Érase una vez un moscardón común, de esos negros, peludos y grandes que surcan el aire con la elegancia de un dirigible-zeppelin, haciendo el sonido del zumbido con la boca, mirando su enorme sombra en el suelo, sintiéndose el emperador de los cielos.
Se llamaba
Brandon y le encantaban las cosas típicas de su especie: las comidas pegajosas, frotarse los ojos y la vida disoluta. Pasaba las tardes en interminables tertulias con otros insectos en las que hablaban de viajes que nunca emprenderían, viajes a lugares misteriosos para los insectos urbanitas, lugares mitológicos como el campo (donde apenas hay humanos) o Salou (donde hay sol, agua salada y paella reseca).
Un sábado, se encontraron el moscardón y alguno de sus amigos junto a un charco de cerveza y mientras bebían tranquilos debatían qué hacer esa noche. La cucaracha proponía cenar en una casa. La termita estaba a favor.
Brandon dijo: "¿y si vamos a las afueras?". La hormiga roja no quería quedarse hasta tarde porque al día siguiente trabajaba.
Brandon insistió: "mejor que en las afueras en ningún sitio". El escababajo volador opinó que de noche el parque era mucho más seguro. El moscardón, envalentonado por la cerveza, dijo que tenían que ir a las afueras. Y se estaba empezando a poner muy pesado (como a veces les pasa a los moscardones); lo siguiente fue enfadarse y decidir que se iba a dormir. Todos suspiraron y se encogieron de élitros.
El rebelde
Brandon, como os imagináis, no se marchó a la cama. Su terquedad, la misma que le impulsaba a golpearse una y otra vez con los cristales limpios, le condujo directo a las afueras, a un polígono industrial fantasmagórico en el que no se escuchaba ni un ultrasonido.
Allí estaba el límite entre lo cotidiano y lo desconocido, el filo de la navaja, el papel de aluminio sobre el apetitoso manjar. Y entonces, vio... vio algo... algo fascinante, inaudito. Tembló de excitación y de temor. Zumbó de inquietud.
>>> Si piensas que ha visto una extraña luz y decide ir hacia ella, vota: LUZ.
>>> Si piensas que ha visto a dos moscas en extraña postura y se esconde sigiloso a observarlas, vota: FOLLANDO.
>>> Si piensas que ha visto llegar a la ciudad una nube de langostas, vota: PLAGA.
(Date prisa y elige antes de que se cierre la encuesta. ¿Cómo? ¿que no sabes dónde está la encuesta? Mira en la columna de la derecha, anda)
11 comentarios:
plaga, sin dudar! qué bíblico para estas fechas....yo de pequeña no acababa de entender lo de las langostas como plagas y luego que se consideraran manjares..
Voto Follando, por aquello del morbo jajaja
Me encata "Todos suspiraron y se encogieron de élitros".
Yo voto por luz!!!
Yo quería votar MIERDA, y que se diera un auténtico festín, pero como no está esa opción he votado LUZ.
Cardo, no suena mal lo de la plaga de langostas. Si lo acompañamos con una plaga de bogavantes, de centollos, de gambas... por eso se vivía tantos años en la Biblia.
Área de descanso, no es mala opción. Así veríamos si Brandon es un moscardóm inocente o no.
Duende, vote usted, claro que sí. Pocas cosas atraen más a un insecto que una buena luz.
Dani, habrá tiempo para todo (supongo). Puede ser un excremento luminoso, así que no pierdas la esperanza.
LUZ, sin dudarlo. Seguro que hay muertes por achicharramiento.
Luz, por eso de que las únicas ingenuas no van a ser las polillas por rubias. Que no sea ultravioleta, por favor, que no sea ultravioleta...
Chic, todo puede pasar en esta aventura. Enigmas, encuentros, peligros, achicharramientos...
Ra, bendita ingenuidad la del moscardón. Creo que vais ganando los de ir hacia la luz. ¿Qué encontrará allí?
¿Ve una-luz o el reflejo blanco de un-alud?
Pues yo me he guiado por mi mente sucia, empaña y embarra así que he votado... adivinelo uste mismo.
Anay, verá la luz pero no sé si se dará por alud-ido.
Dina, sabía lo que ibas a votar antes de pensarlo siquiera.
Las opciones de follar entonces te las apunto todas ¿no?
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