Esta noche, cuando me acueste, por tercera vez consecutiva pondré el despertador a las
5 y media de la mañana, o incluso más pronto. Podéis entender que no haya escrito más durante la semana ¿verdad?. El caso es que esta mañana ha sonado a las
5:30, lo he parado, ha sonado a las
5:35, lo he parado, a las
5:40, detenido, a las
5:45, y así sucesivamente hasta las
7:00.
Al levantarme tenía una mezcla entre calor y frío, una desesperación tibia. He gruñido. Me he mirado al espejo, no me reflejaba y he recordado al
Sobrino del diablo, que tiene una canción que se titula "Zombies en el metro". Inmediatamente un enigma ha venido a mi mente, sin desayunar siquiera, ¿qué fue de
Peter Frampton?
Google me dice que compuso junto a
Frankie Valli el tema inicial de la película "Grease", ¿podéis creerlo? esa es la melodía de llamada de mi propio móvil.
Decía
Schopenhaer que tiende a pensarse que la ley de la gravedad es la causa de que una piedra caiga al suelo. Y él sabía que no es así. Pongamos esa misma piedra en el espacio exterior, la gravedad persiste pero la piedra no cae. La causa es la cercanía de la tierra. Por eso las personas nos amamos, nos odiamos, discutimos y nos reconciliamos. Porque estamos cerca.
La diferencia entre levantarse a las
5:30 y hacerlo a las
5:35 es insignificante. La diferencia entre dejarse caer de la cama a las
5:35 y a las
5:40 también. Aquí la cercanía es la que enturbia el razonamiento. La gravedad, el sueño, la idiotez, los estados propios de la piedra, persisten.
¿Somos piedras individuales sujetas a estímulos y causas individuales? ¿Suceden las cosas en el mismo lugar y al mismo tiempo para todos? Durante la tanda de penaltis del
España - Italia de la pasada Eurocopa, la gente que se había provisto de todo lo necesario para seguir mejor que nadie el partido se topó con una desagradable sorpresa. Su emporio digital, su alta definición, permitía ver los detalles del mundo ante sus ojos como si estuvieran allí, en primera línea de fuego. Sin estarlo. Aparentemente la ficción era irrebatible. Pero la destruyeron los gritos de júbilo de los vecinos, peor dotados, vecinos analógicos, que celebraban el desenlace del penalti cuando en su mundo perfecto todavía se estaba situando el balón.
¿Existimos? ¿somos nosotros, los seres imperfectos, los primeros que asomamos el hocico al percibir el aroma acre de la crisis perpetua? ¿esa complejidad es, paradójicamente, la única medicina que nos hace ver las cosas sencillas e importantes de la vida? Y lo más grave, ¿nos equivocamos a posta?
Imaginemos un laberinto tan recto tan recto que da miedo. Así de sospechoso es a veces el pensamiento único.
Busquemos una serie de casualidades estúpidas, analicémoslas con detalle y veremos que producen un caos irrepetible, un momento de belleza, de sombra, de complicidad con nosotros mismos y con las piedras más cercanas del jardín.
Busquemos el anvés de la felicidad.
Exacto, no tiene.
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7 comentarios:
La vida te da lo que la pides. Sea consciente o incoscientemente. Todo está conectado; desde ese pulsar en el confin del universo(s) conocido, hasta una hormiga en Argentina, o un camionero descansando en la cabina de su camión. Quizá nos pasamos la vida intentado ser lo que no somos, hacer lo que no queremos, y pasa la la vida...
Mono que le paso ?..demasiada filosofia para analizar un Viernes cuando las neuronas tienden mas al alcohol que al rendimiento....je
Que bien te va a venir el finde zagal!
Ups! después de tanto lío que has armao, a ver qué te digo!
Voy a seguir pensando un rato en el Caos.
Vaya, vaya... se oye a veces que a quien madruga Dios le ayuda, pero a ti no se si te ha ayudado, pues tantas divagaciones con este calor... Solo faltaba una línea para el bien y el mal.
Una cosa es cierta todo en esta vida tiene un nexo de union, solo que por pequeño o por enorme no lo vemos.
La paradoja de las nuevas tecnologias audiovisuales es curiosa, se supone que gastas en una super TV unos buenos ahorros para poder disfrutar mejor de un momento que ansias desde hace tiempo (no caer en cuartos/ver marcar ese fatidico penalti) y resulta que un estruendoso grito de tu vecino te fastidia el momento. Entonces te planteas ¿He avanzado o he retrocedido?
ENTROPIA. ¡¡¡qué gran palabra!! es sin quererlo un gran homenaje a mi blog "Entropía enlatada" de "The radical underground company of huesconsin"... ´
Duende, eres un poeta y a pesar de ello un sabio. Intentamos ser lo que creemos ser, y en el fondo somos todos monos.
Gran canción, sí señor.
Alberto, cualquier día es bueno para desvariar. Quién sabe, quizás sea la falta de alcohol la que provocó esa reacción.
Señor Ep!, así ha sido. Lo curioso es que estoy mucho más relajado que el viernes, pero firmaría de nuevo casi todo lo que escribí (sobre todo porque como no se entiende nada...)
Maru, el caos da que pensar. Mi propio caos es como cuando te compras un cocodrilo pequeño de mascota, al principio es simpático y luego se hace grande y ya no sabes qué hacer con él, quieres echarlo a las alcantarillas y antes de que puedas deshacerte de él te muerde una pierna y tienes que dejarle masticar (qué remedio). Pues eso.
Pistols, a mí madrugar me ayuda a sacar mi lado homicida (que es lo único que tenemos en común Dios y yo).
Lo del penalti analógico es la monda, jeje, aunque creo que el futuro nos igualará a todos en el avance de la tecnología y en el retraso de la imagen, y arreglado.
Diego, entropía es un concepto que muchas veces nos define muy bien. Copió a volapié de la wikipedia: "...grado de desorden que poseen las moléculas que integran un cuerpo,o también el grado de irreversibilidad alcanzada después de un proceso que implique transformación de energía"
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