domingo, mayo 25, 2008

Abre la boca y cierra los ojos


Mi plan estaba claro, y a posteriori es fácil decir que tenía deficiencias. El concepto era: salgo el viernes noche, duermo todo el sábado, y vuelvo a salir de nuevo. Uno no cumple trenbladsotsfsjdgl años todas las semanas.
Así que lo hice, salí el viernes, bajo el diluvio universal, todo sea dicho. Luego dormí sin medida, como soy yo. Pero no pude salir. Todavía no entiendo qué falló. Eso sí, la cabeza me duele igual.

Me he levantado pronto hoy domingo y he estado haciendo cosas prácticas, como por ejemplo limpiar la casa o cruzar en una excel la programación del Festival de Cine de Huesca y el Calendario de la Eurocopa. Después he dado un breve paseo por el barrio. La vida me inspirará, pensaba. Así ha sido.

Últimamente la ciudad tiene un deje terrorífico los domingos por la mañana. Tan pronto he puesto los pies en la calle lo he percibido ultrasensorialmente. Diez pasos más y la sensación se acrecienta. Es como un murmullo interior. Al final he caído, allí estaban: las comuniones.

Y rápidamente la pregunta: ¿por qué los niños siguen vistiéndose de marineritos? ¿qué razón hay para esto?
Que las niñas vayan de blanco (simbolizando una pureza que ya es discutible a los 9 años) con un traje aprincesado tiene su explicación. Forma parte de un etiquetado social que prefigura el matrimonio. La niña va a recibir a Cristo con la misma inquietud e ingenuidad que luego recibirá a su marido. En ambos caso, sobra decirlo, acabará encontrandose con algo extraño en la boca.

Pero ¿y los niños? Podría haber planteado una teoría sin pensar siquiera (vamos, usando el método habitual), pero como tengo un compromiso con vuestra mala educación he decidido investigar un poco.

Unos dicen que el motivo inicial de la tradición es similar al de las niñas. Se buscó un traje blanco de apariencia ingenua. Y de allí evolucionó hasta lo que es ahora, donde ya no sólo hay marineros rasos, también capitanes de fragata y almirantes.
Se dirá que el mar tiene una significación notable en la iconografía cristiana (Jean-Paul Gaultier aparte), que el muchacho se embarca en el barco del catolicismo, miembro de una tripulación de esperanza y caridad, en un mar indómito, peligroso pero noble.
Esto último, unido a la querencia nacional por el disfraz, sugiere la asociación de conceptos. Pero ¿por qué no hay otras profesiones? ¿por qué no médicos? ¿o panaderos? ¿o guardias jurado?
Hace bastantes años, hay que decirlo, los había que comulgaban de fraile o monja (de fraile ellos y de monja ellas, no penséis cosas raras).

Al final cada uno pensará lo que quiera, pero yo creo que hay dos razones principales. La primera es la cercanía de la iglesia respecto a cierta formalidad militar, muy particular de España, debido a la inevitable connivencia que tuvo lugar durante la dictadura. El niño era un prototipo de cristiano y también un prototipo de soldado. Y a la iglesia, de siempre, le ha gustado más un uniforme que a un pajillero sacudir el desodorante.

Y la segunda razón de la supervivencia de esta tradición, el quid de la cuestión, es que dota al fasto social de ese componente absurdo tan necesario. Se trata de comprar un traje que luego no tenga ninguna utilidad. Se trata de hacerle comprender al niño de lo que trata realmente la Primera Comunión.
Es, enmascarado de celebración cristiana, un ritual iniciático de nuestra auténtica religión: el Consumismo.

Amén.
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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Abre la boca, cierra los ojos y hostia que te meto.
Para un rato que teníamos de estar en comunión...

burbu dijo...

La otra versión de vestir a un niño en traje de chaqueta tampoco es que sea muy alentadora, dan como grimina; Aunque contando que a un niño la sociedad no le permite vestir faldas pero lo bautizan con bata de cola. sólo queda la comunión de marinero y la boda de chaqué. De aquí a enterrar a los hombres de fallera quedan dos días.

Serjuzu dijo...

Ayer estuve en na boda de chiquillos, como a mí me gusta denominarlas, y me preguntaba lo mismo ¿pero por qué nunca los visten del resto de componentes de los Village People?

Eso sí, hay que reconocer que mi primo estaba la mar de guapo vestido de marinerito.

la maru dijo...

Qué talento, niño. Cómo he disfrutado con este post. Marineritos y crías vestidas de Novias. Ves por qué deberías haber salido el sábado...

Wilwarin dijo...

Mi sobrino tiene 8 años, hará la comunión el año que viene. Su madre le dijo que si quería el traje de almirante o traje normal a lo que él contesto: "¿el traje normal es que puedo ir en vaqueros?" como la respuesta fue "no" eligió el de almirante.

Y oye, que me parece muy bien, creo que dice puestos a ir disfrazados por lo menos a lo grande o eso o intuye que si elije el traje se lo encasquetaran algún otro domingo. Si tontos no son...

HombreRevenido dijo...

Comunión, que viene de comer, de banquete, más bien.
Nunca una hostia se celebró tanto, Anay.

Burbu, todo se andará, ya lo verás. En "Desmontando a Harry" de Woody Allen, hay una celebración del Bar Mitzvah, con todos vestidos de Star Wars, es buenísimo.


Buen término, Serjuzu, muy apropiado. A tu primo le pasa lo mismo que os sucede a toda la familia, con cualquier cosa que os pongáis ya estáis dignos.

Maru, los domingos por la mañana son así de trúculos. Para otra vez ya lo sé.
Aunque no salí porque no tenía energía, que conste.

Wilwarin, donde manda patrón no manda marinero. Está bien que tu sobrino tenga altas miras.
A mí me hubiera gustado ir de Spiderman, lo reconozco.

Anónimo dijo...

Esto de los marineritos va en declive, ahora o comandan una flota o ya no hay suficiente glamour.
Y en las familias de militares???Como haran??? Alli tendrán que ponerles de marinero raso, imaginaos al padre cuadrandose firme ante el nuevo almirante de la casa....
En fin, supongo que cuando vemos al primo "desfilando" se nos va la vista para ver si sonrie y obviamos la vestimenta que lleva.

HombreRevenido dijo...

Quizás sea nostalgia de la mili, Pistols.
Menos mal que los niños sonríen...

Wilwarin dijo...

Me dejas de piedra Hombre-re: spiderman... esa fue la propuesta que le hice al niño hace unos años cuando comulgó un primo suyo y preguntó sobre el tema, que si el comulgaba de spiderman yo iba de abuelo de los Simpson, ni que decir tiene que a él le encantó, es lo malo de los peques, que tienen mala memoria (y estando ya cercana la fecha no se lo recuerdo que es mañico y por ende cabezón como pocos).

HombreRevenido dijo...

No tengo la suerte de conocer a tu sobrino, Wilwarin, pero ya me cae bien. Qué buen gusto.