La presente colección de sonetos ineptos, afronta un tema de actualidad: la salud y sus múltiples piruetas contemporáneas.
Son sonetos saludables, también conocidos como "sanetos".
Consúmanse con moderación. Pero una moderación moderada, que todo exceso es excesivo.
Sonepto XI - Dieta
Dijeron que el futuro es comer sano,
alquimia digestiva que es salud,
para recuperar la juventud,
para lucir bikini este verano.
Te bautizaste al dios vegetariano,
hiciste de la fibra esclavitud,
de contar calorías, tu virtud,
del tránsito fugaz, derecho humano.
Te das omega-3, antioxidantes,
te chifla el té, la chía, la quinoa,
y sufres añorando bogavantes,
como a David Bisbal llora Chenoa.
Te has vuelto intolerante a la lactosa.
Me has vuelto intolerante a ti, latosa.
Sonepto XII - Atleta
Dijeron que correr está de moda.
Quisiste ir a probar con ilusión,
e igual que en los relatos de abducción,
pasaste de un calzado que incomoda
a abrirte en Decathlón lista de boda.
Pusiste a tono músculo y pulmón
y has hecho tu primera maratón,
tirando de redbull y EPO con soda.
Ni en tus locos delirios de peyote
soñaste en convertirte en Forrest Gump,
en ser correcaminos sin coyote,
posar con mallas fucsia en Instagram.
Parece que nos hemos dado cuenta
de tu crisis brutal de los cuartenta.
Sonepto XIII - Majareta
Dijeron que la clave es la cabeza
y empezaste de pronto a meditar,
perdido como en el París-Dakar,
persiguiendo aventuras y belleza.
Filosofo oriental, naturaleza,
te sientas en la playa a oír el mar,
amortizas tus clases de sitar,
practicas Bikram-yoga sin flaqueza.
De tono de llamada “Exile” de Enya;
gatitos, poliamor, iconoplasta,
domingos en el rastro, neurastenia,
tatuaje en japonés, gafas de pasta.
La dosis de prozac te da un remanso
y sigues descansando sin descanso.