Un día ponían "Luisa Fernanda" en la 2 y le prometí al Niño Desgraciaíto que haría este post. De ese instante tuitero han pasado meses, pero un simio siempre cumple sus promesas.
La zarzuela está infravalorada. Eso es así. Lo sé yo y, muy pronto, lo vais a comprobar vosotros.
Para esa reivindicación hemos elegido este clásico, obra cumbre del músico Federico Moreno Torroba (libreto monumental de Ferderico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde).
Ojito a los nombres de los autores. De allí no puede salir nada malo. Son apellidos de salir por la puerta grande o de hacerse árbitro.
"Luisa Fernanda" se estrenó en el teatro Calderón, el año 1932. Y desde entonces ha sido un no parar. ¿Qué tiene esta zarzuela que a todos los monos gusta? ¿marisco?
Vamos entrando en materia.
Nos trasladamos al Madrid antiguo, se acerca La Gloriosa (la revolución de 1868) y está el ambiente bastante alborotado.
En la posada de Mariana, habla Rosita, una empleada:
Mi madre me criaba
pa chaquetera,
pero yo le he salido
pantalonera.
La jefa le responde:
Hay sus razones,
y es que te gustan mucho
los pantalones.
Rosita lo pilla al vuelo:
¿Lo dice usted con segunda?
Mariana:
Lo digo porque es verdad.
No te sientas pudibunda.
Rosita:
Señora estoy en la edad.
¿A usté no le hablaban antes
unos calzones bien puestos?
Y se descojonan.La zarzuela tiene cuatro cosas top: la música popular, el sentido del humor viejuno, los eufemismos y las palabrejas largas como "pudibunda".
Pero sigamos, porque están por llegar los protagonistas.
Javier es el supuesto novio de Luisa Fernanda. Aunque lleva un tiempo fuera porque le han hecho coronel.
Llega haciéndose un poco el chulo y protagoniza un primer momentazo lírico:
Con la fortuna
me he desposado;
buena compañía
para ser soldado.
Tiene una confianza absoluta en sus posibilidades. Pero Mariana, la posadera, no lo ve para Luisa Fernanda, porque el chaval es un poco disperso.
Por la posada andan también los liberales, que quieren liar al coronel para su causa, aprovechando su ambición de seguir medrando en el ejército.
Por ahí cae Vidal Hernando, un extremeño con posibles que le ha echado el ojo también a Luisa Fernanda.
Corteja a la joven con mucha clase y ella le responde:
Yo, Vidal, le agradezco
sus palabras amables.
Pero siento decirle
que su afán llega tarde.
Tengo amores antiguos.
Y añade sobre esos amores:
¡Cuanto más me atormentan
más sabrosos me saben!
Vidal es un tipo con moral:
Yo, señorita,
no soy ladrón de amores,
ni envidio con tristeza
la suerte de otros hombres.
¡Yo es que la quiero
con un querer tan hondo!...
Pero nada. Luisa Fernanda se resiste. Aunque lo hace de forma ambigua y pone al extremeño (nunca mejor dicho) en canción.
Vidal se entera de que Javier, su enemigo en la conquista de Luisa Fernanda, apoya a los liberales ("los del jaleo") y se hace pro-monárquico.
La conversación entera no tiene desperdicio.
Dice la duquesa:
Los caminos que van a la gloria
son para andarlos
con parsimonia.
Y Vidal, que era monárquico por oposición, ahora se vuelve liberal. Todo muy normal. ¿Acaso nuestros grandes ideales también dependan de las pasiones... por no decir de la calentura directamente?
A estas alturas ya sabemos que el coronel le tira a todo lo que se mueve. A su novia Luisa Fernanda, a la duquesa Carolina y a cualquiera que pese más de 30 kilos y se esconda pa mear. Y al mismo tiempo se deja querer por liberales y monárquicos. Menudo jeta.
A Luisa Fernanda todo esto se lo cascan y se lleva un disgustazo. Normal.
Nos trasladamos al paseo de la Florida y la ermita de San Antonio. Hay una romería que rezuma tensión sexual no resuelta.
Se viene la famosa "Mazurka de las sombrillas"
Damiselas:
A San Antonio,
como es un Santo
casamentero,
pidiendo matrimonio
lo agobian tanto,
que yo no quiero
pedirle al Santo,
más que un amor sincero.
Pollos:
Yo, señorita
que soy soltero
y enamorado,
la veo tan bonita,
que soy sincero
y estoy pasmado
de que un soltero
no lleve usté a su lado.
Damiselas:
¡Ay qué zaragatero
es usté!
Pollos:
Yo soy un caballero español.
Damiselas:
Yo no soy extranjera...
