una cuestión... ¿de ritmo, tal vez?.

Pensando un poco (un poco sólo, lo prometo) me doy cuenta de la causa principal de este fenómeno cotidiano.
Esta mañana yo era enfermizamente optimista, todo iba a salir bien, me iba a comer el mundo por el abrefácil. A medida que las expectativas le quedaban a la realidad holgadas como el jersey de un hermano mayor, se me ha ido arrugando el espíritu.
El optimismo como antesala de la desesperación. Esperad a oír el resto.

Después se ha producido el vuelco. De repente, tras 5 minutos de aburrido realismo, me ha salido la vena pesimista. Imaginaos: rondando la catástrofe, los piratas, el sable, la pasarela, los tiburones. Y entonces me he dado cuenta de que la cosa iba mal, pero también de que, a lo peor, todo iba a mejorar, si no hoy, seguro que mañana. Me he dado cuenta de que me gustaba a mí mismo, y eso es una bendición para un día de alambre de espino.
El pesimismo es un buen punto de partida para hacer avances con el punto de cruz de la esperanza. Vale, tengo un jersey con tres mangas, pero ¿y lo que me río?.

Un ejemplo: me ha llegado una carta certificada de hacienda. No la he abierto al mediodía por desidia, sabía que era algo chungo. Pues no, la acabo de abrir y dice que hacienda me da la razón, que me cobraron 330 euros de más y que me lo reintegrarán en la cuenta XXXX...

Hoy han pasado cosas buenas, está claro. Si les damos tanta importancia como a los lúgubres presagios o a las pesadillas... creo que firmamos tablas.
No era el objetivo por la mañana, está claro. Pero el insensato legañoso del espejo aprenderá algún día la lección.

Por cierto, ya está confirmado oficialmente: llegó el otoño.
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5 comentarios:

Musa Sosa dijo...

No sabría si clasificar tus síntomas como realismo mágico, incontinencia emocional, cambio estacional, crisis perpetua o metamorfosis crónica.

Lo peor es que sé de lo que hablas. Yo cada vez lo llevo con más entereza; intento asumirme.

Anónimo dijo...

Señor Ep!: Si, comparto momentos y emociones con usted... a mi me viene bien pensar que los trabajos llevan su tiempo,tienen sus complicaciones y problemas, que no hay que dejarlos sin solucionar... y que poco a poco, con el tiempo que la vida nos da, se van resolviendo, cueste lo que cueste...
Cuando surge un problema se le busca una solución... y si la tiene (la inmensa mayoría la tienen) deja de ser problema, con dedicacón se llega a ver la luz.
Animo compañero, el karma está contigo... SEGURO.

Vecu dijo...

Bueno, al final salió bien. A lo mejor no todo, pero bueno, hay que quedarse con las pocas buenas cosas que vienen porque sí.

Cardo dijo...

You come from nothing, you go back to nothing. What have you lost?Nothing! Always look on the bright side of life. Naná, nananananá....

HombreRevenido dijo...

Probemos a mezclar todos eso términos, Empanadilla.
¿Realismo estacional? ¿incontinencia perpetua? ¿cambio crónico? ¿crisis mágica? ¿metamorfosis emocional?
Tampoco suena mal.

Señor Ep!, qué sabiduría la suya. Lo dice un proverbio oriental: Si tu mal tiene remedio ¿por qué te preocupas? Si no lo tiene ¿por qué te preocupas?.
El karma tiene un gran trabajo por delante, pero no pasa nada, siempre hemos tenido tiempo usted y yo para que las cosas buenas lleguen.

Vecu, hay tantas cosas buenas que acabamos por no darles valor. Empecemos por ello, claro que sí.

Cardo, ¡he empezado a silbar!
Citar a los Monty Python es una cosa muy sabia. Demuestra agilidad mental, dominio de idiomas e iniciativa. Si en esta iglesia ordenáramos sacerdotes... serías sacerdotisa de asuntos exteriores. De momento puedes empezar a hacer una donación rellenando la casilla adecuada en tu próxima declaración.
¿Ves? ya le empiezo a ver el lado positivo a la vida...