La palabra genio está tan manida y pisoteada (como el premio Nobel que negaron a Borges y le negarán a él) que no puede contener el magma de este creador que anegaría una cultura tan superficial, tan de barro, como la nuestra. Que se quede en París, con los fantasmas de Ionesco y Beckett. Quién necesita personas y propuestas inteligentes cuando tiene cine subvencionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario