Días de ajetreo monumental, eso sí, de un ajetreo feliz. Llego al viernes con sonrisa nerviosa; cada fin de semana es una fiesta nueva, un show nuevo, una oportunidad nueva, una musiquilla nueva con la que bailar claqué con los pingüinos.
Y eso que en Huesconsin las cosas importantes ocurren también entre semana. El martes, por ejemplo, se rifaban los XIII Premios de la Música Aragonesa. Algunos de nuestros favoritos se quedaron sin premio, como por ejemplo Lucca, pero sabemos que volverán al Principal el año que viene o al próximo.
El que sí ganó fue el Capitán Lillo. Subidón bloguístico osceno, claro.
Por un momento me recordó los primeros pasos de este blog. El día que yo empezaba él ya llevaba varios meses en el ciberdesván, estaba de vacaciones en Berlín, tras pasar por el Primavera Sound 2006. Quién le iba a decir a él que casi 6 años después estaría celebrando el premio al "Mejor lugar en internet 2011".
Aquí sus certeras palabras de agradecimiento.
En homenaje, haré de Capitán Lillo (aunque yo no llegue ni a grumete) y os contaré que estuve el viernes pasado en Charada en el tronchante concierto de El Sobrino del Diablo. Fue brutal.
Os lo perdisteis y ahora os lamentáis. Inconscientes.
Pues ahora os aviso con tiempo de otro gran acontecimiento. Hoy, a las 23:00, en el Tararí, actúa Versión Española. Concierto benéfico en el que se pide a los asistentes una colaboración-entrada de 1 euro para Atades Huesca.
Que atruenen las guitarras por una buena causa.
Larga vida al rocanrol.
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