Un día le preguntaron a
Menotti cómo se podía marcar a
Pelé. "Con una tiza" respondió.
Lo mismo habría que decir de
Messi. Su estado de forma actual, su confianza insultante, convierten a
Argentina en candidato indiscutible al título mundial. Aunque recordemos que
Zidane llegaba exultante a
Corea y
Japón, y una leve lesión muscular le dejó KO los dos primeros partidos y le hizo jugar a medio gas el tercero. En consecuencia,
Francia fue eliminada (o descaliminada, que decimos en mi pueblo).
Todas las Copas del Mundo han tenido protagonistas especiales. Hay una rama entera de la mitología futbolística que se dedica a eso, a los que brillaron cuando todo el mundo miraba.
El primer mundial que vi, el del 82, traía muchos candidatos a gran estrella. La
Argentina de
Maradona y
Kempes se descolgó pronto. La eliminación de
Brasil evitó el encumbramiento del gran
Zico. Las lesiones mermaron a las dos esperanzas europeas:
Kevin Keegan, de
Inglaterra, y
Rummenigge de la
RFA.
Francia exhibió el talento superlativo de
Michel Platini. Pero por encima de todos brilló un cazagoles tirillas en estado de gracia, el italiano
Paolo Rossi.
En el mundial del 86 aparecieron nuevos valores:
Emilio Butragueño hizo 4 goles a
Dinamarca, en la que ya destacaba otro joven talento:
Michael Laudrup.
Francia siguió dando la talla con su líder,
Platini.
Inglaterra aportó a un goleador pillo y valiente,
Gary Lineker.
Nadie, sin embargo, llegó al nivel extraterrestre de
Diego Armando Maradona, que marcó la diferencia como nunca antes había sucedido.
El mundial del 90 traía a
Maradona castigado física y emocionalmente por la vida. Traía a los holandeses
Van Basten y
Gullit en la cresta de la ola, pero llegaron pronto a la orilla.
Baresi,
Donadoni o
Vialli en Italia cedieron protagonismo a un siciliano peculiar,
Toto Schillacci.
Argentina añadió al portero
Goycoechea al santoral de héroes improvisados.
Inglaterra sumó un volante de genio,
Paul Gascoigne.
Al final la gran figura fue el centrocampista alemán
Lottar Matthaus, que ejercía de niño repetidor en un partido de 4º de EGB.
En el mundial de
Estados Unidos hubo dos nombres propios que se disputaron la gloria, ambos geniales, imprevisibles,
Romario da Souza y
Roberto Baggio. Destellos del sueco
Brolin, del búlgaro
Stoichkov, el record de
Salenko... y poco más.
En
Francia 98, el favorito número 1,
Brasil, acudía con el número 1 del momento,
Ronaldo. La presión la acabó somatizando en una crisis epiléptica antes de la gran final. El gran vencedor fue
Zidane, mariscal de
Francia (pese a perderse 2 partidos por una agresión absurda a un señor árabe).
Y en el 2002 se invirtieron los papeles:
Zidane llegaba como rey consolidado y una lesión le borró del mapa. La
Brasil de
Rivaldo y
Roberto Carlos se ecomendó a su goleador y éste, recién superado el calvario de su terrible lesión de rodilla, no defraudó. Fue el mundial de
Ronaldo, el fútbol le debía una.
Las estrellas argentinas naufragaron, una lesión muscular de
Raúl sentenció a
España (arbitraje a parte),
Figo y
Portugal se fueron a las primeras de cambio... a lo mejor podemos salvar a
Ballack, en la suertuda y tenaz
Alemania.
Y en el pasado mundial, ya se sabe. Todo estaba preparado para la coronación definitiva de
Ronaldinho, y no, fue el principio de su declive. La historia se iba encaminando hacia la retirada majestuosa de
Zidane, pero su expulsión inverosímil en el último momento lo impidió.
Ganó
Italia, con su gran figura,
Totti, entre algodones. Se lucieron su imponente guardameta,
Buffon, un renacido defensa,
Cannavaro, y para mí, sobre todos los demás, un mediocentro que influía sobre todos los acontecimientos del juego:
Andrea Pirlo.
En Sudáfrica se espera a
Messi (
Argentina), escurridizo como una rata canguro, mortal como una cobra.
Aunque la estrella podría ser otra.
Habrá que ver la evolución de
Kaká (
Brasil), piedra angular del gran favorito.
Podría ser
Xavi (
España), el cerebro del segundo favorito.
Muchos apuestan por
Rooney (
Inglaterra), el futbolista británico más decisivo en lustros, un purasangre.
Y aunque juegue en un
outsider, podría ser también la consagración de
Cristiano Ronaldo (
Portugal), soldado veloz, atormentado héroe griego.
¿Y por qué no otro? Se admiten apuestas.
Yo sugiero a bote pronto unos cuantos:
Robben (
Holanda),
Drogba (
Costa de Marfil),
Villa o
Casillas (
España),
Ribery (
Francia),
Tévez o
Higuaín (
Argentina).
Ufff... sé que os importa un bledo, pero esto ha sido como coleccionar los cromos de Panini.
.
4 comentarios:
Creo que éste será nuestro mundial, porque tenemos un equipo consolidado,experto pero joven y atrevido. Nuestro centro del campo es el más talentoso del mundo, con tocadores extraordinarios; en defensa tenemos mariscales; algunos insultantemente jóvenes, pero sobradamente preparados. En ataque, no hay mucho más qué decir.
Brillará Silva, Xavi, Iniesta, Torres,Villa...vamos,nuestros "clásicos"....
Confío al cien por cien en este combinado nacional...que durante el Mundial podría agenciárselo algún platito estrella de los chiringuitos playeros.
Orleans, yo tengo un mal pálpito. A ver como llega la gente de castigada físicamente, a ver como llegan los demás equipos y entonces decidiré ser o no optimista.
Eso sí, está claro que las madres de España han dado buenos mimbres para hacer el cesto.
Sensacional post. Cómo se nota que sabes de esto (y que te gusta).
Me encantó Pirlo en el último mundial. En éste se puede salir Kaká, pero me encantaría que fuera el mundial de Iniesta. Vaya clase que tiene!
Sucuri, lo que está claro es que Kaká e Iniesta van a llegar descansados. Habrá que ver si recuperan la chispa a tiempo. Creo que Kaká tiene una ventaja, tiene detrás a un bloque muy sólido, lleno de gladiadores con calidad, que se van a matar para que él se luzca. Dunga quiere hacer de él su Zidane.
Gracias por el elogio. El fútbol no es muy popular en la Academia, pero aquí seguiremos, todos los findes, con la previa del mundial.
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