El mero es un pez perciforme y malcarado, al que parece que todo le molesta. En el fondo, tiene buen corazón y mejor sabor. Puede parecer inflexible a causa de su esqueleto óseo y es sólo un mero prejuicio, porque en realidad se muestra tolerante y bastante pragmático.
Cuando escasean los varones, las hembras más veteranas (entre los 7 y los 15 años) se transforman en macho, con los consiguientes equívocos de vodevil en los vestuarios del gimnasio. Como es sabido, la transexualidad en el mar se lleva con naturalidad, la humedad prevalece y los nuevos machos se convierten en amantes expertos, cum laude en anatomía femenina. Todo ventajas.
Pasan la mayor parte del tiempo entre los recovecos de las rocas, con preferencia por las aguas templadas y las decoraciones de coral caro. Desayunan poco (un café y una napolitana) pero luego son capaces de alargar el vermú hasta las 5 de la tarde, un cefalópodo por aquí, un crustáceo por allá... calidad ante todo, nada de peces globo, que llenan mucho. Son de boca grande y morro fino.
Le gusta:
- La meritocracia (que gobiernen los meros pequeños)
- El pulpo a feira
- Merodear
No le gusta:
- Los billetes demasiado nuevos
- La homofobia
- Los buzos domingueros
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8 comentarios:
Lo del cambio de hembra tiene que ser broma...
Speedygirl, lo del cambio de sexo del mero es verdad verdadera.
Es un animal más curioso y acojonante de lo que parece en el plato.
Hay más de una especie que cambia de sexo si hace falta, la naturaleza es sabia. Qué digo, la naturaleza es acojonante.
Angie RM, claro que sí. La naturaleza sabe más que todos nosotros juntos. Sobre todo si no nos organizamos.
Ja,ja,ja...Me he reído con lo del pez globo.Pues algunas se ponen labios de mero cuando alcanzan cierta edad...será porque así se vuelven más tolerantes y pragmáticas...
Un vaso de vino pal mero.
Sonia, qué puñetero el pez globo, no se infla y no hay quien se lo trague.
Lo de los labios de mero no lo había leído nunca, pero es una imagen buenísima.
Chico de la Consuelo, no te dirá que no.
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