No dejan de ser curiosos los estigmas que la pseudomoral asocia a los vicios, o a las simples compulsiones benignas. Algunos son colaterales, como los granos pajeros, ya que surjen de la asociación de ideas entre dos hechos contemporáneos en la adolescencia, los granos y la masturbación. Coexisten, no hay duda, pero no como relación causa-efecto. Incluso se ha demostrado que la masturbación puede tener un efecto contrario, ya que la tranquilidad y el relax ayudan a calmar la vorágine hormonal.
¿Por qué pienso en esto ahora, después de tanto tiempo? Porque hoy recordaba una frase que decía un cura de mi colegio, que la masturbación provocaba ceguera y no sé cuántas cosas más. Entonces me he acordado de mi yo preadolescente, un muchacho gafotas, con su hipermetropía allí, bien presente. Y luego he recordado cómo a los 20 años ya no usaba las gafas ni para leer. No pensé en ningún milagro, era una realidad asombrosa, que en mi infancia me anunciaron y yo no creí. Decían que las dioptrías se van reduciendo hasta que un día... zas, ves igual con gafas que sin ellas. Y hoy he descubierto que no, que no fue sólo oftalmología, que la masturbación me sanó.
La próxima vez que tome el té con Su Santidad le contaré lo curioso de ambos efectos, el inicio del toqueteo y el tobogán de las dioptrías.
Todo muy bíblico. Si al final ya lo decía Jesús, "donde esté una magdalena que se quite el cabello de ángel", que los evangelistas tradujeron así: "el que esté libre de culpa que tire la primera piedra". Nazareno sí, pero bobo no.
¿Por qué pienso en esto ahora, después de tanto tiempo? Porque hoy recordaba una frase que decía un cura de mi colegio, que la masturbación provocaba ceguera y no sé cuántas cosas más. Entonces me he acordado de mi yo preadolescente, un muchacho gafotas, con su hipermetropía allí, bien presente. Y luego he recordado cómo a los 20 años ya no usaba las gafas ni para leer. No pensé en ningún milagro, era una realidad asombrosa, que en mi infancia me anunciaron y yo no creí. Decían que las dioptrías se van reduciendo hasta que un día... zas, ves igual con gafas que sin ellas. Y hoy he descubierto que no, que no fue sólo oftalmología, que la masturbación me sanó.
La próxima vez que tome el té con Su Santidad le contaré lo curioso de ambos efectos, el inicio del toqueteo y el tobogán de las dioptrías.
Todo muy bíblico. Si al final ya lo decía Jesús, "donde esté una magdalena que se quite el cabello de ángel", que los evangelistas tradujeron así: "el que esté libre de culpa que tire la primera piedra". Nazareno sí, pero bobo no.
9 comentarios:
Impresionada me has dejao con el dogma de la magdalena! jajaja
Así da gusto empezar a trabajar que deben decir estos, mis compis: ya está la nueva escojoná a primera hora de la mañana...
Anda y que se piquen...
Pero que la masturbación cura la vista solo se aplica a la hipermetropía, porque yo tengo miopía y me ha ido en aumento.
Bueno ahora que me toco menos me se ha frenado una poca.
Animons, un poco de historia evangélica no os va nada mal a las ovejas descarriadas.
En el trabajo es bueno parecer desquiciado, así te respetarán (sobre todo después de lo de aquel tarado de la universidad de Virginia)
Peibols, ¿pero lo haces bien? No sé, igual es por eso.
Da Vinci en su cuadro, ya lo refleja todo. Por qué no se ve la mano izquierda de Magdalena.
¿Y por qué los tres apostoles más cercanos son: San Lucas-Catelá, Santo Tomás-Turbado y San Bartolomé-Lacasco???
Browner, el evangelio apócrifo de Nicodemo cuenta algo sobre eso que me cuentas. Sucedió justo después de esa bacanal, maquillada por la historiografía, que fueron las bodas de Caná.
Leonardo da Vinci, de todos modos, pintó lo que le contaron, que mira que hace falta tener poca personalidad...
Ahhh
va a ser eso...
influyé la mano?
Peibols, in-fluye todo. Hasta dejarlo todo perdido...ugg... vale, venga, ya paro.
Yo es que soy discreto a la par que recogido.
Peibols, eso es introspección (¿o era introsucción?)
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