La imagen era impactante. Ella, menuda, reservada, tímida y al mismo tiempo fuerte, convencida, sufriente y casi mártir, recibía en Oslo el Premio Nobel de la Paz. Se premiaba su denuncia de la explotación histórica a la que eran sometidos los indígenas (los pobres, se entiende). Pero claro, denunciar eso es sencillo, hasta un mono como yo podría hacerlo. Pero ella era especial, ella valía esa medalla y esa reverencia.
En 1983 (9 años antes del Nobel) se había publicado su autobiografía "Me llamo Rigoberta Menchú", dictada a
Elisabet Burgos en París. Allí se contaba cómo ella y su familia habían sido campesinos paupérrimos que trabajaban por una miseria en las plantaciones de los ladinos (descendientes de usurpadores españoles). Careció de escolarización, hasta el punto de aprender el español ya en edad adulta. Relataba cómo su padre, tras una brutal paliza de los señores, encabezó el movimiento campesino. A raíz de esa postura discrepante el hermano de
Rigoberta fue apresado, torturado y quemado vivo delante de todo el pueblo, incluida nuestra heroína. Otro de sus hermanos había muerto de hambre, su padre murió también en un asalto a la embajada española, su madre murió secuestrada y torturada por fuerzas gubernamentales y, por suerte,
Rigoberta consiguió escapar a México.
La historia era terrible, su aplomo envidiable y el premio merecido, ¿o alguien en su sano juicio podría dudar que era un ejemplo de coraje y de lucha por los derechos de su pueblo?.
El problema, claro, era que la historia no era del todo cierta.
Menchú y
Burgos se dejaron llevar y "adornaron" un poquito la verdad. Con buen fin ¿eh?.
La familia Menchú no trabajaba para ningún terrateniente ladino. Eran propietarios de 2.800 hectáreas y fue por un conflicto de herencias por lo que al padre le midieron el lomo los hermanos de la madre.
Pero si eran propietarios ¿cómo es que la pequeña e indefensa
Rigoberta no tenía estudios? Pues sería porque en el colegio de monjitas en el que estudió no se fijaría mucho. Aunque es poco probable porque las monjitas belgas la recuerdan como "una alumna ejemplar".
Hermanos, lo que se dice hermanos, sólo se le recuerda uno, que ni murió de hambre, ni fue quemado vivo, ni ambas cosas, más que nada porque sigue vivo y coleando.
Las atrocidades de las dictaduras centroamericanas y caribeñas (ha habido y hay muchas, con idearios completamente opuestos) son indefendibles, son repugnantes y son denunciables.
Pero hoy me centro en ella, en
Rigoberta, olé sus ovarios y la trola monumental. Ella, menuda, reservada, tímida y al mismo tiempo fuerte, convencida, sufriente y casi mártir, se queda con el Nobel.
Santa Rita Rita Rita, lo que se da no se quita.
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16 comentarios:
Yo m'acuerdo que en el muro del campo de fútbol del Seminario (allí nos hacían ir a correr los Salesianos) habían pintadas de la Menchú. Y nunca supe quien era. Ahora ya sé quién no era.
de piedra me dejas...no me había enterado de esta historia. Me uno al trauma
Peibols, que sea la última vez que vienes por aquí a aprender. Tú antes siempre venías a olvidar.
Cardo, si yo me traumatizo, lo mínimo que puedo hacer es intentar contagiar a 3 o 4 más. Así libero la rabia que me produce optar todos los años al Nobel de la Paz (Bolivia) y no ganarlo nunca. Con lo bien que me vendría a mí ese millón de dólares.
Me ha encantado tu post, da mucho gustito conocer la cara B de los "Super-buenísimos-oficiales".
El siguiente sobre el super bueno-bono y sus trapis con los fondos de inversión, por favor...
Madre mía. Si ya casi (ejem) estaba llorando con su historia.
Hay pocas mejores que despotricar contra esta panda de superhéroes garrafón, El root.
Me ilusiona lo de Bono, lo investigaré. Un tío que al mismo tiempo es rockero, solidario, hace canciones para cerrar bares y mientras tanto preside Castilla La Mancha da que pensar.
Anay, ese era el efecto melodramático que buscaba.
Siento el berrinche, al menos la aclaración ha llegado en el siguiente párrafo, no varios lustros después.
Yo creo en la ilimitada bondad de Rigoberta..... con ese nombre y esa cara , alguien puede creer que tomara la opcion de ser mala ademas ?
