martes, abril 17, 2007

Los martes: CINECLUB - 46 - JUEGO DE LÁGRIMAS


The Crying Game - 1992 - Director: Neil Jordan

Reparto:
· Stephen Rea (Fergus)
· Jaye Davidson (Dil)
· Forest Whitaker (Jody)
· Miranda Richardson

Guión: Neil Jordan
Fotografía: Ian Wilson
Música: Anne Dudley

Un escorpión quería cruzar el río y se dirigió a una rana que pasaba por allí.
-Llévame a tu espalda
-¡Que te lleve a mi espalda! -contestó la rana- ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, ¡me picarás y me matarás!
-No seas estúpida-le dijo entonces el escorpión- ¿No ves que si te pico te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?
Los dos animales siguieron discutiendo hasta que la rana fue persuadida. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró y empezaron la travesía.
Llegados al medio del gran río, allí donde se crean los remolinos, de repente el escorpión picó a la rana. Esta sintió que el veneno mortal se extendía por su cuerpo y, mientras se ahogaba, y con ella el escorpión, le gritó:
-¡Lo sabía! ¿Pero qué has hecho?
-No puedo evitarlo-contestó el escorpión antes de desaparecer en las aguas- Es mi naturaleza.

No es la primera vez que el dilema de la rana de "Juego de lágrimas" se utiliza en un guión de cine, Orson Welles (quién si no) la utilizó en su "Mr.Arkadin". La fábula en sí es redundante, no sólo es la naturaleza del escorpión, también la de la rana. Si el escorpión no puede evitar el picotazo, la rana no puede evitar exponerse. Una versión más acertada sería aquella en la que el batracio acepta, pero porque el escorpión se la chupa. Así mezcla riesgo y placer, no es el bobo redomado del cuento, que sube al kamikaze en su lomo porque sí.

Dicho esto, decir que el guión de Neil Jordan esconde multitud de matices más brillantes que este episodio mínimo. Pero guarda el mismo mensaje, el de una extraña transgresión, la transgresión de la rana con piel de escorpión, el transformismo de los sentimientos, de las emociones auténticas para las que no hay barreras.
La metamorfosis de la trama es extraña (que, en este caso, es lo mismo que decir fascinante), por eso intentaré no desvelarla. El IRA, los submundos de Londres, el remordimiento, y sobre todas las cosas: el amor, lastrado, crudo, inverosímil y sin embargo real.

Humana, vibrante (qué humanidad no lo es), original, dramática, dura, capaz de cortar la digestión del más frío de los estómagos, aunque sea sólo por un momento enrevesado de calidez.
Contradictorio siempre, Neil Jordan; pero lúcido también. No hay historia de amor que no contenga un enorme secreto, o una sospecha, o una burla al universo o del universo, un prejuicio, un recuerdo, un principio, una debilidad, un salto al vacío...

2 comentarios:

Leon dijo...

Me pareció una película extraña pero me gustó y la canción le queda muy bien. Y Whitaker como siempre se sale.

HombreRevenido dijo...

Sí, me gustaron mucho la música y las interpretaciones, León.
Y no hay duda de que es extraña (extrañamente extraña, extrañamente natural, extrañamente intrascendente, aunque extrañamente deje huella)