Imaginad que sois un pato y habéis pasado toda vuestra vida encerrados, sin conocer eso que llaman "agua".
Enfrentarse a la libertad tras años y años de privaciones no es fácil.
Al principio estás un poco asustado, no tienes muy claro que tienes que hacer, pero... ummm... te gusta.
Al cabo de unos minutos no te imaginas cómo podías vivir antes.
9 comentarios:
Que bonito. Muy emotivo.
¡Al agua, patos!
Comprendo muy bien a estos animalicos, yo sé lo que es pasar veinte años sin ducharse.
Ojalá alguien me empujara... Lo reconozco, soy un cobarde, pero veo el agua. me digo 'MOLA', pero no puedo tirarme... Y sigo seco...
Esto en el agua, pero cuando tienen que volar...
Ohhh qué ternura, qué preciosidad.
Jamás hay que tenerle miedo a tirarse al agua, claro que no!
Besos! (muy emotivo el vídeo, me ha emocionado..snif ;))
Me parto.
Justo ayer en el libro que estoy leyendo contaban el suicidio de un pato chocando contra un estanque...XD. La otra cara de la moneda...
Espartaco, al principio parece una chorrada como un piano, pero a medida que avanza el vídeo, no sé, te llega a la patata.
Pazzos, al olor se acostumbra uno. Pero el frescor sí que se acaba echando en falta.
Ay, Anónimo, mucho ánimo. El agua da miedo al principio, pero está en nuestra naturaleza metafórica de pato-simio.
Carmen J., volar ya es otra historia. Yo allí ya no me veo.
Aliena, nos ha pillado el final de la semana blanditos. Será por el puente.
Hay que atreverse con todo. La alternativa de la renuncia no merece la pena.
Molinos, no sabía que un pato pudiera suicidarse estampándose (o estancándose) contra el agua.
Está claro que todas las caras tienen su cruz.
Me ha encantado... en alguna de mis próximas vidas me pido ser pato
Dina, yo me pido pato, pero antes pingüino. Aunque no hay prisa, de simio estoy muy a gusto.
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