Se ha comprobado que el mundo del blog es más raro que la madre que lo parió. Mientras unos se convierten en un arquetipo, yo soy el 33º en la clasificación mundial de Blogs de ciencia y medioambiente en los 20 minutes awards.
O igual no es tan extraño y se valora mi labor divulgativa e investigadora de una vez por todas.
O igual no es tan extraño y se valora mi labor divulgativa e investigadora de una vez por todas.
De todos modos, tampoco es raro que la noche se alargue hasta las 9 de la mañana (previa visita de rigor a urgencias)... ¿o sí?. Tampoco es raro pegarse todo el sábado tirado, descansando... ¿o sí?. Y tampoco es raro que me apetezca volver a salir esta noche... o yo qué sé.
Estaba en una trampa de cristal y voy escapando con flexibilidad de cefalópodo blandito. Descreía de esas cosas modernas de ahora, la playstation y demás. Pero al fin han diseñado algo que se adapta a mi simpleza mental. Se llama, creo, Junior Jungle Party. Los monos de colores de la foto. Acojonante.
Me vuelvo a las calles. Ahí os quedáis.
6 comentarios:
Yo, no es por nada, pero los monos de colores no me profesan simpatía, eh?
¿Y eso? ¿me he perdido algo?
De todos modos, Peibols, todos los monos tienen color ¿no? si no serían transparentes.
Ay si, pero así tan estridentes...
Es que no me fío de las cosas que salen de una PlayStation.
La PlayStation son los padres.
Yo tampoco me fiaba, hasta que conocí a esos monos, Peibols.
Hay que decir que el juego es para niños de 5 años, quizás por eso me gusta.
Para personitas de cinco años! oh my god!
Mis reflejos a la hora de maitines abundan por su ausencia. Claro que con la nochecita que llevamos tampoco se podía pedir más.
Pepito(¿?), no se podía pedir más, la verdad. Los niños de cinco años son muy hábiles, y no suelen beber demasiado.
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