Una de las cosas que más recuerdo de abrir el blog fue la sorpresa al saber que era gratis. Luego el cosquilleo al poder escribir exactamente lo que me diera la gana. Eso no me sorprendió ya que era lo normal. En 2006 se podía escribir lo que uno quisiera. Y en 2008, 2010, 2012, 2014, 2016, 2018... Salvo algún comentarista guerrillero, que se agradecía también,
lo demás era pura libertad.
Ahora no es así. Ya no es que no se pueda escribir, sino que cualquier cosa anterior que hayamos escrito es sospechosa en sí misma. Este es el mundo que hemos querido y no me quejo, sólo me adapto.
Paramos y, lo que es mejor, borraremos.
Que quede el recuerdo.
Pensamos (un poco) juntos, nos reímos juntos y nos conocimos. Qué más le puedo pedir a estos 14 años. Me han quedado algunas cosas por explicar, pero más o menos está todo.
Me quito la peluca con algo de rabia y digo a los que todavía están aquí y a los que estuvieron en su época:
gracias por venir.