Hoy hay cierto revuelo en Huesconsin porque viene el F.C.Barcelona a jugar un partido de Copa del Rey. A consecuencia de ello me he liado la manta a la cabeza y me he puesto a pensar en algunas cosas.
¡Pensar! ¡Yo! Para que luego digan que el balompié no tiene su faceta intelectual.
Es verdad que en ocasiones el fútbol es un campo de cultivo para expresiones muy diferentes, desde el matonismo de algunos hinchas tarados hasta la hermandad y la convivencia cívica, capaz de servir de mal ejemplo y también de alcanzar los más altos niveles de la épica.
No voy a hablaros del partido que empieza dentro de un rato porque me he acordado de una historia mucho mejor.
Ucrania, 1942. La ocupación nazi supone la desaparición del
Dinamo de Kiev, el club más popular del país. Sus futbolistas (los que han sobrevivido a la guerra) están desperdigados por la región. Tan jodidos como cualquiera de sus compatriotas.
El administrador de una panadería,
Josif Kordik (de origen alemán) da trabajo a
Mykola Trusevych, el portero del Dinamo, y a cambio le pide ayuda para reclutar a las antiguas estrellas ucranianas.
El
FC Start, que así se termina llamando esa nueva formación, se enfrenta a diferentes guarniciones alemanas y, como se puede imaginar, arrasa. Posiblemente sin desearlo, se han convertido en una inspiración para el pueblo ocupado y un elemento desmoralizador para las tropas.
Esta circunstancia no pasa desapercibida para los jerarcas nazis, que organizan una macabra revancha.
Al
Flakelf (el equipo de la Luftwaffe) le corresponde el honor de enfrentar en la revancha al
FC Start.
Antes del partido, el equipo ucraniano se niega a hacer el saludo nazi. Malas caras en el palco. Ceños fruncidos. Lo típico.
En el descanso, varios emisarios bajan a recordarle a los jugadores lo que les sucederá si desobeden. Por si no les había quedado bien clarito:
tienen que perder.
La leyenda dice que un oficial de las Waffen-SS hizo de árbitro, que permitió de todo al equipo alemán. Pero lo que sí está documentado es que el
Start venció 5-3, entre el entusiasmo del público y la incredulidad de los militares. En los compases finales del baile, el defensa
Ivan Klimenko se sumó al ataque, regateó a todos los rivales que le salieron al paso y cuando estaba solo frente a la portería se dio la vuelta y despejó el balón con fuerza hacia la grada. Se consumaba la burla y la humillación. Las amenazas no habían funcionado.
Hay una versión (100% propaganda) que dice que fueron fusilados sobre el césped instantes después de que el árbitro pitara el final del partido. Pero no fue exactamente así (vamos ahora con la versión 50% propaganda).
El delantero
Makar Goncharenko explicó que no hubo ninguna represalia al terminar el partido. Tardó un poco más. Los nazis eran unos hijos de puta, sí, pero eran listos. No les beneficiaba nada crear mártires.
Con cualquier excusa fueron deteniendo a unos y a otros. Alguno moría bajo tortura en los interrogatorios, los demás eran enviados al campo de concentración de Siretz.
Allí fue ejecutado
Kuzmenko (el defensa que se negó a marcar el gol) y también el portero
Trusevych.
Goncharenko y dos compañeros lograron escapar a ese horror. Pero cuando
Stalin recuperó el control de Ucrania fueron acusados de colaboracionismo, por haber jugado al fútbol con el enemigo. Es guay la guerra ¿verdad?
No los fusilaron, contaron ellos mismos una vez caída la Unión Soviética, a cambio de su silencio.
Este es el cartel del "
Partido de la Muerte", nombre con el que se bautizó muchos años después a ese encuentro del
9 de agosto de 1942, y que llegó a inspirar la famosa película "Evasión o victoria" (John Huston, 1981).
Podríamos decir que la realidad superó a la ficción.
Aunque...
Junto al estadio Start se erigió un monumento que recuerda a los vencedores...
Todavía está allí, recordándole a la gente la valentía de ese equipo que no se doblegó ante el poder absoluto de los invasores. Pero, ¿es creíble esta historia?
Unos jugadores mueren en comisaría, otros mueren en el campo de concentración, otros se salvan... ¿no se parece demasiado ese destino del equipo ucraniano al del resto de conciudadanos? ¿De verdad la causa fue aquel partido? ¿de verdad les obligaron a perder? ¿de verdad hubo represalias por esto cuando pudo haberlas por cualquier otra cosa?
Yo me lo quiero creer. Si no no hubiera escrito el post.
Sirva su ejemplo (sesgado o no) como contrapunto a esas otras pequeñas resistencias cotidianas de las que nunca escuchamos hablar.
9 comentarios:
Y yo también
Yo también me lo quiero creer. Algo había oído de esta historia. Qué gran profe eres.
Yo también me lo quiero creer y Evasión o Victoria es una peli que me encanta y ya la he visto con M que por algo es de fubtol. A C le pareció un rollo, creo que no captó el lado heróico.
Pues yo no sabía nada de esta historia, pero también quiero creerla. Me apunto la peli, seguro que le gusta a Sr.AA si mezcla política y fútbol (o lo mismo ya la conoce, es su favorita y nunca me lo ha dicho...)
Genial el post,genial la pelicula,genial tu simio.
Sonia.
Anniehall, creerse una buena historia una vez al año no hace daño.
Nisi, gracias. La historia (silenciada en la primera década) se terminó haciendo bastante popular.
Molinos, es muy buena. Yo la vi de crío y me flipó. Ver a Pelé y a John Rambo en el mismo equipo... ¡como para no ganar!
Angie R.M., seguro que la ha visto. En la versión del cine todo es algodón de azúcar, fútbol y buen rollo. Perfecta para una tarde de domingo (o para cualquier hora del día si tienes 10 años).
Gracias, Sonia. Lo genial es la historia, yo sólo la cuento rápido.
La historia si me la creo.... Ahora la peli ni de coña. Que equipo ganaría con Stallone de portero??? Por mucho Pelé que tenga el equipo. De todos modos los alemanes han mejorado mucho... Campeones del mundo!! Nada menos...
¡Pues claro que es verdad! Las cosas que molan tanto TIENEN que ser verdad, ¿no? ;P
(Por cierto, si el futbol te hace escribir entradas como esta tendría que haber más partidos de estos en Huesconsing ;P)
Trencilla, los alemanes han mejorado mucho, sobre todo en su talante.
Lo de Stallone de portero no se lo cree nadie, está claro. Pero aún así tenían un equipazo.
Speedygirl, estoy contigo. No importa mucho si sucedió exactamente así, eso son minucias. Lo importante es que tendría que haber sucedido así. Eso basta.
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