Cuando escuché la historia me estremecí.
Lorena Bobbitt, una ecuatoriana afincada en Estados Unidos, casada con
John Wayne Bobbitt, harta de maltratos, agarró con una mano un cuchillo y con otra el pene de su marido mientras dormía y ¡zas! se lo rebanó con rabia.
(Momentos de dolor y reflexión)
No contenta con ello, salió zumbando, se montó en el coche, metió primera, segunda, tercera (¿con qué pulso y qué corazón se puede tomar la palanca de cambios después de lo perpetrado?)... se dio cuenta de que todavía llevaba el órgano amputado en la mano y lo arrojó por la ventanilla.
Encontraron el apéndice entre unos arbustos y en una serie de complejas operaciones se lo restituyeron. Chapuceramente, con más remiendos que otra cosa, pero lo salvaron. Dios bendiga a la ciencia médica.
Si es verdad que él la violó, pues oye, tampoco hizo mal del todo. No seré yo quien critique a la impulsiva
Lorena. Tampoco quien juzgue sus compungidas excusas.
Convertida en un icono del feminismo bobalicón se presentó al juicio y fue absuelta de sus cargos por "demencia temporal".
El mismísimo presidente de Ecuador le concedió audiencia, se hacían camisetas, se contaban chistes, el
Sr. Bobbitt se divorció (normal) y grabó algunas películas pornográficas...
El mundo es raro, no me digáis que no.
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7 comentarios:
un pony
Anónimo/a, no te sigo el razonamiento. No sé dónde quieres llegar a parar.
Yo por aquel entonces no lo sabía, pero en aquel fatídico día yo conducía detrás de Lorena. El pene de su marido de incrustó contra mi luna. Activé los limpiacristales y el miembro fue a parar a unos arbustos donde luego lo encontraron.
Llevo muchos años pensando que los mosquitos de EEUU tienen la polla como Nacho Vidal.
¿Ves, Dani. cómo se puso en marcha la maquinaria de hacer chistes?.
La frase "el pene de su marido se incrusto contra mi luna", sacada de contexto, tiene una enorme fuerza poética y expresiva.
Ya ves... casi debería haberse quedado con el miembro y haber tirado al marido por la ventanilla.
Esta mujer debio ser fusilada en el acto , no por lo que le hizo al marido sino por despertar el inconciente colectivo femenino mundial
Pues no te digo que no, Alberto. A veces lo peor es dar ideas.
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