Pollos:
Y abra usté el quitasol
para que no se muera
de celos
el sol.
(Los nombres de los grupos son los del libreto original, ojalá se me hubieran ocurrido a mí)
Y allí están el coronel y la duquesa (Carolina y Javier) estrechando lazos, insuflándose ánimo.
Pero ojo, el culebrón todavía va a complicarse más.
Le van a Luisa Fernanda (que también está en la romería) con el chisme: "A mí me importa tres pitos" contesta ella. Aunque está algo dolida en el fondo.
Y llega también el bueno de Vidal con sus colegas revolucionarios. Y la duquesa (que es insaciable) se lanza a por él. No se sabe si se los quiere tirar o unirlos a la causa monárquica. Yo creo que ambas cosas.
Se viene un genial dueto.
Carolina se tira el rollo:
Es la primera vez,
se lo aseguro yo,
que ante un hombre me acobardo.
Vidal, le sigue el juego:
Eso me pasa a mí,
que es la primera vez
que me veo así alternando.
Al final Vidal pone en su sitio a la duquesa y sale indemne del tonteo. Se queda esperando a Luisa Fernanda (que llega con su padre de carabina). Convida a la familia a "horchatas, vasos y pajas", la santísima trinidad de la hospitalidad.
Y zas, allí aparece Javier. El novio ausente y caradura.
Se viene un cuarteto mítico:
Javier:
¡Cuánto tiempo sin verte
Luisa Fernanda!
Y ella:
Desde el último día,
si no me engaño.
Javier:
Ahora vas, por lo visto,
de cuchipanda.
Luisa Fernanda:
Ahora voy donde quiero,
no es como antaño.
De cuchipanda, amigos. Eso es hablar con propiedad.
Se lía parda, por supuesto. No dejéis de ver el vídeo.
Hay indignación, sorna, frases absurdas. Y el desafío final entre los dos pretendientes.
Se está rifando una hostia y no sabemos de qué lado va a caer.
Mientras tanto la duquesa a lo suyo. Como la recaudación de su mesa benéfica para los pobres ha sido baja, propone subastar un baile. ¡No hay tregua!
Javier, el coronel, ofrece una onza por bailarla.
Vidal, el rico extremeño, ofrece 50.
¿Quién mejora la subasta?
(Canta-grita la duquesa)Javier:
La subasta se acabó.
Vidal, soltando la pasta:
Y ahora baile usté con ella,
que se la regalo yo.
Movidón. Rifi-rafe.Tira y afloja.
Ya sabíamos que Vidal le tenía ganas al coronel, pero esa afrenta es dura. Javier así lo entiende y arroja el guante. Era lo que hacía falta: un duelo.
Todos bailan para relajar la tensión y se acaba una primera parte frenética.
Mañana el desenlace.
8 comentarios:
Luisa Fernanda es una maravilla. La música, la historia, los diálogos. Y también la versión esa del Teatro Real con Plácido de barítono.
Es una de esas cosas que hace que te avergüences menos de ser español. Y si a otros no les gusta, pues a freir vientos!
Espero con impaciencia la segunda parte. Creo que hoy me la voy a escuchar de nuevo o a lo mejor tiro todo por la borda y veo el DVD!!
La Zarzuela es maravillosa. Y Luisa Fernanda es total.
Qué post más estupendo para empezar el día, ¡gracias!
Más te vale que te guardes en algodones hasta mañana y que no te pase ná. Porque como te pase y no haya segunda parte... Con el alma en vilo me tienes. (Que sí, que vale, que podría ponérmela o buscarla o verla, pero no sería lo mismo).
Mi abuela siempre decía pollo para referirse a un mozuelo ;)
Lo de los apellidos para meterse a árbritro me ha encantado.
De la propia Luisa Fernanda ya lo habéis dicho todo.
Niño desgraciaíto, esa versión del Teatro Real es espectacular. Y fue la que echaron aquel domingo por la noche.
Nunca mal día para revisitar Luisa Fernanda.
Completamente de acuerdo, Gordipé.
Gracias a ti.
Oso, he sobrvivido para contarlo. Jaja.
La verdad es que la trama lo tiene todo.
Anniehall, lo de "pollo" es buenísimo.
Esas expresiones castizas de las zarzuelas son todo un acierto. Tengo que aprender a hablar así...
Pues también decía espetera para referirse al escote que es mucho más genial que, ejem, pechamen.
Uy,a mí que esto me recuerda,no sé porqué a Match Point,así,rollo castizo.
Grande,simio!
Sonia
Anniehall, con todas esas palabras podrían hacerse varios posts. Con esos seguro que aprendíamos más que con mis chorradas habituales.
Sonia, jaja, no se descarta que Woody Allen vea zarzuelas para inspirarse.
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