Para un buen sermón basta una madre, no hace falta ni una montaña (de hecho los más grandes sermones han sido siempre los domingos por la mañana en el pasillo), ni hace falta un dios concreto, ni trifásico, ni siquiera una muchedumbre. Por eso he desconfiado tanto de las bienaventuranzas. Para tratarse de un sermón, no sé, suena demasiado bien. He desarrollado un cierto recelo hacia las cosas que parecen demasiado perfectas.
Además está aquello que decía Chesterton, esa convicción de que los mansos poseerán la tierra dista mucho de ser una afirmación mansa.
Como esta semana va de fotos de roedores, atención a la de hoy, al sermonazo de la mamá capibara. No rechista ni Dios.
Como esta semana va de fotos de roedores, atención a la de hoy, al sermonazo de la mamá capibara. No rechista ni Dios.
6 comentarios:
Madre mía qué bicho!
No conocia yo a este roedor gigante, me recuerda a la versión limpia de los RAG (Roedores de Aspecto Gigantesco) de la Princesa Prometida.
Ana, la capibara es un roedor gigante y muy limpio como bien dices tú.
Es imperdonable que no lo conozcas, si incluso tiene un capítulo en la serie de "Animales Acojonantes".
Mira: aquí.
Jo, gracias por su instrucción en el mundo animal. Por cierto, aunque se escriba capibara me sale pronunciar capíbara.
Se nota tu progreso en animales acojonantes, los de ahora tienen más gracia (aunque lo de fumar hierba para desinhibirse me ha encantado)
Ana, creo que el proceso de análisis de los primeros Animales Acojonantes era más científico. Y este es un espacio de ciencia y conocimiento.
La foto es un documento que reafirma mi teoria. Miremos la cara de quienes reciben el sermon...lejos de se llamados a la reflexion se estan durmiendo.
Una de las crías está seria y acongojada como corresponde al broncazo. Pero es verdad que la otra se está quedando traspuesta, jaja. Buena vista, Killroy.
Publicar un comentario