Levantarse con resaca.
Ir a por el pan y el periódico en chándal.
Ir a misa de 12.
Tomar vermú.
Repetir postre.
Ver el partido.
Tocarse los huevos toda la tarde.
Ver cualquier cosa en la tele.
Irse a dormir preocupado por la semana que le espera.
No pienso cumplir ninguna de ellas.
Salvo la última, claro.
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2 comentarios:
Un lujo Mono que manera fascinante de resumir las penurias de un Domingo
Y lo acojonante, Alberto, es que puede ser todavía peor.
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