En el siglo XVI se hizo recurrente una pregunta: "¿Qué estabas haciendo cuando te enteraste de que se había descubierto América?". Todo el mundo se acordaba y tenía una anécdota de ese momento.
Luego la pregunta fue cambiando: "¿Qué hacías cuando te enteraste de que habían matado a Kennedy?" o "¿Qué hiciste el día en que tiraron las Torres Gemelas de Nueva York?".
Durante los 80 hubo una variante nacional que decía: "¿Cómo viviste el 12-1 de España a Malta?"
Yo lo recuerdo como si fuera ayer. Tenía una obra de teatro
Luego vino la orgía de goles y el reto imposible hecho posible. Estábamos clasificados para la Eurocopa de Francia 84, donde luego llegaríamos a la final. Años y años de decepciones de la selección (¿os suena?) eran eliminadas de un plumazo, como en un exorcismo, y ayudaban a levantar la alicaída autoestima nacional.
Como vivimos tiempos de dudas y zozobras saldrá en seguida alguien que diga que aquello estuvo amañado o que el portero era de madera. Si fue un apaño fue el más dramático del mundo, un thriller con muy buenos actores, porque los malteses perdían tiempo desde el minuto 1, incluso metieron un gol, y los españoles corrieron y jugaron como nunca (la gesta no se logró hasta el minuto 85).
Holanda fue la gran damnificada por la hazaña y algún medio holandés puso en seguida el grito en el cielo, pero el seleccionador holandés y los jugadores, en cuanto vieron el partido completo, reconocieron la limpieza del mismo. Yo no pongo la mano en el fuego por nada de lo que pase en el fútbol profesional, está claro, sólo digo lo que se contó entonces.
4 goles de Santillana, 4 de Rincón, 2 de Maceda, 1 de Sarabia y el definitivo de Señor, que hizo desmoronarse la sobriedad de José Ángel de la Casa, su voz se quebró junto a la de todos los que estábamos frente al televisor (un share del 99,8%).
Mañana se cumplen 30 años de aquel partido. Esperaba fastos y celebraciones, pero parece ser que tras los grandes logros de los últimos años, tras las eurocopas, el mundial y los miles de anuncios publicitarios nos da algo de vergüencilla recordar cómo éramos. La épica es cosa de humildes. Por eso a veces es bueno estar en el fango, para levantarse con gesto de determinación (es decir, con huevos).
El derroche de testosterona de aquella noche del 21 de diciembre de 1983 va a pasar casi desapercibido por las tres pistas del circo mediático, y yo me resisto a ello.
He encontrado la forma de celebrar el aniversario. El sábado a las 23:30 en Bendita Ruina (Huesconsin, Spain) se organiza el Primer Concurso de locución deportiva y yo voy a salir a ganar, cerveza en ristre.
Y después del concurso, cuando proyecten en la pantalla gigante el partido, me volveré a emocionar. Abrazos. Exaltación de la amistad. Os quiero, tíos. Porque estamos hechos del material de esos héroes del Benito Villamarín, irregulares, auténticos, capaces de lo mejor y de lo peor. Conviene no olvidarlo.
Si alguien quiere ver el partido está en la web de RTVE, mismamente aquí.
9 comentarios:
Mamá compro comida para amigos, hijos y vecinos y el salón de mi casa era un pub con tele gorda. Los niños estábamos tirados por el suelo pero hubo un momento en que todos estábamos depie, gritando con brazos en alto esperando el gol definitivo. Eran tiempos en los que amábamos el fútbol porque era lo que ahora no es, el deporte Rey.
Unos años depues, cuando el fútbol empezaba a estropearse vivimos una gesta similar con el impresionante gol de Nayim. ;)
Por h o por b, siempre jodemos a holanda.
Yo no lo recuerdo; en aquella época estaba más preocupada por las barbies, pinypones y barriguitas que por los tíos en pantalón corto.
¡Suerte en el concurso!
Lo vi mientras cenaba con mi madre y mi hermano. Acabamos de cenar y nadie se levantó de la mesa para no perderse ni 1 sg. Total que con el gol de Señor, saltamos mi hermano y yo de la alegría, dimos un golpe a la mesa y casi la tiramos. ¡Menudos abrazos nos dimos!
Hablando de recuerdos que habría que rememorar ¿que me dices de cuando Mariano Haro quedaba siempre cuarto?
Pwero, ¡Jefe Chimpa! ¿Cómo olvidar aquello? Por casa no somos futboleros, pero cuando se trata de Gran Espectáculo, lo damos todo.
Mientras a ti te iluminaban espiritualmente, nos calmamos, con unos amigos, devorando, panchitos, jamón, chorizo, etc., y subiendo las acciones de las cervecera.
Pero cuando el segundo tiempo la cosa cogió racha, no se oía ni cortar una rebanada de pan.
Al terminar me sentí feliz, aunque expresé el temor de que subieran mis marcas de Whisky. Un amigo echó pestes de mi formación geográfica.
Yo no tengo ni la más remota idea de dónde andaba...te recuerdo mi exitosa serie narrando los partidos del último mundial "El mundial en disidencia".
Eso sí, pagaría dinero por ir a ver al concurso de locución deportiva...si ganas por favor quiero que el sábado siguiente que estaré en zaragoza me hagas una demostración y si no ganas también.
Pues yo estaba por ahí, tomando cervezas con amigos. Ibamos viendo los goles por los bares, y me enteré, pero no lo viví como de verlo así concentrada.
¿Vas a imitar el gallo de José Angel de la Casa?
¿Has dicho 30 años?.
No quiero hacer calculos. Profe, nos hacemos mayores.
Besos.
Rita.
Rita Stoney, nostalgia del fútbol de antes, con hombres de pelos en las piernas y periodismo moderado.
El gol de Nayim también fue tremendo. Yo que estoy muy lejos de ser zaragocista me emocioné muchísimo con aquella final.
Aquello noerayo, esa pobre gente nos va a terminar cogiendo manía.
Nisi, el concurso fue muy divertido. El día que hagamos algo con muñecas te avisamos, jeje.
Hermano E, el gol 12 hizo que en la mayoría de hogares se rozara el accidente doméstico. La decoración no era a prueba de euforia.
Y yo no recuerdo a Mariano Haro. Pero eran tiempos de "casis". Las medallas eran escasas.
NáN, la racha del segundo tiempo fue una locura. Normal que las reservas de alcohol se agotaran.
Molinos, participé con gran dignidad, pero sin ganar. Porque ganar es una vulgaridad.
Yo estoy a otro nivel.
Carmen J, también tuve mis gallos involuntarios. Mi modulada voz se vino abajo en el momento de la verdad.
Rita, haz cálculos. Catecismo con 7 años + 30 años = los 25 años que tengo.
Somos más mayores y más sabios cada minuto que pasa.
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