Ya estoy aquí. Descansado al fin. Yo, que he trabajado todos los últimos puentes, puedo decir que esta vez ya no me pillan; homenajeando el día del trabajo: que trabaje otro por mí. Hala, así hasta el miércoles, que me lo he ganado.
Volveré a hacer esas cosas que hacen las personas: ir a comprar, pasear sin prisas, dar de comer a los patos del parque, adecentar y colonizar todos los rincones de mi casa, ahora que ya vivo solo... No sé si hoy se jugará a badminton, pero yo, por si acaso, acudiré a sacudirme los restos de estrés que me queden, con mi raqueta prestada y mi chándal de yonki.
Porque así son las cosas. Llega la primavera y los Ferrero Roché son retirados de los comercios (cobardes). Y visto lo visto, aprovechando el nicho de mercado, la supuesta carencia, los hombres revenidos nos ponemos en oferta, antes de caducar.
3 comentarios:
Nos veremos entonces y como diría algún Capitán de Tercio Viejo:
¡No nos queda sino batirnos!!
¿Un hombre revenido cuando caduca se vuelve rancio o sólo se pone verde?
Cierto, Serjuzu, y seré implacable con vos. Duelo a primera sangre.
Empanadilla, un hombre revenido cuando se caduca ser vuelve idiota.
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