Aparte de lo que tiene de gimnasia mental diaria y lo que tiene de profunda vanidad, hay una cosa en el tema del blog que me he hecho pensar hoy, después de una noche de trabajo y de mecagontó.
Me doy cuenta de que si sigo con este vicio del blog no puedo desaparecer. Me explico, si yo dejo de ver a alguien, dejo de saber de su vida, se queda allí, en la nebulosa del recuerdo (recuerdo traidor o idealizado, nunca se sabe). Y sin embargo yo quedo expuesto, mi estupidez queda expuesta mejor dicho. Escribe, luego está vivo. Escribe de banalidades, luego está bien.
Eso es bueno en parte, si una sola persona me siente (a mí o a lo que sea) cerca gracias al blog, bienvenido sea. Pero es malo porque no es recíproco, aunque yo lo haya elegido.
Quizás el blog es un conjuro contra la soledad. O mejor, un espacio donde si miento se me nota, si sufro se me nota, diga lo que diga, cuente la gilipollez que cuente. Y nada, me voy a recoger los juguetes, que tengo que trabajar.
Quizás sólo veis el canto. Pero como el cuadro de la foto (César Paternosto, "El sur"), igual ese canto es la mejor parte.
De momento.
4 comentarios:
Puede saberse qué te pasa? PER FIN es viernes y tú de jornada de reflexión...
Eso de que sufres y encima nos mientes no está nada bien y tú lo sabes. Así que haznos reir más amenudo que eso sí que es recíprocamente gratificante.
Ale! te mando un abrazo y a currar se ha dicho.
Animons, no me pasa nada. Los monos a veces nos ponemos a reflexionar y nos vamos por las ramas.
No miento, porque se me notaría. Y sufro lo justo. Pero ¿hacer reír? Yo siempre escribo muy en serio. ¿Ves? ¿a que se me nota?
No pasa nada, no me pasa nada...
Sí, claro, tu siempre fuiste muy serio...escribiendo.
Tú-otra-vez, no sabes lo serio que me pongo cuando duermo. Y acabo de hacerme otra exploración visual y no me pasa nada (todo en su sitio).
Publicar un comentario