Que la economía española está al borde del precipicio es evidente. Que las pueriles políticas de demanda que se proponen lo único que hacen es acercarnos más al abismo, empiezo a verlo absolutamente claro. Que las únicas salidas para mí sean, por este orden: espíritu crítico, mejora de la productividad e innovación, me obliga a ser pesimista.
Para la primera no estamos preparados, por lo visto. Para la segunda tienen que cambiar demasiadas cosas, sobre todo en la mentalidad (comparar la crisis española con la americana siempre me ha sonado a risa, conocidos nuestros bochornosos índices de competitividad).
Nos queda la innovación. Pero no la innovación subsidiada, que es un gasto estéril y a la vista están los resultados.
Coño, somos españoles, el país de la fregona y el chupa chups. Que se note.
Las grandes y pequeñas ideas, los arrestos para llevarlas a cabo (porque anticipo que casi nadie va a ayudar al emprendedor, quitaos eso de la cabeza) y la reinvención constante son lo único que nos mantendrá en el primer mundo del que amablemente van a invitarnos a salir los caprichos (o no tanto) de la economía.
Es mi opinión, espero que vosotros tengáis otra diferente porque si queréis compartir la mía os tendré que cobrar un canon.
Hablando de ideas, me resulta curioso este portal: ideas4all.
La gente propone y discute sus ideas. A veces para divertirse, otras para salvar el mundo, o por quitarse la espina, o por dar rienda suelta a aquello que se les ocurrió una mañana al darse un golpe con la esquina de la mesilla y que ahora les obsesiona.
El portal es una idea que busca encontrar y capitalizar grandes ideas.
Es descabellado, por eso me gusta.
.
6 comentarios:
Este es el pais de querer hacerse rico sin esfuerzo, del que venga atrás que arree, de la paja en el ojo ajeno... En fin, el cambio comienza en uno mismo.
Cierto, Abuelo. No nos encontramos ante un problema político, ni económico. Es un problema social, que la gente es incapaz de pensar, de analizar críticamente el entorno en el que vive.
Se nos intenta convencer de que todo es sencillo y seguro. Cuando los rasgos clave del mundo contemporáneo son la complejidad y la incertidumbre.
Maleducados e ignorantes, ha llegado el momento de demostrar que servimos para algo más que para ser esclavos.
Curioso, muy curioso.
El otro día leí en una encuesta que el 40 % de la población que está en paro está pensando en hacer oposiciones, frente a un 2 y pico por ciento que piensan en ser emprendedores.
Son porcentajes que por la diferencia que hay entre ellos da que pensar.
Como bien dices, si todos pensamos así (por ejemplo en ser funcionarios) es difícil que esto se levante.
Muy bueno el blog, enhorabuena.
Toño, me alegro de que te guste el blog y gracias por colaborar.
Interesante encuesta la que citas. Es realmente un problema, porque si el estado, sus ciudadanos más bien, no es capaz de producir, de innovar, de saber hacer algo, de venderle algo a alguien, va a ser incapaz de pagar a sus funcionarios. El trabajo perfecto, el trabajo idílico, empezará a no serlo tanto. Antes o después tendrá que haber un ajuste fuerte. Será un cataclismo social, pero la sociedad tiene que empezar a ordenarse en base a otros méritos y a otros valores.
Siguiendo el comentario de Toño y el tuyo propio, el otro dia en unas jornadas sobre emprendimiento en Zaragoza el profesor Xavier Salas comentó que en sus clases en Columbia (clases de empresariales, entiendo) todos los alumnos querían ser Bill Gates, pero en sus clases en Barcelona la mitad quieren ser funcionarios y la otra mitad trabajar en el Banco Sabadell.
Coincido contigo en el aumento de la productividad y la innovación (el espíritu crítico es algo que se necesitan algunas generaciones para fomentarlo). En cuanto al primero, necesitamos que la clase empresarial se forme y un par de buenas medidas macroeconómicas. En cuanto a lo segundo, trabajo en ello y sólo nos sacará del túnel si empezamos a trabajar ahora y pensando en el medio plazo... algo muy español...
Arrrrggggg (cayendo al abismo) ;-)
Nhtg, el mundo es un pañuelo. Estuve en esas jornadas que dices y escuché la brillante exposición de Xavier Sala i Martín, que me ayudó a refrendar lo que pensaba, me animó realmente a escribir lo que escribí.
Coincido con tu razonamiento y me temo que también comparto contigo inquietudes y encabronamientos de emprendedor. ¡Suerte!
Publicar un comentario