Hola HombreRevenido,
Me has dejado de piedra, no sabía nada de lo de Rigoberta, con lo indigena y pobresita que parecía. Algún día con tiempo igual os apuntó otra historia de super heroe, castigado por la sociedad, de manera muy injusta cuando lo único que ha hecho ha sido trabajar por los desvalidos...se llama Jesus de Nazaret.
Alberto, el nombre es de santa, eso es cierto. De cara... imagino que carísima (sus conferencias, se entiende).
Álvaro, seguramente Rigoberta haya hecho muchas cosas buenas también, eso no lo dudo, pero mintió un poco en el curriculum, está claro.
Al Jesús de Nazaret del evangelio sí se le puede considerar un superhéroe. La verdad es que obtuvo más celebridad que el Nobel a fin de cuentas. Ahora sólo falta que alguien se anime en serio a seguir su ejemplo.
Anonadada me hallo...
BabyJane, únete al trauma que hay para todos.
No es que no me fie del gran mono, pero... ¿Y las fuentes?
La verdad es que no tenía ni idea de quién era esta mujer, salvo lo del Nobel de la Paz.
Lo mejor que sé en relación a ella es que cuando vino a dar unas conferencias a Huesca, el alcalde prefirió ir a ver el partido de futbol que a estar con una premio nobel...
Oye, sabes si se ha filtrado el nuevo single de Rigoberta Menchú?
En PopJustice! dicen que será más potente que lo más último de las Girls Aloud.
Harías bien en no fiarte, Ender. No somos un blog de noticias, por aquí hay mucha ficción.
Para saber más del tema tendrás que preguntarle a la propia Rigoberta, también está el libro del atropólogo David Stoll.
Y me temo que el premio Nobel de la paz lo devalúan alguno de los premiados como Henry Kissinger, Yasser Arafat o el egipcio Mohamed Anwar el-Sadat.
Pero eso ya lo comentaremos más a fondo otro día.
Peibols, sé que está a puntito de salir, porque me lo contó mi madre. Sé también que tendrá una coreografía en plan karaoke coreano y que el lanzamiento pop de Rigoberta creará una rivalidad única con Nicola. Tú sabes por qué.
Por cierto, ¡Nicola premio Nobel de la paz ya!
No me gusta corregir al profe, pero sí es verdad que el padre de Rigoberta murió, junto a otros 27 campesinos guatemaltecos en el asalto a la embajada de España en 1980 u 1981 (no recuerdo bien la fecha)
Cuando Rigoberta dictó su autobiografía no hablaba apenas español (su lengua materna es el quiché) y parece probable que este fuera el principal problema en las inexactitudes (que las hay) de su biografía oficial.
Conocí a Rigoberta Menchú, su lucha, su sufrimiento en el exilio, la controversia que genera en su propio país, su fallido intento de entrar en la industria farmacéutica... Es una figura polémica, pero, al menos, es un símbolo de los centenares de miles de campesinos de Guatemala a los que nadie escuchó jamás.
No quisiera ser más dura de lo necesario, pero el retrato que el gobierno de Alfonso Portillo (títere de alguien mucho más siniestro) realizaba de la Sra. Menchú era bastante similar al que hoy nos brinda HR.
Creo que el profe ha elegido mal la lección.
Pero me sigue encantando poder entrar en este blog. Que quede claro.
Kaktus, qué alegría leerte por aquí. Es un honor que me corrijas siempre que lo creas conveniente. En esta Academia lo primero que está en duda es el criterio del profesor.
Ya sé que lo de la embajada es cierto. Otra cosa son las razones por las que alguien asalta uba embajada. Si al menos fuera la embajada de Andorra, que habría mantequilla, queso y chocolate...
No resto, méritos, lo he dicho, a la tarea que haya hecho Rigoberta, simbólica o no. Eso sí, desconfío de los errores de transcripción que juegan a favor de uno mismo.
Las dictaduras son odiosas y la explotación que sufren los desfavorecidos (sean indígenas o no) también.
El caso Rigoberta Menchú es para mí la prueba de cómo la propaganda casposa progre ayuda en el camino al Nobel. Ese es el trauma de hoy, una vivencia personal.
El resto, si ella tenía razón o si yo me dejo llevar por la propaganda contraria, es otro debate más extenso. Pero me gusta que hagáis vuestras puntualizaciones. Faltaría más.
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